El cine de la pandemia en España: en recuperación, con la vista puesta en las plataformas y otras alternativas
- Las cifras de asistencia y recaudación en las salas siguen por debajo de años anteriores
- Las plataformas de streaming o el autocine, las apuestas a la espera de la normalidad definitiva
Hasta 2019, ir al cine era una de las principales actividades que la sociedad española practicaba en su tiempo libre. Así se desprende de la última Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales, publicada en ese mismo año y que cifraba en un 57,8 % la asistencia a las salas de cine, por detrás de escuchar música (87,2 %) y de leer (65,8 %).
Yolanda (27 años, Albacete) era una de esas personas que solía ir a menudo a disfrutar de los últimos estrenos. “Antes iba un montón, prácticamente una vez a la semana, o si no una vez cada 15 días”. Pero la pandemia de la COVID-19 cambió sus hábitos cinéfilos. “Ahora acudo muchísimo menos, una vez cada mes o cada dos, cuando hay una película que realmente quiero ver en el cine”, comenta a DatosRTVE.
No es la única. Los últimos datos de Comscore -la compañía que desde 2016 recopila información sobre la asistencia a las salas de cine en España- confirman el varapalo de la industria: en 2020 fueron a ver una película en pantalla grande algo más de siete millones de personas; en 2021, la cifra fue algo inferior. En ambos casos, el número de espectadores no supuso ni la mitad del alcanzado en 2019 -16 millones-, que ya era el año más bajo desde 2016.
Aunque en 2021 no se dio un confinamiento estricto, el toque de queda impedía en muchas ocasiones acudir a las sesiones más tardías. Además, en las comunidades recaía el peso de aplicar o no limitaciones en materia cultural. Fue el caso de Castilla-La Mancha, donde las medidas obligaban al cierre de las salas si se alcanzaba un nivel de transmisión de la COVID alto. “Además, también daba un poco de miedo meterse en un sitio cerrado tan pequeño aunque tuvieses la mascarilla”, explica Yolanda.
Recaudación en caída y rodajes en suspense
La reducción en el número de espectadores supuso el desplome inevitable en el volumen de ingresos: los locales cinematográficos pasaron de recaudar más de 100 millones de euros de media a menos de 50 millones en 2020 y 2021, respectivamente. La suma de ambos períodos ni siquiera igualaba los beneficios de 2019, el año con menos ganancias hasta entonces.
En el siguiente gráfico, que muestra las cinco películas más taquilleras de los últimos seis años, se observa la magnitud de la caída. En 2021, A todo tren. Destino Asturias fue la cinta que más recaudó, unos ocho millones de euros. En 2018, Perfectos desconocidos, y en 2016, Villaviciosa de al lado, con unos beneficios similares, se sitúan en el top 3.
Maixabel, con cerca de tres millones de euros en recaudación, fue el quinto estreno más taquillero de 2021. En años anteriores, a excepción de 2020 con Superagente Makey, ninguna cinta en esa misma posición bajó de los cinco millones.
Pese a que estos datos se conocieron más adelante, parece que los profesionales del cine se pensaron dos veces si lanzarse a grabar o no cintas en plena pandemia. Poco antes de que se decretara el primer estado de alarma se aprecia una bajada en las grabaciones mensuales. Es en abril de 2020 cuando se notificó la cifra más baja de filmaciones: una, la del documental Renaceres, de Lucas Figueroa.
A partir de mayo, cuando algunas provincias desescalaron y cambiaron ‘de fase’, el número de rodajes comienza a subir paulatinamente, llegando a alcanzar cuotas de 2019 pasados unos meses.
Las salas de cine, mermadas pero en vías de recuperación
En España son varios los cines que, a causa de la pandemia, tardaron un tiempo en volver a abrir o directamente no lo hicieron nunca más. Los cierres, tanto parciales como totales, afectaron a grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla, pero también a otros puntos como Logroño, Menorca, Las Palmas de Gran Canaria, Fuengirola o Valdepeñas, según informan distintas fuentes a este medio.
Sin embargo, parece que lo peor de la pandemia ha pasado, también para los cines. Lo afirma la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), que apunta a que las salas de cine ya operativas son el 95,5 % -un total de 664- de las existentes en 2019, momento en el que se hizo el último censo anual. La organización, además, se muestra optimista, ya que ese porcentaje podría ascender al 99,2 % contando con las “salas de probable apertura” -la cifra asciende a 42-.
El descenso en el número de cines operativos lleva aparejada una bajada en las salas y butacas disponibles al público. El volumen de asientos es el indicador donde más se aprecia la caída: se ha pasado de cerca de 800.000 en 2015 a poco más de 750.000 en el último año. AIMC aprecia que esta tendencia solo se invierte en los cines de verano, con un aforo de 579 butacas de media frente a las 203 convencionales.
El sector, buscando un nuevo impulso para que la población volviera a sus locales, recuperó la Fiesta del Cine con la fórmula ‘Yo voy al cine’. En su última edición, pese a que el precio fue superior al de otros años (3,5 euros frente a los 2,9 de antes), duró cuatro días en vez de tres. Las cifras, como en otros aspectos, no son muy elevadas -sí superan las de los comienzos de esta iniciativa-, y podrían significar el inicio de un regreso a las salas.
En ese sentido, el Ministerio de Cultura y Deporte, en vista de que los cines eran uno de los espacios más afectados por las limitaciones, especialmente de aforo, activó en octubre de 2021 más de diez millones de euros de ayudas directas a las salas. Para que “no se pierda el hábito de tener acceso a una oferta cultural variada que no se llevaría a cabo sin este apoyo, poniendo en riesgo la supervivencia de muchas de ellas”, tal y como recoge el Real Decreto en el que se aprobó la inversión.
La huida hacia las plataformas y la puesta por el autocine
Celia (26 años, Madrid), que asegura ir ya al cine al mismo nivel que antes de la pandemia, aclara que hubo un tiempo en que dejó de asistir. El motivo no estaba en las restricciones por el coronavirus -no le afectaban en gran medida porque suele ir sola a ver películas-, sino en la falta de estrenos y variedad en la cartelera.
Por esa razón, gran parte de la sociedad, especialmente durante el confinamiento estricto, vio en las plataformas de streaming una vía de escape para afrontar la cuarentena, con una oferta es muy superior a la de cualquier cine. Los datos de Google Trends muestran un auge abrumador en las búsquedas de este tipo de servicios durante el primer estado de alarma, pero sobre todo desde que este comenzó.
Tanto Celia como Yolanda reconocen contar con prácticamente todas las plataformas disponibles. En España, según Statista, en 2021 el servicio más popular fue Netflix, con un 78 %, seguido de cerca por Amazon Prime Video, mientras que el ofrecido por Apple fue el que contaba con menos suscripciones, con un 10 %.
Precisamente por la permeabilidad que este tipo de plataformas han desarrollado en nuestro país, hay quien prefiere disfrutar de las cintas desde su salón aunque tenga que esperar un tiempo a que desaparezcan de la cartelera. “Sí que es cierto que si no es una película de efectos especiales o algo así que digas ‘Esta es para verla en el cine’, espero a que la saquen en alguna plataforma y la veo”, reconoce Yolanda.
Además de los servicios de streaming, otra opción que ha cogido impulso en estos meses es el autocine. AIMC recoge que han pasado de ser seis antes de la pandemia a diez, y que se han visto favorecidos por el hecho de “encontrarse al aire libre y siendo la interacción entre los asistentes mínima”.
Con todo, la población espera que la normalidad también llegue por fin a los cines de siempre. “La verdad es que la sensación de ver una película en el cine, en la pantalla grande, no se compara con verla en un ordenador en tu casa, en la tele o en el móvil. Prefiero mil veces el cine convencional”, resume Celia.