La intrahistoria de los Goya: del discurso de Roures al pique de Agustín Almodóvar
- Los creadores de El buen patrón volvieron a imponerse a una película de Almodóvar 19 años después
- Agustín Almodóvar pidió revisar el sistema de elección de la película española que opta al Oscar
Los lunes al sol logró cinco premios Goyas el 1 de febrero de 2003 imponiéndose a Hable con ella, de Pedro Almodóvar. Fue en la gala del ‘No a la guerra’. Alberto San Juan y Guillermo Toledo presentaban una ceremonia celebrada en el contexto de una inminente invasión a Irak apoyada por el Gobierno de José María Aznar. La crítica unánime a la intervención militar marca para muchos el inicio de un cisma en la sociedad hacia el cine español. Jaume Roures, socio gestor de Mediapro, subió aquel año al escenario junto al legendario Elías Querejeta, también productor de la película.
“Elías me ha enseñado lo poco que voy aprendiendo. La película habla sobre el amor, la melancolía, la ternura, la dignidad y la solidaridad”, enumeraba Goya en mano. “Santa (Javier Bardem en Los lunes al sol) nos explica la historia de los siameses: si uno cae, caemos todos. Es un momento de recordar que si uno cae, caemos todos. Tenemos que movernos más porque si no el siglo XXI será un siglo terrible para todos”.
El siglo pasa ya dos décadas, pero el escenario de los Goya vivía un déjà vu. La foto se ampliaba ayer. Además de Roures, subieron al escenario Fernando León de Aranoa y los actores nominados, entre los que se encontraban dos repetidos: Javier Bardem, protagonistas de ambas, y Celso Bugallo, actor fetiche para Aranoa y ganador del Goya por Mar adentro.
“Hemos tardado no sé cuántos años en llegar al segundo. Somos una pareja de hecho”, retomaba Roures, cerrando un ciclo de 19 años. “Más que hablar de la película, me gustaría hablar de la cultura. Es tan estratégica como el coche eléctrico y hay que darle todo tipo de atención. La cultura no son solo películas, libros, bailarines o cantantes: es el nervio de la sociedad. Es lo que nos hace más humanos y nos aleja del machismo y el talibanismo. Nos aleja de la violencia ahora que hay tambores de guerra. Siento que vamos con parches y no son suficientes. La cultura nos hermana más y necesitamos que ese nervio tenga lo necesario para tirar a delante”, reclamaba.
La gala de ayer vivía una situación de normalidad institucional, como la que los Gobiernos del PP tenían con el cine español antes de la gala de 2003. Pedro Sánchez volvía a acudir a unos Goya en los que las películas nominadas a mejor película tocaban, directa o tangencialmente, cuestiones políticas: la política penitenciaria (Maixabel), las crisis migratorias (Mediterráneo), la reforma laboral (El buen patrón), la memoria histórica (Madres paralelas). Entrevistado por Carlos del Amor, Sánchez confesó haber visto las dos primeras, teniendo pendientes precisamente las de Aranoa y Almodóvar.
Jaume Roures, ¿el buen magnate?
Roures siempre ha mostrado sus inclinaciones políticas: se define como marxista y está a favor de la autodeterminación de Cataluña aunque él no votaría por la independencia. La presencia del célebre empresario sorprendió al final de la gala a los espectadores que desconocen su faceta como productor. Y las redes sociales amanecían con ataques desde la derecha por su oposición política, pero también de algunos periodistas de izquierdas por su papel en el ERE que significó la desaparición de la versión impresa del diario Público.
“La tesis es que si eres muy hijo de puta, lo acabas pagando”, explicaba Roures a RTVE.es -antes del estreno de la película en San Sebastián- sobre el final de El buen patrón. “El patrón de la película es dañino porque no responde a una relación laboral entre iguales o de colaboración. Me acuerdo de un chiste de hace años que decía: el patrón me hace levantar la persiana de la fábrica a las 6 de la mañana, me puedo ir a las diez de la noche y él ni siquiera viene porque tiene mucha confianza en mí. La película es una foto de eso”.
Y no tiene problemas en contestar a quienes piensen, como si intereses y principios fuesen la misma cosa, que es contradictorio que un empresario importante denuncie la explotación. “Fernando y yo tenemos una línea bastante coherente en el cine y en los contenidos que producimos desde hace 25 años. La espalda del mundo, Los lunes al sol, Princesas, Amador, el documental de Podemos. Nunca nos hemos apartado. Es una opción que creemos necesaria, que funcionará más o menos, pero pensamos que hay que abordar. Nos parece una buena foto de la realidad”.
Agustín Almodóvar vs. la Academia de Cine
El fantasma de Los lunes al sol se le apareció también a Agustín Almodóvar. La película de León de Aranoa no solo ganó en 2003 el Goya, sino que fue seleccionada como candidata española a los Oscar por delante de Hable con ella. Sin embargo no logró nominación en Hollywood, mientras que la cinta de Almodóvar ganó el Oscar a mejor guion y fue nominada a mejor dirección. Es decir, más que probablemente, hubiese ganado el Oscar a mejor película internacional.
En octubre del año pasado se repitió la historia y El buen patrón fue elegida pra luchar por el Oscar por delante de Madres paralelas. Y este semana, tras las nominaciones al Oscar de Penélope Cruz y Alberto Iglesias por Madres paralelas, y la ausencia de El buen patrón, Agustín Almodóvar opinó en twitter que la Academia “debía revisar el sistema de elección de la película española para los Oscar”, iniciando un nuevo capítulo en el historial de desencuentros y reconciliaciones de los Almodóvar con la Academia, un camino empedrado de auténtico dolor y gloria.
Su crítica no se detuvo en la comparación con El buen patrón: también afeó que Alberto Iglesias no estuviese nominado en los Goya por la banda sonora de Madres paralelas. Dado que las normas de los premios impiden que un compositor esté nominado por dos trabajos e Iglesias fue seleccionado por su música en Maixabel, el productor estaba lanzando fuego amigo e implícitamente afirmando que el Alberto Iglesias de Madres paralelas es mejor que el Alberto Iglesias de Maixabel.
¿Hubiera sido Madres paralelas nominada al Oscar Internacional este año? Casi seguro. ¿Tiene sentido señalar que los académicos votan mal y se equivocan en sus gustos? Desde fuera, no lo parece en absoluto. En la alfombra roja, Fernando León de Aranoa salía al paso deteniendo el feo juego de comparaciones afirmando que “no era oportuno, ni era el momento”.
Es un tópico, pero también un aparente sentir general, que la competición artística no es, o no debería ser, equiparable a la deportiva. Y nada encarnaba mejor en Valencia esa hermandad deseable que el matrimonio de Penélope Cruz y Javier Bardem, que tan dulcemente parecen disfrutar de su nube profesional. La protagonista de Madres paralelas, que fue precisamente quién en 2003 entregó el Goya a Elías Querejeta y Roures, hablaba maravillas de su ‘rival’ en la ceremonia en la alfombra roja.
Un recuerdo de que al final, aunque simbolicen el cariño y admiración de los pares, los Goya, bien mirados, no son más que su nombre popular: unos simples cabezones.