Enlaces accesibilidad
Cómic

Antonio de Nebrija contra la Inquisición en el cómic de su V Centenario

  • El argentino Agustín Comotto ha recreado la vida del humanista
  • Más noticias sobre cómic en 'El cómic en RTVE.es'

Por
Detalle de la portada de 'Nebrija'
Detalle de la portada de 'Nebrija'

Este año recordamos el V Centenario del fallecimiento del sevillano Antonio de Nebrija (1444-1522), uno de los grandes humanistas españoles, famoso por ser el autor de la primera gramática castellana, publicada en 1492, tres meses antes del descubrimiento de América. Y entre las numerosas actividades para celebrarlo destacamos el cómic Nebrija (Nórdica Libros), del artista argentino Agustín Comotto, que ha sido cofinanciado por el Ayuntamiento de Lebrija y la Fundación Antonio de Nebrija. Una historia que parte del juicio de la Inquisición para recorrer toda la vida del pensador.

Agustín confiesa que ve a Nebrija como un hombre renacentista: "No conocía en profundidad a Nebrija salvo lo que aprendes en la EGB de mi época. Me interesó hacer algo sobre el Renacimiento, periodo que me ha apasionado desde siempre. El reto fue doble porque no sabía que la corriente humanista también, aunque en menor medida, había llegado a la península. Descubrí en Nebrija, como en otros menos conocidos que él de esa época, a un curioso. Alguien que se preguntaba, más allá del dogma imperante, por los secretos del universo de forma interdisciplinar. Le interesaba la astronomía, la botánica, las palabras, la matemática y, por supuesto, la gramática. Esto es Renacimiento en estado puro".

Otra de las razones que llevaron a Agustín a aceptar este cómic fue el periodo histórico del que trata. "Lo que hoy es España en tiempos de Nebrija era un conglomerado complejo de reinos en fase de unificación. Fue un periodo convulso en donde la prioridad era aglutinar el poder a través de algo en común (la religión) y acabar con las banderías reinantes. En eso, los reyes Fernando e Isabel trabajaron de manera incansable. Evidentemente, si unificas a través de una fe religiosa, ser un humanista que cuestionaba lo que es incuestionable, es decir, el dogma, es un problema. Allí está Nebrija, o Pedro de Osma, o Abraham Zacut o Pablo Caballero. La lista es grande y no todos cristianos o castellanos de origen. Porque el valenciano Lluís Vives fue un genio que escribía en latín o catalán y Zacut, de origen judío, lo hacía en hebreo".

"Me apasiona el fino equilibrio que esta gente tuvo que hacer para pensar de una manera libre, dudar, en medio de un aparato de Estado en plena expansión" -añade Agustín-.

Página de 'Nebrija'

Parte del enfrentamiento de Nebrija con la Inquisición

Partiendo del enfrentamiento de Nebrija con el inquisidor general Diego de Deza, el cómic repasa la vida del humanista, su viaje a Italia, su lucha por unificar la gramática castellana o la introducción del Renacimiento en España, en plena época de la reconquista, los reyes Católicos y el descubrimiento de América.

"No me gusta la palabra reconquista -asegura Agustín, ¿qué reconquistas luego de 800 años de cultura y ciencias establecidas por el Al Andalus? En todo caso te afirmas en tu idea de unificar bajo una religión, que era el proyecto. Y, como es sabido, había tres religiones en la península. También se expulsó a los hebreos, establecidos desde muy antiguo. Me interesó particularmente la figura de Fernando II, que aparece muy poco o nada en el relato, como una eminencia gris a la sobra. Es apasionante también el papel que le dio a la Inquisición y como ésta evolucionaba internamente. No es lo mismo el inquisidor Deza que, posteriormente, Cisneros. Tampoco coinciden los intereses que tenía Fernando II al fundarla con cuando ya se había establecido el aparato de Estado a partir del 1510".

Uno de los grandes aciertos del cómic es centrarlo en ese juicio de la Inqquisición al que se enfrentó Nebrija. "Soy un autor y mi trabajo es que mi trabajo sea interesante al lector. Si cuento la vida de manera plana que tuvo Nebrija que sería algo así como la de un tipo que estaba todo el tiempo escribiendo entre velas y con los dedos sucios de tinta corro el riesgo de dormir al lector. Pero, si le damos un centro vertiginoso (puedes morir en una hoguera si equivocas tus palabras) la cosa cambia. Hay un interés. Mi papel es ficcionar, hacerlo con respeto histórico. Pero no deja de ser mi visión. Siempre me he preguntado, si leyesen mis personajes históricos lo que hice con ellos, qué opinión tendrían de ello".

"De las letras españolas de la época poco puedo decir al no haberlas estudiado a fondo como sí hice con los personajes que aparecen en la novela -añade Agustín-. Pero seguro que tenían muy claro lo que no podían decir y a quién no contradecir. Osma pagó muy caro su verbo" (Pedro martínez de Osma, uno de los pensadores más brillantes de la época, fue profesor de Nebrija y fue condenado por la Inquisición por hereje. Es otro de los protagonistas del cómic).

Página de 'Nebrija'

Deza, el sucesor de Torquemada

El inquisidor general Diego de Deza fue el sucesor de torquemada, el inquisidor más famoso. Pero... ¿por qué tenía ese odio a Nebrija? "La narración también es la historia de una generación que estudió en Salamanca -asegura el dibujante-. Deza, Nebrija, Talavera, Osma (unos años mayor) Zacut, etc. Deza fue un erudito, un docto pero, a diferencia de Nebrija, un ortodoxo. Él fue el gran responsable de llevar a Colón a su aventura hacia lo desconocido. Resulta paradójica su confianza en el proyecto del marino genovés y su saña contra los judíos que, como el banquero valenciano converso Santangel financiaron al marino en su viaje. Fue capital converso quien financió a Colón en la aventura".

"Personalmente, no creo que Deza odiase a Nebrija -añade Agustín-. Es mi ficción una vez más. Diría que su enemistad (esta sí es demostrable) fue hacia Cisneros. Ambos son la cumbre del poder religioso, cada uno en su orden, en relación al poder terrenal (el rey). Nebrija para Deza era algo insignificante en el juego de poder al que estaba acostumbrado a jugar".

Página de 'Nebrija'

Isabel la católica y el cardenal Cisneros

Otros de los protagonistas del cómic son la reina Isabel la Católica y el Cardenal Cisneros, que fueron fundamentales en la vida y obra de Nebrija.

"La reina siempre alentó a los doctos -nos comenta Agustín-. No llegó a ser una “princesa renacentista”, al modo de Juan de Zúñiga, porque la religión, su dogma, condicionó demasiado su personalidad. Realmente, Isabel I fue una cristiana devota. Pero tenía profesora de latín, le gustaba formarse y apreciaba y valoraba la cultura clásica. Nebrija escribe para ella algún poema y ella le encarga trabajos, como se ve en el relato".

"Cisneros es otra cosa -añade el dibujante-. Fue un personaje excepcional. Aquí estamos delante del arquitecto del Estado de los reinos, el que “ve” el futuro imperio que llega posteriormente con Carlos I. Era culto, ambicioso y muy calculador. Un estadista. Pero no tuvo escrúpulo alguno ante la cultura si no estaba al servicio de sus intereses o gustos. Pensemos que como inquisidor, ordenó quemar la biblioteca nazarí de Granada, una de las grandes perdidas que ha tenido la humanidad. Cisneros protegió a Nebrija y éste trabajó para él hasta el fin de sus días. La importancia de Cisneros fue capital en los últimos años del gramático".

Página de 'Nebrija'

La primera gramática de una lengua que no era el latín

Antonio de Nebrija fue el autor de la primera gramática castellana, de un primer diccionario latino-español ese mismo año y de otro español-latino hacia 1494. "Nunca me planteé la importancia de su gramática -confiesa Agustín-. Siempre vi más importante su manera de ver, de preguntar y descifrar el misterio de qué somos y porqué estamos".

"Pero, evidentemente, su gramática, la primera de una lengua que no es el latín, es primordial -añade el dibujante-. Posteriormente su idea fue copiada por el resto de Europa. Él define el lema que define al castellano: la letra para cada sonido. La economía de las letras es esencial y por eso redujo el alfabeto a lo mínimo indispensable. Pero, también, esto tuvo sus costos. Es la lengua de Europa con menos vocales. Comparemos, por ejemplo, cuantas tiene el francés, el catalán o el portugués. Eso es parte de su gramática y marca una manera de hablar y de aprender una lengua. Me pregunto si la vocal E dicha en esa época en Burgos era igual que la E dicha en Sevilla. Tengo mis dudas. Pero la gramática de Lebrija las unifica. Pienso que un gramático estudioso respondería mejor que yo a mis intuiciones".

Página de 'Nebrija'

Un adelantado a su tiempo, que vió el futuro en la imprenta

En el cómic vemos como Nebrija, como hombre renacentista y humanista, de interesó por la literatura, la historia, la ciencia, las artes, los inventos... Y una de las invenciones que m´sa le benefició fue la imprenta. "Nebrija era un adelantado -asegura Agustín-. Confiaba en los nuevos inventos y ante Gutemberg, como copista que fue de incunables, vió el futuro".

"Pero no sólo se queda aquí su esfuerzo -añade-. Él establece también la manera de relacionarse con el oficio. Es conocido su carácter y cómo iba a las imprentas a corregir y discutir, incluso pelearse, con los impresores. Él establece cómo se trabaja un libro. Fue riguroso e implacable con el error tipográfico. También crea el derecho de autor. Mediante un sello real que debe aparecer en cada reimpresión, reclama reconocimiento de la obra y remuneración si se re imprime el libro".

"Fue muy reconocido como autor de textos escolares, manuales de aprendizaje y diccionarios, como el castellano catalán, por poner un ejemplo. El derecho de autor lo hizo rico y, también, que un autor hoy reciba dinero por ello que ha creado" -concluye Agustín-.

Página de 'Nebrija'

La documentación y el dibujo

Agustín Comotto se las apaña para llenar sus páginas de información sin hacer pesada la lectura, destacando su excelente manejo de la documentación. "La dificultad de la documentación radica en que la época de Nebrija ha sido cubierta en gran medida por el barroco posterior -confiesa-. Un barroco con dinero ya que el reino de Carlos I y luego Felipe II tuvieron capital del nuevo mundo para remodelar todo. Por ejemplo, la fachada de la universidad de Salamanca es plateresca, acabada años después de muerto Nebrija. ¿Cómo era la anterior? No lo sé".

"Se trata de reconstruir con respeto y tratando de usar recursos de la época que puedes encontrar en otras ciudades -añade-. Por ejemplo, se ve mucho mejor una ciudad medieval en Mirepoix, pueblo de Francia, que actualmente en las zonas nobles de Salamanca, de piedra y en buena medida posteriores. Mis fuentes intento sean originales: grabados, pintura de batallas, retratos, etc. Pero mi estilo de dibujo se acerca más al expresionismo de un Frans Masereel o Alberto Breccia que a la manera de representar de la época. Narrativamente, me debo a Pratt o a Jacques Tardi".

Pero para Agustín, lo más importante de su digujo es la claridad de ideas: "Mi dibujo está al servicio de lo que quiero contar. Puedo hacer un dibujo que, quizás, me gusta mucho más que lo que hice pero que no me sirve para contar lo que quiero".

"En el caso de Nebrija, necesitaba que los elementos, decorados o personajes se pudieran sostener a lo largo de muchas páginas. Quería que el lector (espero haberlo conseguido) entre en la época; que pueda entrar en la peste, en un barco mercante rumbo a Génova o en un castillo como el de Coca, de arquitectura mudéjar" -añade el dibujante-.

Portada de 'Nebrija'

Sus proyectos

En cuanto a sus proyectos, Agustín Comotto confiesa que: "Afortunadamente muchos. Tengo otra novela gráfica acabada y de próxima publicación que está ambientada a finales de la Argentina de los 60. Trata sobre los movimientos pre revolucionarios que devinieron lucha armada de los 70. En una palabra, la historia de la generación de mis padres y cómo afectó en gran medida la mía. Una historia en cierto modo autobiográfica. Se llama Stein y también está basada en hechos reales. Trabajé más de un año en ella".

"También, ando dandole vueltas a dos proyectos de novela gráfica más pero de los que hablaré menos. Uno es un proyecto de ciencia ficción. El otro, tiene que ver con los nazis que llegaron a Argentina en la operación Odessa, particularmente los científicos. Pero para todo esto, necesito pensar mucho e investigar y dibujar aún más".

"Me apasiona contar historias si vale la pena contarlas" -concluye Agustín-.