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Afganistán, seis meses bajo los talibanes (II)

La larga espera de los colaboradores españoles en Kabul

  • Mohammad y Khaled (nombres ficticios), antiguos colaboradores de España en Afganistán, se esconden de los talibanes mientras esperan que nuestro país les ayude a abandonar Afganistán
  • El Ministerio de Asuntos Exteriores mantiene su compromiso de "no dejar a nadie atrás" tras la vuelta de los radicales al poder
  • Escucha las otras dos entregas: La crisis humanitaria y Las mujeres afganas

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Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso - La larga espera de los colaboradores españoles en Kabul

Quizás Mohammad y Khaled (nombres ficticios por seguridad) se cruzaron a finales de agosto en los alrededores del aeropuerto international Hamid Karzai de Kabul. Como decenas de miles de ciudadanos afganos, acudieron al recinto en las afueras de la capital, en busca de una evacuación en uno de los numerosos vuelos operados por los países occidentales en los días que siguieron la vuelta al poder de los Talibanes. Pero Mohammad y Khaled tenían un sésamo. O al menos, así lo pensaban. Una carta, con un sello del Ministerio español de Asuntos Exteriores y de Cooperación, que confirmaba que tenían derecho a ser evacuados, por haber sido colaboradores de AECID, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

Certificado de la AECID de Mohammad

Certificado de la AECID de Mohammad

"Recibí la carta el día 23 de agosto. Me decían que tenía un vuelo programado entre el 23 y el 24", recuerda Mohammad, 60 años, en un café de Shar-e-Naw, una céntrica calle de Kabul.

Documentos del Ministerio de AAEE de Mohammad

Documentos del Ministerio de AAEE de Mohammad

Está nervioso, y habla en voz baja. "Para mí es un gran esfuerzo estar aquí", asegura a Radio Nacional: "Normalmente estoy todo el tiempo en casa. No quiero salir y tener que conversar con los talibanes." Le acompaña y le anima su hijo mayor de 27 años, fan del FC Barcelona. Juntos, con el resto de la familia, diez personas en total, se fueron hacia el aeropuerto el mismo día en el que recibieron la carta.

Mohammad, 60 años: "Mi mujer y mis hijas llevaban velos de color amarillo y rojo, era una señal para los militares españoles"

"Mi mujer y mis hijas llevaban velos de color amarillo y rojo, era una señal para los militares españoles", explica en una de las pocas anécdotas que le arrancan una sonrisa. También se relaja a la hora de recordar su trabajo con la Cooperación española. Fue entre 2009 y 2012. Llevó a cabo proyectos con AECID y el Ministerio afgano de Rehabilitación Rural y Desarrollo. Era entonces consejero técnico. Ahora, está en paro. "Solicitar un empleo en cualquier oficina gubernamental es un riesgo para nosotros porque hemos trabajado con agencias internacionales y embajada", asegura Mohammad. "No nos van a aceptar y puede haber represalias".

"Estamos en cada momento, 24 horas el día, esperando para dejar el país e ir hacía España"

Detrás de sus gafas, reconoce que ahora solo piensa "en salir de Afganistán": "Espero que el Ministerio de Asuntos Exteriores cumpla su palabra de que no va a dejar a nadie atrás. Estamos en cada momento, 24 horas el día, esperando para dejar el país e ir hacía España." Mohammad se estremece al evocar la espera cerca del aeropuerto de Kabul el verano pasado: "Estuvimos ahí cuatro días. No había nada para comer ni para beber, pero nos quedamos. Tengo un niño de solo 4 años que estuvo ahí. Fue muy difícil para nosotros".

El miedo y la espera de Khaled

Documentos del Ministerio de AAEE de Khaled

Documentos del Ministerio de AAEE de Khaled

Khaled no esperó tanto tiempo. Su carta de evacuación tenía fecha del 26 de agosto, con un vuelo programado para ese día o los dos siguientes. Puso rumbo a Kabul desde la provincia de Badghis, donde vivía con su mujer y sus ocho hijos. Más de 500 kilómetros para quedarse apenas unas horas cerca del aeropuerto: "Ocurrió lo del atentado [que mató a más de 180 personas en los alrededores del aeropuerto el 26 de agosto], y tuvimos miedo. Decidimos volver a Badghís", explica Khaled.

Khaled, 56 años: "Estoy viviendo solo en Kabul, mi familia se ha quedado en Badghís. Allí la gente me conoce, saben que he trabajado con España"

Con su barba y su pelo frondoso, algo canoso, Khaled aparenta menos que sus 56 años. Ingeniero, estuvo trabajando cinco años, entre 2009 y 2013, con AECID, en proyectos de infraestructuras en la provincia de Badghís. No quiso quedar en su casa -"por si os han seguido"-, tampoco en un café. Le vemos a un piso puesto a disposición por nuestro traductor. "Estoy viviendo solo en Kabul, mi familia se ha quedado en Badghís. Allí la gente me conoce, saben que he trabajado con España. Es demasiado peligroso para mí", nos explica.

Cuando volvió del aeropuerto, los talibanes le estaba buscando. Estaban detrás de todas las personas que habían colaborado con agencias e instituciones internacionales. "Detuvieron a varias personas, y estaban mirando las casas una por una", recuerda. "Tuve que salir en medio de la noche." No ha vuelto desde entonces. "Mi familia no tiene ningún ingreso. En los últimos meses, solo teníamos nuestros ahorros, pero ya ni eso. A veces no hay para comer".

Certificado de la AECID de Khaled

Certificado de la AECID de Khaled

Khaled ha venido a la cita con el amigo que le alberga en Kabul. Reconoce estar a veces "desesperado" por la situación, y pide a las autoridades españolas que le ayuden a encontrar una solución para salir de Afganistán: "Hay decenas de familias de colaboradores de AECID a la espera. Y hay países como Alemania, el Reino Unido o Estados Unidos que lo están haciendo con sus colaboradores" asegura el ingeniero afgano. La solución -según Khaled- pasa por que el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación les facilite un documento de viaje para poder cruzar la frontera, o que les evacue directamente desde Kabul. De otro modo, dice, "no es posible abandonar el país".

"Nadie puede conseguir un pasaporte ahora en Afganistán"

"Nadie puede conseguir un pasaporte ahora en Afganistán", afirma Khaled. "Las nuevas autoridades no los dan." Sin recursos, sin ahorros y con una familia numerosa, no pueden tampoco hacer frente al coste de un visado para ir a un país vecino. Desde el Ministerio español de Asuntos Exteriores, aseguran a Radio Nacional que son "conscientes" de que todavía existen casos como los de Khaled y Mohammad, pero que "mantienen firme su compromiso de no dejar a nadie atrás". Después de las dos operaciones de evacuación de agosto y octubre, por las que salieron en total 2.228 colaboradores y sus familiares, España ha conseguido traer 269 personas, según Exteriores, a través de varios países vecinos de Afganistán.