Castilla y León abre un escenario incierto de ingobernabilidad con vetos cruzados entre los partidos llamados a negociar
- El PP se cierra a gobernar en coalición con Vox y Abascal avisa de que "avanza hacia la repetición electoral" si mantienen el "chantaje"
- El PSOE dice al PP que si quiere sentarse a hablar sobre su abstención rompa con Vox primero en Andalucía, Madrid y Murcia
La exigua victoria del PP en las elecciones de Castilla y León, a diez escaños de la mayoría absoluta, deja un escenario que aboca a la ingobernabilidad e incluso ya hay quien pronuncia estas palabras: repetición de elecciones. Si nadie se mueve de sus posiciones iniciales, no hay forma de avanzar hacia una investidura del ganador del 13F, Alfonso Pérez Mañueco. Cierto es que han pasado tan solo dos días y ahora las distintas formaciones que tienen que negociar parten de las posiciones más extremas y las mayores exigencias. Es más que probable que los margenes para alcanzar un acuerdo se vayan modulando y ensanchando hacia un entendimiento, pero si no es así y los partidos mantienen lo dicho hasta el momento, a Mañueco no le saldrán las cuentas y planearía la sombra de la repetición electoral que él mismo ha dicho ni tiene en la cabeza.
Al 'popular' solo le pueden hacer presidente Vox y el PSOE porque son las dos únicas fuerzas con las que se da la mayoría absoluta. De momento, sin que el ganador del 13F se haya sentado con nadie a hablar, los partidos se imponen vetos cruzados que hacen imposible ningún acuerdo, ni mirando el PP a su derecha ni mirando a su izquierda.
La suma PP-Vox no sale porque los 'populares' se niegan a un gobierno de coalición con la formación de Santiago Abascal y este martes han sido meridianamente claros en su rechazo, y la suma PP-PSOE tampoco es posible porque los socialistas, para empezar a hablar y "entenderse" en una posible abstención en Castilla y León, piden que el PP rompa "en todas las comunidades" con Vox, en referencia a la Comunidad de Madrid, la Región de Murcia y Andalucía, lo que abriría tales crisis en esas regiones que hace casi imposible ni plantearlo como opción real.
Sánchez y Casado fijan unas posiciones que van más allá de Castilla y León
Las posiciones, además, las han fijado el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Pablo Casado, el primero en una intervención en el Senado y el segundo ante su Ejecutiva nacional reunida en Génova, precisamente para analizar los resultados del 13F, dejando claro que lo que se decida en Castilla y León va mucho más allá de los límites de la comunidad.
Así, Sánchez ha espetado al líder del PP en el Senado, Javier Maroto: "Si quiere pedir la abstención del PSOE, explique por qué quiere la abstención del PSOE, explique por qué Vox es un peligro para la democracia y que hay que poner un cordón sanitario". Y tras esa afirmación le ha pedido que "rompa sus acuerdos" en las comunidades donde el PP gobierna con el apoyo "de la ultraderecha".
Casado, reunido con todos sus 'barones' ha planteado por dónde irá el partido en Castilla y León, sin referirse a esa posible abstención del PSOE, que el PP no ha pedido aún a los socialistas de forma firme. De hecho han sido los alcaldes socialistas Óscar Puente -Valladolid- y José Antonio Diez -León-, y no el PP, quienes han elevado el tema a debate ya que ellos sí ven con buenos ojos esa opción para impedir que Vox entre en la Junta.
El líder del PP ha sido duro con Vox, sin mencionarlo en todo el discurso. Ha rechazado los "extremos" y los "populismos" y ha dejado claro que el PP tiene "límites para pactar" y que sus "principios" son sus "condiciones" y entre ellos ha citado "la igualdad, la cohesión territorial y la integridad autonómica" como "innegociables".
Casado ha dicho así que el PP aspira a una mayoría social, no a un "equilibrismo sobre minorías radicalizadas", y ha lanzado un dardo directo a la formación de Abascal al señalar que "algunos están más preocupados por sustituir al PP que con acabar con este mal gobierno".
Solo la presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha mostrado abierta a pactar con Vox, en una línea diferente a lo marcado por el partido. Ya defendió en campaña ese pacto y lo ha vuelto a hacer este martes a su entrada al cónclave.
El PP podría buscar en Castilla y León un pacto con formaciones menores- UPL (con tres procuradores), Soria ¡YA! (con otros tres), Ciudadanos y Por Ávila, con uno cada uno- para sumar más votos, pero con todos ellos suma 39 y no llega a la mayoría absoluta de 41, por lo que seguiría necesitando de otras fuerzas para ser investido y poder gobernar. Y además alguno de esos apoyos se antoja complicado con un Francisco Igea que dijo en campaña que "nunca, jamás, haría presidente a Mañueco".
Mañueco rechaza un gobierno "débil y fracturado" con Vox
El propio Mañueco, que había mostrado cierta ambigüedad en relación a un gobierno con Vox, ha elevado este martes el tono para cerrar también la puerta a un posible gobierno de coalición. Ante su Junta directiva autonómica ha sido muy contundente para rechazar de plano la opción de un gobierno conjunto con el partido de Abascal, al que ha dejado claro que no dará "ni un paso atrás en materia de igualdad", en la misma linea que lo dicho por Casado. Ha señalado que quiere un gobierno "fuerte y con una sola voz" y rechaza un ejecutivo de coalición "débil y fracturado".
Se abre a hablar de programas, pero no de sillones. "Se equivocan quienes hacen números sin hablar de proyectos" y quienes "quieren equiparar la situación actual a hace tres años porque ahora el PP ha ganado las elecciones". Se refiere el actual presidente autonómico a la pretensión de Vox de negociar un gobierno conjunto en los mismos términos que lo hizo Ciudadanos tras las elecciones de 2019, esto es, con la vicepresidencia y cuatro consejerías. Entonces, el socialista Luis Tudanca ganó las elecciones y Mañueco tuvo que cerrar un gobierno conjunto con la formación naranja para poder gobernar, pero ahora cree el 'popular' que la situación es diferente porque el PP es el "claro vencedor".
Abascal: "Avanza hacia la repetición electoral si pretende un chantaje"
Frente a Mañueco, Vox de momento mantiene que quiere gobernar, que sus votantes "no son menos que los de Ciudadanos" y le pregunta al PP ¿qué teme de un gobierno de coalición".
Ha sido el propio Abascal quien, en una entrevista en Esradio, ha insistido en que de ninguna manera su partido- que se disparó hasta los 13 procuradores escalando hasta la tercera posición- va a dar su apoyo "gratis" a Mañueco y le ha advertido de que si mantiene lo que considera un "chantaje" avanza hacia la repetición electoral.
Tras el discurso de Casado, fuentes del partido han asegurado a TVE que no tienen líneas rojas, pero insisten en tener un "peso y presencia" en el Ejecutivo de Mañueco, que el PP de momento les niega. "Vamos a seguir hasta las últimas consecuencias, hasta el final con nuestras reivindicaciones. Si hay que repetir elecciones, que se repitan. No tenemos miedo a la repetición electoral".
Desde Vox mantienen su "deber y derecho" a exigir entrar en ese gobierno, tal y como hizo Ciudadanos en la pasada legislatura, con un procurador menos. Entonces Mañueco no dudó en pactar con Francisco Igea la vicepresidencia y cuatro consejerías.
Así las cosas, Mañueco empezará en breve una ronda de contactos con todos los partidos con representación en las Cortes, sin excepción, y a partir de ahí se verá si alguien se mueve hacia posiciones más posibilistas o se mantienen los vetos cruzados que hacen imposible la investidura del 'popular'.