'Morder la manzana', la unión de dos iconos feministas: Raquel Riba Rossy y Leticia Dolera
- La dibujante ha adaptado la novela de la actriz a las viñetas
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Raquel Riba Rossy (Lola Vendetta) se une a otro icono del feminismo, Leticia Dolera, con su adaptación a las viñetas de Morder la manzana (Planeta Cómic), un libro en el que la actriz explicaba por qué es importante ser feminista y que también es un homenaje a las mujeres que, a lo largo de la historia, han luchado por la igualdad de la mujer.
Sabiendo el enorme éxito que Raquel tiene con Lola Vendetta le preguntamos por qué ha querido unirse a Leticia Dolera en esta adaptación. “En primer lugar porque tenía muchas ganas de trabajar con ella. Había leído el libro y me parecía que era una puerta de entrada muy sencilla a conceptos del feminismo que en otros trabajos se presentan como más teóricos o densos. Y pensé que pasarlo al lenguaje gráfico facilitaría todavía más que esos conceptos estén al alcance de todo el mundo”.
“Es ideal para personas que tengan poco tiempo para leer, porque digerir un libro con ilustraciones es mucho más fácil –añade-. También para las que, como yo, tengan más memoria visual que escrita. Y creo que es perfecto para que los jóvenes se acerquen a estos temas, porque es una generación tremendamente visual. Yo sería una persona totalmente distinta si estos conceptos hubieran entrado en mi vida cuando era una adolescente, y no hace ocho o diez años, como me pasó. Por eso nos interesa tanto llegar a los jóvenes”.
"Hemos pensado que con el movimiento feminista las cosas se iban a solucionar solas"
El libro nos recuerda que en una reciente encuesta de la Universidad Complutense, casi un 14 % de las adolescentes reconocía que sus novios las controlaban a través del móvil. ”Creo que uno de los mayores errores que estamos cometiendo es pensar que el problema del machismo se va a solucionar en una generación –asegura Raquel-. Porque el patriarcado también va mutando. Si lo comparamos con un virus lo entendemos rápido ¿no?”
“O sea –continúa la dibujante-, es un sistema que lleva rigiendo el mundo desde hace centenares de miles de años. Ahora, gracias a la manera de vivir y a la tecnología somos más conscientes que nunca de la magnitud del problema, pero eso no significa que podamos darle la vuelta tan rápido. Hay que seguir trabajando porque cada día aparecen formas nuevas de comunicarse y el machismo también se está adaptando a ellas, como demuestra la aparición de los micromachismos”.
“Creo –continua Raquel-, que hemos pecado de pensar que por escribir y leer libros y artículos, por formar parte del movimiento feminista, las cosas se iban a solucionar solas. Pero tiene que haber una parte personal de cada uno, de mirar mucho dentro de nosotros mismos, de ver lo que hemos vivido a nivel personal y familiar… y cómo se traduce todo ese machismo a través de nuestros comportamientos. Y eso es un análisis que requiere de tiempo”.
"Tiene que haber cambios muy profundos a nivel mundial"
Preguntamos a Raquel si eso es un poco el problema de los micromachismos, que los tenemos tan integrados que no somos conscientes. “Es como ha funcionado la economía del mundo y todos los patrones que rigen nuestro comportamiento. Por eso es normal que fracasemos. Hace unos días una amiga me decía que después tantos años de lucha todavía se veía haciendo cosas que odiaba. Eres feminista porque te has propuesto deconstruir, desmontar todo eso que estaba pasando dentro de ti. Pero esos cambios llevan muchísimo tiempo, sobre todo porque el mundo todavía está construido en esos patrones”.
“Se hace mucha publicidad de cómo está cambiando el mundo, de cómo se está abriendo a ese cambio, pero no deja de ser publicidad. Tiene que cambiar a niveles muy profundos a nivel de gestión económica mundial”.
Al femininismo a veces se le da también un aspecto negativo, comparándolo con el machismo. “Yo creo que todos los que hemos querido hablar sobre feminismo nos hemos encontrado con esa primera barrera -asegura Raquel-. A lo largo de ese trayecto nos encontramos con ciertas palabras o actitudes que intentan invalidar nuestro discurso para que no podamos avanzar. Tenemos que seguir defendiendo que el feminismo no es eso. El problema es por falta de cultura, porque yo creo que las personas que opinan eso no se han dignado a leer. Esas personas que creen que tienen la verdad absoluta sin necesidad de leer nada. Es agotador, pero nos va a tocar seguir haciendo esa aclaración durante mucho tiempo”.
En el libro Leticia Dolera confiesa que es feminista radical. Preguntamos a Raquel si comparte esa postura: “Creo que compartimos la vasta mayoría de conceptos. Lo que pasa es que yo todavía estoy en proceso de comprender hasta que el nivel de profundidad me afecta lo que estamos poniendo sobre la mesa. Es lo que Leticia o Henar Álvarez han defendido en otras ocasiones: el derecho a no tener clara tu posición todavía. Es decir, yo tengo clarísima la posición feminista, pero luego hay algunos temas en los que, aunque creo que tengo las cosas claras, quiero seguir leyendo e indagando. Porque son cosas fuertes y cuando yo haga declaraciones las quiero hacer con mucha responsabilidad”.
“El cuerpo de la mujer sigue siendo el centro de muchas violencias”
El cuerpo de la mujer sigue siendo el centro del cine, la televisión o la publicidad. “Eso sigue siendo así a pesar de la lucha que se está haciendo –afirma Raquel-. El cuerpo de la mujer sigue siendo el centro de muchas violencias. Por eso creo que es fundamental darnos cuenta de cuáles son nuestros patrones de violencia. Hasta dónde llega y cómo se emplea esa violencia…”
“Cambiar eso va a ser un proceso largo –añade la dibujante-, porque hay muchas posiciones sobre el tema. Desde las que se quieren apropiar de la objetivización del cuerpo de la mujer hasta las que quieren cortar eso a machete y hacerlo desaparecer por completo, lo que también sería sexista. Vamos a ver posiciones muy diferentes sobre ese tema”.
“Lo fundamental es que las mujeres tengamos el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos –aclara Raquel-, porque en el momento en que son otras personas las que deciden sobre nuestro cuerpo, como si fuera un territorio ajeno a nosotras, ahí es donde tenemos un problema gigante. Porque se nos está infantilizando, y tener autonomía como individuo cando se nos está deshumanizando de alguna manera, es muy complejo”.
En una escena del libro, Leticia Dolera cuenta como se presentó a un casting con 30 años y le sugirieron que mintiera sobre su edad. “Eso tiene que ver con algo muy concreto, y es que parece que nuestra obligación es estar perfectas para los demás. No para nosotras mismas, sino para os demás. Cuanto más maduran los actores de Hollywood parece que se vuelven más sexys y les dan mejores papeles, pero con las actrices sucede al contrario”.
“Es lo que decíamos antes de que las mujeres tenemos que estar impolutas para que los demás nos miren –añade-. Y eso se complica con la edad. Dejas de tener la piel tersa, se te cae el pecho… Y eso nos pasa factura. Es complicadísimo”.
“Esa anécdota que cuenta Leticia es muy gráfica, pero nos pasa a muchas mujeres cuando llegan los primeros síntomas de envejecimiento y sientes que empiezas a perder valor como persona, aunque la estética no sea fundamental para tu trabajo. Eso es una presión tremenda. Es un Bullying silencioso muy bestia que puede derivar en problemas graves como temas de salud mental”.
El miedo a envejecer es solo uno de los miedos en los que se sigue educando a las mujeres, junto al miedo a no encontrar pareja o a no lograr ser madres. “No solo eso –asegura Raquel-, sino que también se nos educa con miedo a la sexualidad, un tema fundamental. Hay que hacer una educación en positivo, en igualdad, en comunicación afectiva, en una serie de conceptos básicos para que vayamos perdiendo todos esos miedos”.
La historia del feminismo y sus pioneras
El libro también repasa la historia del feminismo y es un homenaje a sus pioneras, como Olympe de Gouges o Mary Wollstonecraft. “Hay una de ellas que a mí me enternece mogollón –confiesa Raquel-, que es Betty Friedan, que escribió La mística de la feminidad (1963), en el que analizaba esto de lo que hablamos: Hasta qué punto afectaba la condición femenina a nivel mental”
“Es decir –continúa-, que Betty analizaba todos esos hábitos obligatorios socialmente para las mujeres: estar perfecta para los demás, no moverte, estar siempre pendiente de los demás, parir a los demás, cuidarlos, darles placer… Servir a la comunidad y al individuo, y hacerlo sin recibir nada a cambio”.
“Y este libro lo escribió al mismo tiempo que ella estaba sufriendo malos tratos por parte de su marido –añade-. Siento mucha afinidad con ella por un montón de razones y me gusta mucho su manera de acercarse al tema diciendo: “un momento, cuando hablamos de que las mujeres tienen más ansiedad, más depresión… vamos a descubrir por qué es así”. Porque lo fácil es decir que estamos locas o tenemos un problema hormonal y nos quedamos tranquilos. Pero ella intentó descubrir la raíz del problema y si era algo social”.
Convirtiendo a Leticia Dolera en un personaje de cómic
Uno de los desafíos para Raquel Riba Rossy ha sido convertir a Leticia en un personaje de cómic. “Ha sido un reto más complicado de lo que pensaba. Hemos hablado mucho entre las dos para ver cómo ser veía y si quería cambiar algo. Pero lo más difícil para mí ha sido evitar a Lola Vendetta, porque me salía casi instintivamente. Si hubiera tenido que dibujar a Leticia en una sola página no habría habido problema, pero al ser la protagonista el reto ha sido sustituir un personaje por otro en las 260 páginas. Porque a la que subes un poco la nariz o le haces la boca más pequeña de repente parece otro personaje. Lo importante es que Leticia está encantada con su versión en cómic y nos dio un subidón cuando estábamos acabando”.
Dibujar a grandes feministas de la historia también ha sido muy divertido para Raquel: “Ha sido un trabajo muy chulo porque normalmente creo los personajes desde cero, sin ninguna referencia gráfica. Pero he podido dibujar a mujeres como la escritora francesa Olympe de Gouges, autora de La Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, y disfruté un montón retratándola con un sombrero de época con plumas y un pañuelo… He podido retratar a grandes mujeres y cada una de una época distinta. Lo he disfrutado mucho”.
Pero… ¿Cómo ha adaptado Raquel su estilo al libro? “Mi estilo de dibujo es el de siempre, pero lo que pacté con Leticia fue buscar una paleta diferente de colores del rojo, el negro, el rosa y el gris que uso en Lola Vendetta. Por eso en la portada de Morder la manzana buscamos esos verdes grises, ese rojo medio naranja que va a juego con el pelo de Leticia y las manzanas… Hemos buscado una voz propia para este libro”
“El mayor reto –añade Raquel- ha sido dejar de hacer una viñeta por página y empezar a hacer páginas de cómic y luego coger toda la teoría y decidir qué cosas del texto se podían sustituir por dibujo”
En cuanto al respeto por el original, Raquel asegura que: “He metido absolutamente todo, porque Leticia ya había hecho un trabajo de síntesis excepcional. No se podía quitar nada”.
Lo que si ha hecho Raquel es utilizar todos los recursos gráficos a su alcance, desde luces de neón, carteles luminosos… “Si, también juego mucho con la tipografía. Mi objetivo es que los conceptos queden muy claros visualmente. Y que cada página sea diferente de las demás a nivel de estructura. Todo para ayudar a que sea más fácil comprender y memorizar esos conceptos. En el colegio lo pasaba fatal teniendo que memorizar cosa de un libro y por eso yo uso cualquier cosa que facilite la lectura y la comprensión”.
“Los referentes feministas de la ficción son fundamentales”
Estos últimos años varias series nos han propuesto interesantes miradas feministas, como Vida perfecta, de la propia Leticia Dolera, o Cardo, de Ana Rujas. “Es fundamental que el mundo de la ficción, ya sean libros, series, películas, cómics… se haga hincapié en estos temas –asegura Raquel-. Porque la ficción permite imaginarnos que las cosas son posibles en la realidad. Cuando yo ví Regreso al futuro creí que podríamos montar patines voladores y la tecnología los ha hecho posibles”
“Eso es lo que hace la ficción –añade- ponernos a pensar para construir esas cosas que solo existen en nuestra imaginación. Por eso debatir, conversar, dudar de las cosas, nos hace reflexionar y avanzar. Por eso creo que esas series y películas son fundamentales. La cultura puede ser una gran arma para que el cambio hacia la igualdad avance más rápidamente”.
En cuanto a sus proyectos, Raquel Riba Rossy confiesa que: “Lola Vendetta siempre volverá. Pero de momento trabajo en un par de proyectos de los que todavía no puedo hablar y ahora estoy muy ilusionada con mi primer álbum musical “El Primer Canto”. En este momento lo que quiero es hacer un híbrido de música y cómic, poder juntar esos dos mundos que son los que me hacen feliz”.