Comisiones, espionajes, deslealtades y una guerra que acaba de empezar: las preguntas sin resolver de la crisis en el PP
- El cisma abierto por Casado y Ayuso sume al partido en una crisis interna inédita hasta ahora y con consecuencias imprevisibles
- ¿Qué relato ganará en el PP? ¿cuál fue el papel del hermano de Ayuso en el contrato? ¿habrá más dimisiones?
Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso han llevado al PP a una situación absolutamente límite declarándose una guerra sin vuelta atrás en la mayor crisis interna del PP hasta la fecha y con la sensación en el partido de que solo puede quedar uno de los dos. Arde Génova. Arde la Puerta del Sol. Y arde el PP.
El partido ha vivido a lo largo de su historia luchas intestinas más o menos cruentas- nada comparable a la batalla que acaba de empezar- entre líderes como Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre o entre la propia Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón; y enemistades eternas como la de María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, pero nunca se declaró un conflicto de tal calibre, en vivo y en directo, sin filtros y sin medir consecuencia alguna, entre un presidente nacional y uno de sus 'barones' principales- la única 'baronesa' en este caso- con acusaciones directas de corrupción en medio de los "infundios y calumnias" que denuncian por ambas partes, ya convertidos en bandos irreconciliables.
"Soy consciente del daño que esto hace a mi partido", ha dicho este viernes el propio Casado, que ha roto su silencio para pedir que "pare ya el espectáculo lamentable y bochornoso".
No es nueva, eso sí, en el PP la sombra del espionaje a compañeros de filas: lejos queda la que el entorno de Gallardón denominó la "gestapillo" de Aguirre con supuestos seguimientos en 2008 a Manuel Cobo, la mano derecha de Gallardón, entre otros 'enemigos' de Aguirre dentro del PP, y que terminó en juicio; y menos lejos, en 2016, el episodio del robo de las cremas de Cristina Cifuentes que ella achacó a una "operación de acoso y derribo" proveniente de "fuego amigo" y que acabó de forma fulminante con su carrera política.
En política no es novedad que las peores guerras y los ataques más despiadados se vivan bajo las mismas siglas y ejemplos hay en casi todos los partidos. Se puede decir que el PP ya ha puesto fecha al día en que se abrió el canal y en la mente de muchos en estas horas frenéticas aquel Comité Federal del PSOE del 1 de octubre de 2016 que partió al partido en dos y con consecuencias que se midieron por semanas, meses y años. Está por ver los destrozos de la batalla que este jueves comenzaron Casado y todo el aparato de Génova contra Ayuso, y viceversa, en medio de debates de mucho calado como la relación del partido con Vox.
Los 'populares' asisten a esta batalla entre la preocupación y la estupefacción de ver cómo se despedazan el líder nacional del partido y la presidenta regional con mayor tirón popular.
Sin saber hasta dónde llegará la onda expansiva de la bomba y sobre todo quién caerá- de momento la única víctima mortal (política) es Ángel Carromero- lo que queda claro es que Génova se ha puesto el foco en un contrato que generó dudas en el partido y en el que estaba implicado el hermano de Ayuso. El líder del PP ha llegado a decir que puede haber cometido "tráfico de influencias" y que él nunca permitiría que su hermano cobrara de un contrato público. Las explicaciones de la presidenta han llegado poco después: admite que Tomás Díaz Ayuso cobró 55.580 euros como "contraprestación" por traer mascarillas de China. ¿Serán suficientes?
Estas son las preguntas sin resolver:
¿Por qué cobró el hermano de Ayuso? La comisión, en el punto de mira
La presidenta de la Comunidad de Madrid ha reconocido que su hermano recibió 55.580 euros más IVA como "contraprestación", no como comisión, por "las gestiones realizadas para conseguir el material en China y su traslado a Madrid" para la empresa Priviet Sportive, propiedad de un amigo de la familia Ayuso, empresa a la que su Gobierno adjudicó un contrato de urgencia de 1,5 millones de euros para la compra de mascarillas en lo peor de la primera ola.
Ayuso defiende que es una transacción "legal", que nunca influyó para la compra de mascarillas a esta empresa y que se enteró de ese contrato cuando le informó Pablo Casado. Sus consejeros de Sanidad y Economía y Hacienda han refrendado esta versión en una rueda de prensa.
Pero antes, Casado elevaba la cifra de esa comisión a 280.000 euros, "una cantidad lo suficientemente relevante para pensar que ha podido haber un tráfico de influencias", e insistía en que cuando se le requirió a Ayuso que aclarase el asunto hace meses -él mismo en septiembre y García Egea el 20 de octubre- en el marco del protocolo de buenas prácticas en el partido, la baronesa nunca respondió. "Habrá quien pudiera pensar que está utilizando un testaferro", ha llegado a asegurar.
Casado ha ido más allá para decir que, aunque no exista irregularidad alguna en esa operación de compra de material de emergencia, sí le parece una "falta de ejemplaridad". "Yo no permitiría que un hermano mío cobrase 300.000 euros de un contrato público", ha dicho tajante Casado, quien ha afirmado que está en política para "evitar que se cumpla cualquier práctica corrupta o incluso que no sea ejemplar" en ayuntamientos y comunidades gobernados por el PP.
¿Quién filtra al PP la documentación sobre el hermano de Ayuso?
El presidente del PP ha negado este viernes que la información que llega al partido sobre el contrato del hermano de Ayuso se filtrase desde La Moncloa, tal y como dijo Ayuso este jueves.
La presidenta dice que así se lo trasladó Casado y este niega la mayor, aunque no ha querido revelar, en una entrevista en La Cope, quien filtra esa información al PP. Desde el Gobierno niegan cualquier relación con los "líos" del PP: "Que acudan a los tribunales y que no nos usen como coartada", ha dicho la portavoz Isabel Rodríguez.
Ha explicado que cuando le llega, muestra a la propia Ayuso su "preocupación" porque además es una información que manejan también los medios de comunicación y la oposición.
¿Por qué ha dimitido Carromero?
Ángel Carromero es, por el momento, la única 'cabeza' que ha rodado. Afín a Casado y a Almeida, y conocido 'fontanero' en el PP madrileño, dimitió este jueves por la tarde como director general de Coordinación General de Alcaldía de Madrid, después de que su nombre saliera a la luz en las informaciones que le involucraban en ese supuesto espionaje encargado en Génova contra la presidenta regional, que el partido niega de forma tajante.
Pero ¿por qué ha dimitido si horas antes el alcalde de la capital había defendido su actuación? "Me ha negado absolutamente que haya hecho cualquier tipo de gestión tendente a obtener información sobre Ayuso o sus familiares", señaló Almeida, para añadir posteriormente que "no cabe ninguna conducta irregular y que no sea ejemplar en ningún cargo del Ayuntamiento de Madrid". Añadió el primer edil, también portavoz nacional del PP, que no ha encontrado pruebas, pero que de haberlas habría ceses. Carromero explicó horas más tarde, en declaraciones a Efe, que dimite para "defenderse sin comprometer al Ayuntamiento".
La dimisión de Carromero, según ha podido saber RTVE, la promueve Almeida y lo hace de espaldas a Génova.
Fuentes cercanas a Ayuso apuntan que ese presunto espionaje, que Génova niega, habría afectado, además de a la presidenta y su hermano, a sus exparejas.
¿Por qué Almeida no trasladó a Génova el supuesto espionaje?
El alcalde de Madrid aseguró este jueves que ordenó investigar en el mes de diciembre la supuesta contratación de un detective desde la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) para espiar al entorno de la presidenta regional y las pesquisas concluyeron que no hubo "ningún contrato" en ese sentido.
El Ayuntamiento de Madrid concluyó que "el detective niega la reunión, el empleado niega la reunión, no hay ningún contrato y, por supuesto, no se ha producido ningún pago con dinero público" para obtener información sobre Díaz Ayuso o su entorno familiar.
La explicación del alcalde a la pregunta de por qué no informó a la dirección nacional de la forma parte es la siguiente: “Cuando recibí la información, y dado que afectaba al Ayuntamiento de Madrid, no di traslado al Partido Popular porque entendía que era una cuestión del ayuntamiento y que, por tanto, éramos nosotros los únicos competentes” para hacer las “averiguaciones pertinentes”.
¿En qué se puede traducir el expediente abierto a Ayuso?
El expediente abierto a Ayuso es una bomba de relojería que le puede suponer desde los seis años de inhabilitación a la expulsión directa del PP ante una "manifiesta deslealtad al partido".
No hay precedentes de que el partido haya expulsado a uno de sus máximos dirigentes cuando ejercía un cargo público, mucho menos a un presidente autonómico. Y en el horizonte están el congreso autonómico y después el congreso nacional.
Si Ayuso es expulsada del partido no podría presentarse, como pretende, a la Presidencia del PP de Madrid. Mucho menos aspirar a un liderazgo nacional que ella siempre ha negado pero que está en el fondo de toda esta crisis por la desconfianza que genera en Casado.
Según recoge el artículo 5 del reglamento, se considera una infracción grave "una manifestación en los medios de comunicación que suponga descrédito, menosprecio o descalificación de cualquier afiliado al Partido". Egea calificó las palabras de Ayuso hacia Casado de "casi delictivas", por lo que no se antoja difícil que Génova pueda tomar medidas muy contundentes contra la presidenta madrileña.
¿Qué pasa ahora con el Congreso regional del PP?
Ayuso lleva meses presionado al partido para que convoque el Congreso regional del PP de Madrid con el fin de "dar la voz a los militantes" y poder preparar con tiempo las candidaturas 'populares' a los ayuntamientos y la propia Comunidad de Madrid que tocan el año que viene. El Congreso debe celebrarse en el primer semestre de este 2022.
Egea ha afirmado que a raíz de que Casado y él pidiesen a Ayuso explicaciones por el contrato vinculado a su hermano, la presidente madrileña inicia un 'acoso y derribo' para adelantar el Congreso "a marchas forzadas", dijo este jueves el número dos del PP.
"No se puede aceptar que nadie utilice las siglas de la organización para parapetarse en problemas en los que eventualmente podría estar envuelto", ha añadido el número dos, que dice que esos son los verdaderos motivos de las prisas de Ayuso, que a su vez acusa al partido de "no querer dar voz a los militantes'.
Adivinar un escenario de lo que puede pasar en ese congreso regional del partido es imposible dada la magnitud de la grieta creada en el partido. Si los roces entre Casado y Ayuso se habían tratado de minimizar e incluso esconder negando la evidencia del distanciamiento entre ambos, ahora ya no hay nada que esconder porque los ataques no han podido ser más directos y, sobre todo, más públicos.
En el PP de la Comunidad de Madrid reina desde hace meses el "desconcierto del posicionamiento", señalan fuentes a RTVE.es. "O estás con uno o estás con otro y hay que tomar decisiones pensando en el partido, pero pensando en que si eliges el bando incorrecto, te quedas fuera", afirman estas fuentes, que creen que ahora la obligación por elegir bando va a ser "absoluta".
Ahora hay que ver si los apoyos que pueda concitar Ayuso se circunscriben al PP de Madrid, donde ya hay un debate fuerte abierto, o si desde otras comunidades apuestan por ese bando. Algunos 'barones' se han limitado a pedir explicaciones en torno a ese supuesto espionaje y han pedido "que se aclare todo".
El PP presume de ser un partido disciplinado y se antoja complicado ver una revolución generalizada contra el aparato, esto es, contra Casado, pero si la política algo ha dejado claro en las últimas fechas es que todo es posible. Los 'populares' han iniciado un libro de momento bélico al que le quedan muchos capítulos por escribir.