Enlaces accesibilidad
Cambio Climático

La sequía altera el ecosistema en la isla de El Hierro

  • Las tierras fértiles de pastos tienden a secarse, lo que obliga a trasladar el ganado
  • El biólogo de GESPLAN, Juan Manuel Martínez, afirma que "hay menos flora y fauna por la sequía"

Por
La sequía azota al sector primario herreño

Si acudimos a la naturaleza nos asalta la duda de si hemos llegado tarde para frenar el cambio climático. En islas como El Hierro han comenzado a morir árboles centenarios y a mermar colonias de aves como los capirotes.

Unos días en un cercado, días en otro, cambiándonos de parcela y echándoles agua, que ahora no sería normal que estuvieran bebiendo

La meseta de Nisdafe es un claro ejemplo.  Las tierras fértiles de pastos tienden a secarse, por lo que los ganaderos han de trasladar continuamente a los animales porque la comida les dura cada vez menos. “Unos días en un cercado, días en otro, cambiándonos de parcela y echándoles agua, que ahora no sería normal que estuvieran bebiendo. Y nosotros muchísimo más trabajo y ellas más flacas", afirma Paco Febles, ganadero.

Flora que muere

A las higueras el agua les llega demasiado tarde, por los que muchas terminan muriendo. Pero hay algunos cadáveres que imponen más, como el de la sabina, considerada árbol monumental y situado a una cota de 200 metros

Cómo se van poco a poco secando los árboles de la cota más baja a la cota más alta

Juan Manuel Martínez, biólogo de GESPLAN, añade que no es el único sitio donde estos árboles se han muerto. “En La Dehesa, el lugar emblemático de más sabinas en El Hierro hemos contabilizado 327 sabinas mínimo, es decir que puede haber muchas más que han muerto. Lo que estamos viendo es el fenómeno de cómo se van poco a poco secando los árboles de la cota más baja a la cota más alta", asegura.

Menor densidad de aves

Al haber menos flora a consecuencia de que hay más sequía se quedan sin comida

Las aves son los grandes sensores de cambios en el ecosistema. El trabajo de investigación de incidencia del cambio climático que realiza el Gobierno de Canarias comienza a arrojar conclusiones preocupantes. “Al haber menos flora a consecuencia de que hay más sequía se quedan sin comida. Hay menos insectos que comer y nosotros estamos detectando que hay densidades muy bajas de estas aves que viven en los bosques", dijo Juan Manuel Martínez.

La ciencia y la experiencia coinciden esta vez; el panorama es desolador. Puede que las próximas generaciones se pierdan lo que tanto hemos disfrutado estas.