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Análisis | Guerra en Ucrania

Las tropas rusas avanzan en Kiev: ¿hasta dónde llegará Putin si cae la capital?

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Tropas rusas avanzan hacia Ucrania por una carretera cercana a Armiansk
Tropas rusas avanzan hacia Ucrania por una carretera cercana a Armiansk

Más de 48 horas después de que las tropas rusas comenzaran la invasión de Ucrania, el cerco a Kiev se estrecha y los combates ya han llegado a las calles de la capital, donde el Ejército ucraniano resiste el asedio ruso.

El Gobierno ucraniano ha repartido más de 18.000 fusiles entre voluntarios civiles para defender la capital y a medida que las tropas rusas van avanzando se plantean cuáles serían los siguientes pasos que daría el presidente de Rusia, Vladímir Putin, si logra tomar Kiev.

El politólogo ucraniano Víktor Savkiv asegura a RTVE.es que una vez tomada la capital, Rusia “podría obligar a suscribir un acuerdo como el de Minsk, pero Minsk III, y con unas condiciones aún peores para los ucranianos”. Además, señala que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, “solo se rendiría si Rusia da garantías de que no va a ir a más”. “Viendo que no dudan a la hora de bombardear la capital, estaría dispuesto a pagar ese precio para que no revienten más Kiev y no sufra más la población civil”.

La profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, Ruth Ferrero, cree que Rusia “va a destituir el Gobierno, cambiar el régimen y poner alguien afín”.

Un posible Gobierno títere del Kremlin

Tan solo un día después de que, por orden de Putin, Moscú comenzara un ataque contra Ucrania, las tropas rusas han entrado en la capital ucraniana, Kiev. Ante el temor de que Rusia tome la ciudad, el presidente Zelenski se ha mostrado dispuesto a negociar el estatus neutral del país, a lo que Moscú ha respondido que podría estudiar la posibilidad de enviar una delegación a Minsk para iniciar negociaciones.

Según Savkiv, si las tropas rusas logran tomar la capital, la primera opción que tendría Rusia sería “obligar a Ucrania a una suscripción de unos acuerdos bajo amenaza”, aunque cree que incluirían “unas condiciones aún peores para los ucranianos, como que reconociéramos Crimea y las zonas al este del país (Donetsk y Lugansk) como rusas”.

Los expertos coinciden en que si Putin logra una victoria militar, Rusia podría derrocar al Gobierno actual e imponer un régimen títere del Kremlin en Kiev. Ferrero indica que Rusia “ha destruido lo máximo de infraestructura militar que ha podido y lo que intenta hacer ahora es controlar la capital para poder poner un títere que le permita controlar el país”.

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En este sentido, Savkiv subraya que Moscú pondría “personas afines, mandadas directamente desde Rusia o personas que tienen vínculos personales y familiares con Putin, como Víktor Medvechuk”. El politólogo ucraniano tampoco descarta la posibilidad de “traer de vuelta” al expresidente prorruso Víktor Yanukovich, exiliado en Rusia, “para dar la sensación de vuelta del régimen que había sido derrocado, según su narrativa, por la oposición”.

Por su parte, el teniente general del Ejército de Tierra en la reserva, Francisco José Gan Pampols, asegura a RTVE que “la intención de Rusia no es controlar Kiev”. “Lo que quiere es derrocar al Gobierno porque su sistema militar ya lo destrozó el primer día”, señala Gan Pampols, quien subraya que Rusia “lo que hará es presionar directamente sobre instalaciones gubernamentales, cortar todo tipo de sistema de transmisión de órdenes y provocar un cambio de Gobierno por otro que sea afín”.

Una Ucrania dividida en dos

Un escenario previsible si las tropas rusas toman el poder de Kiev es que Ucrania quede dividida en dos, con una Ucrania del Este afín a Moscú y una Ucrania del Oeste, similar a la división de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial.

Rusia tomaría toda la costa ucraniana, que se extiende a lo largo del mar de Azov y del mar Negro, cortando así la capacidad de exportación de lo que quedara del país.

Para la profesora Ferrero “podría quedar una parte que serían las repúblicas del Donbás anexionadas a Rusia y el resto del territorio como un Estado mucho más pequeño de lo que teníamos hasta ahora”. “El resto del territorio tendría un menor peso territorial y tampoco sería especialmente relevante estratégicamente para Rusia, puesto que tendría controlado el acceso al mar”, indica la profesora de Ciencia Política, quien cree que Rusia “probablemente lo que intente controlar sean las provincias del Donbás y el corredor que une hasta Mariupol”, una localidad clave para la industria siderúrgica.

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El politólogo ucraniano señala que Rusia “puede que quiera dividir Ucrania en una parte que es el corazón económico de Ucrania que es Kiev, Járkov, Dnipro, la parte sureña que colinda con el mar Negro, cortándole el paso a lo que quede de Ucrania al mar Negro, y evitando así que puedan tener cualquier alternativa al gas ruso”.

Savkiv cree que a Rusia no le conviene ocupar la parte occidental de Ucrania, ya que “si en toda Ucrania hay un rechazo a Putin y a su régimen, en la parte occidental es aún mayor y hay mayor probabilidad de que hagan una estrategia de guerrilla (contra las fuerzas rusas)”. “Allí podrían encontrar más resistencia aún y más cuando en los últimos días se han repartido armas entre la población civil”, asevera.

El riesgo de que Putin vaya a más

El presidente ucraniano se dirigió este jueves a los líderes europeos para advertirles de que si no ayudan hoy a Ucrania ante el ataque ruso, “mañana la guerra tocará a sus puertas”. En este sentido, la ministra de Exteriores de Reino Unido, Liz Truss, ha indicado en una entrevista a Daily Mail que Occidente “tiene que parar los pies a Moscú”, porque puede que Putin “no se detenga en Ucrania”.

A pesar del refuerzo del flanco este de la Alianza Atlántica, los países bálticos, que comparten frontera con Rusia, han afirmado que sienten amenazada su seguridad. El investigador principal del Real Instituto Elcano, Félix Arteaga, subraya que “estos países son miembros de la Alianza Atlántica y ahora la OTAN está comprometida en su defensa”. “Por eso se han desplegado las unidades permanentes, más las operaciones de policía aérea que se desarrollan en los países bálticos y también en la zona del mar Negro, como Bulgaria y Rumanía, para proteger a estos países de una posible amenaza”, detalla.

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Ruth Ferrero recalca que “los bálticos son territorio OTAN y Rusia no se va a arriesgar a un conflicto abierto con la OTAN porque eso sería una guerra nuclear”. Sobre el riesgo de amenaza de Moscú a Georgia señala que “a Rusia le es suficiente con tener desestabilizado el país en Osetia y Abjasia”, añade.

Por su parte, el catedrático de Ciencia Política de la Universidad Pablo de Olavide, Manuel Torres, cree que en estos países “el riesgo no es tanto una invasión militar, que no creo que esté sobre la mesa, sino el peligro de perder la soberanía, de que al final hay un país vecino que es el que determina que puedes o no puedes pertenecer a determinada alianza y hacia dónde pueden ir tus afinidades porque está dispuesto a tomar medidas de todo tipo para evitarlo”.

El Gobierno de Moldavia, una antigua república soviética que comparte su frontera más larga con Ucrania, ve con preocupación la invasión rusa del país vecino y teme que Moscú active a los cerca de 2.000 soldados que tiene en la república separatista moldava de Transnistria.

En este sentido, el exsecretario general de la OTAN Javier Solana afirma a RTVE que “Putin tiene suficiente con tratar de extirpar a Ucrania y quedársela para entrar en otros conflictos”. “La completa obsesión que tiene Putin, que es incluso de locura, es que Ucrania vuelva a ser parte de Rusia”, asevera.