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Objetivo Igualdad

Mujeres sin hogar: se hacen invisibles para evitar los riesgos que corren

  • Las mujeres son un 20% del colectivo y sufren más riesgo de agresiones sexuales
  • Ellas ven los albergues sólo para mujeres o los pisos del sistema Housing como soluciones más seguras
  • "Mujeres sin hogar: las más invisibles" en Objetivo Igualdad, sábado 16'30h en Canal 24horas y en RTVEplay

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Lugar de Madrid donde habitualmente duerme una persona sin techo
Lugar de Madrid donde habitualmente duerme una persona sin techo

Maria del Carmen Franco es peluquera y tiene 63 años; nació en Venezuela, hija de españoles, y tiene las dos nacionalidades. Hace tres años llegó a España acompañada por su hijo pequeño, que tiene una discapacidad. Fue su hija mayor, que ya vivía aquí con su marido, la que la llamó para que pudieran escapar de la situación de penuria que se vivía en el país. Pero las cosas se torcieron. María del Carmen no encontró trabajo como ella esperaba y su yerno le dejó claro que podía acoger al pequeño, pero ella debía irse. Se vio en la calle.

Nadie se queda en la calle de la noche a la mañana

El caso de María del Carmen es el de muchas personas de las que llamamos "sin techo" o "sin hogar". "Cuando una persona llega a una situación de calle es que ha pasado por un proceso de exclusión muy largo. La gente no llega de la noche a la mañana. Habitualmente has perdido el empleo, has ido a servicios sociales a solicitar ayuda, pero servicios sociales no ha podido darte la ayuda que tú necesitas, has pedido ayuda a tu familia, a los amigos, etc. ", explica Maribel Ramos Vergeles, subdirectora de "Hogar, sí".

Mujeres sin techo: Recuperar un hogar, recuperar una vida

Intentan pasar desapercibidas

El INE realiza una encuesta de personas sin hogar para intentar reflejar la realidad de este colectivo, quiénes y cómo son. La última se publicó en 2012 y entonces contabilizó 22.938 personas sin techo. De ellas, sólo 4.513 eran mujeres, un 19'6%. Más recientes son los datos de utilización de recursos de asistencia. En 2020, se alojaron 17.772 personas de media diaria en centros de atención a personas sin hogar, un 1'3% menos que en 2018. Por su experiencia, Maribel Ramos cree que hay más hombres en la calle por un conjunto de motivos: "La construcción de las masculinidades tradicionales dificultan que los hombres pidan ayuda cuando se empieza a producir este proceso de exclusión paulatino. Las mujeres, por su tipo de socialización, generan más redes a las que pedir ayuda en un momento determinado".

Las más vulnerables son las que han tenido que abandonar casa y entorno por ser víctimas de violencia de género y las mujeres migrantes. "Muchas mujeres aguantan el maltrato porque no tienen donde ir. Respecto a las mujeres migrantes vienen sin nada, sin redes, y cuando están aquí tienen que buscar empleos precarios o sin contratos porque encima tienen que mandar dinero a su familia. Es una carga doble para ellas", explica la psicóloga Noelia Gómez, de la Fundación Luz Casanova.

Las mujeres corren más riesgos de sufrir agresiones sexuales y de todo tipo

Ellas corren especialmente el riesgo de sufrir agresiones sexuales y de otros tipos, por eso intentan pasar desapercibidas, que no se las vea. Según las expertas, gran parte del sinhogarismo femenino está encubierto, porque muchas mujeres acuden a la solución de emplearse como internas en el sector de la limpieza o cuidados, por ejemplo, antes que verse expuestas a dormir en la calle o en un albergue mixto. Intentan cualquier alternativa para evitarlo: desde dormir en un coche o alquilar un sofá o un trastero, hasta gastar todo lo que ganan en una pensión. Por eso, aseguran, cuando una mujer llega a esa situación de calle suele estar ya en una circunstancia de deterioro mayor.

A la busca de seguridad e intimidad

La Fundación Luz Casanova ha abierto en diciembre de 2020 una Casa de Mujeres en el pueblo de Collado Mediano (Madrid) con la idea de que ninguna mujer tenga que pasar ni una sola noche en calle, de actuar en coordinación con los servicios sociales para ofrecerles un lugar seguro antes de que eso pase. Tiene alojamiento para 27 mujeres en habitaciones individuales y un equipo multidisciplinar para ayudarlas. "Es importante que tengan una habitación individual, que ellas sientan como un espacio propio, y que alguien las escuche", explica Noelia Gómez, psicóloga del centro. "Muchas vienen de situaciones de violencia de género o intrafamiliar o han sufrido abusos sexuales y a veces esa es la causa de que estén sin hogar. Es importante poner el foco en esta sintomatología, la palabra trauma está muy presente en sus vidas", añade.

María del Carmen Franco es ahora usuaria de este centro y tiene una nueva esperanza. Ella pasó una temporada durmiendo en un albergue mixto. Normalmente les ofrecen pasar la noche y volver a comer, pero durante el resto del día el centro está cerrado y deben pasar el tiempo en la calle, haga frío o calor. María del Carmen lo describe con desaliento: "Es muy difícil, hay que pasar muchas horas. Si llueve, no te puedes cobijar. Tampoco puedes ir al baño si lo necesitas. Si tienes algo de dinero porque cobras alguna pensión puedes pagarte una cafelito y eso te permite ir al baño. Pasas horas y horas y sientes que las horas no pasan".

Es muy difícil estar en la calle. Sientes que las horas no pasan

Otra de las usuarias de la Casa de Mujeres Luz Casanova es Patricia, ilustradora, que quiere que hablemos de ella como 'Mina Feirrer', el nombre con el que firma sus dibujos. Patricia añade que muchas mujeres no se sienten seguras en los albergues mixtos: "He conocido compañeras que las han enviado a un recurso mixto y las han robado, las han agredido. Nosotras estamos muy expuestas. Hay hombres que pueden ser amables, pero otros tienen su historia que tú no conoces detrás y han normalizado la violencia y se comunican contigo a través de la violencia".

'Housing', una casa para que las personas sin hogar recuperen su vida

Un piso para empezar de nuevo

Otra estrategia es la que llevan acometiendo desde hace años en "Hogar, sí", como explica su subdirectora, Maribel Ramos Vergeles: "No queremos gestionar el sinhogarismo, sino que creemos que es posible erradicar el sinhogarismo y solucionar el problema. Llevamos años trabajando en soluciones basadas en el acceso a la vivienda. Lo primero que hacemos es facilitar el acceso a una vivienda estable e integrada en la comunidad y luego todos los apoyos a las personas que nos piden para que su vida sea lo más normalizada posible".

Es posible erradicar el sinhogarismo y solucionar el problema

Según su último informe, 'Hogar Sí', está presente en 17 municipios con 302 pisos y ayuda de acceso al empleo. Utilizan un método de copago según el sueldo que vayan ganando las personas usuarias. El 95% mantiene la vivienda tras el primer año. Maribel Ramos coincide con el resto de expertos consultados: el problema fundamental del sinhogarismo en España es que el acceso a la vivienda es muy difícil. Para acceder al mercado privado de alquiler, hay que tener ingresos estables y garantías y es fácil que a estas personas se las rechace como inquilinas.

Proyectos de vida

Y es que tener un lugar donde vivir es fundamental para empezar a salir del bache: buscar trabajo, rehacerse personalmente, recuperar la autoestima perdida. En su habitación de la Casa de Mujeres Luz Casanova, Patricia ha vuelto a ser 'Mina Feirrer'. Ella, que justo antes de la pandemia había publicado el libro "El desalojo", (2020, Inventa Editores) en el que ilustraba su odisea, ha vuelto a coger las pinturas: "El arte es mi vida, soy yo misma. Ahí puedo ser yo. El arte es para denunciar, en mi caso para mostrar a las mujeres que no tienen voz", afirma.

Con mi arte, intento mostrar a las mujeres que no tienen voz

Según los datos del INE, el 60% de las personas sin hogar cumplieron la educación secundaria y un 10% tienen educación superior. También las hay profesionales de todo tipo. "Conseguir trabajo para salir adelante, ayudar a mi hijo, tener mi propia casa, aunque sea una habitación, tener mi propia vida... eso es lo que quiero", resume María del Carmen.