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Los ucranianos que se resisten a marcharse: "Estamos en nuestra tierra, no podemos salir todos de aquí"

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Los habitantes de Kiev resisten tras cuarto días de asedio en refugios antiaéreos

"Estamos en nuestra tierra, no podemos salir todos de aquí", afirma convencido Alex Sapoval desde Irpín, a solo 15 kilómetros de Kiev. Es uno de los ucranianos que intenta resistir ante el avance de la invasión de las fuerzas rusas. No quiere marcharse, asegura en una entrevista con RNE, habla un perfecto español, pero con un tono bajo debido al toque de queda.

"Por las noches y las madrugadas se intensifican los combates", por lo que les cuesta conciliar el sueño. Con su familia se ha trasladado a otra vivienda de amigos que cuenta con un refugio: "En este edificio tenemos el sótano, donde podemos bajar si llegan los ataques de aviones". Explica que aún tienen comida, que hay tiendas que abren durante dos horas al día y que lo que necesitan es "ayuda para nuestro ejército, no para las familias".

Nos despertamos como un día normal, con nuestro trabajo y, a las cuatro y media de la madrugada, nos atacaron

Este domingo los habitantes de Kiev y alrededores afrontan el cuarto día de asedio y combates entre las tropas rusas y el ejército ucraniano. Llevan desde el pasado jueves encerrados en un refugio. Su vida ha cambiado. Sapoval se muestra indignado porque conflictos de este tipo ocurran en el siglo XXI: "Nos despertamos como un día normal, con nuestro trabajo y, a las cuatro y media de la madrugada, nos atacaron".

Las noches en vela

Al caer el sol los ciudadanos se desplazan a los refugios antiaéreos situados en el metro y los sótanos de las casas donde pasan las noches en vela. Las fábricas y comercios de todo el país han cerrado. Pero aun ante este escenario muchos no quieren abandonar su país. Además, los hombres entre los 18 y 60 años están llamados a sumarse a las filas y también las mujeres se han ofrecido como soldados voluntariamente.

Rusia invade Ucrania

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  • Ciudadanos ucranianos de Irpín tratan de llegar a Kiev

    Ciudadanos ucranianos de Irpín tratan de huir

    Oleg (d), que decidió permanecer en la ciudad de Irpín, pasa por encima de una valla a su hijo Maksim (c) y se lo entrega a su mujer Ana (i), antes de la llegada de un tren de evacuación a la ciudad de Kiev.
  • Los convoyes rusos se dirigen hacia Kiev

    En este archivo, la imagen de satélite Maxar tomada y publicada el 27 de febrero de 2022 muestra el extremo sur de un despliegue de fuerzas terrestres rusas, moviendo tropas y equipo, en Ivankiv, Ucrania.

"Estamos ayudando a las autoridades de nuestro país", asegura Darina Tkachenko en una entrevista con RTVE. Ella también es testigo de los bombardeos y vive en el centro de Kiev con sus padres, su marido y sus dos hijos. "Fueron atacados edificios con civiles. Esto no es normal, pero no tenemos miedo", asegura esta mujer, decidida también a resistir y a no abandonar Ucrania.

"Tenemos posibilidad de salir, pero esta es nuestra tierra y nos vamos a quedar aquí", reafirma.

Marcharse también es peligroso y recuerdan que hay guerra en todo el territorio. Aunque cruzar la ciudad asediada supone afrontar un laberinto de controles, miles de personas escapan de Ucrania huyendo del conflicto en un éxodo hacia Polonia, Hungría y Rumanía. "Mucha gente que se está marchando".

Según los últimos datos de la Agencia de Naciones Unidas para el Refugiado (ACNUR) eleva este domingo a 368.000 los refugiados ucranianos que han abandonado su país. Habría más de 160.000 personas desplazadas dentro del país y algo más de 200.000 que habrían cruzado las fronteras internacionales. Calculan que está cifra va incrementándose considerablemente con el paso de las horas.

Unas 150.000 personas han huido a la vecina Polonia, otras 43.000 cruzaron la frontera hasta Rumanía, y también se han registrado movimientos hacia Moldavia, Eslovaquia e incluso Rusia. Tanto ACNUR como el Gobierno ucraniano advirtieron en días previos que hasta cinco millones de personas, casi la décima parte de la población nacional, abandonen Ucrania debido al ataque ruso.