El agua y el control del río Dniéper, claves en la invasión de Putin a Ucrania

• “Los recursos naturales son instrumentos de poder”, afirma Giulio Boccaletti en Cinco Continentes de Radio 5
• El experto en seguridad de recursos dice que la “autosuficiencia alimentaria” es clave en la invasión de Rusia a Ucrania
• Sigue la última hora del conflicto entre Rusia y Ucrania en directo

Cinco Continentes - El control del río Dniéper, una de las razones no declaradas por Rusia en su invasión

Giulio Boccaletti, autor de Agua. Una biografía, uno de los mayores expertos del planta en gestión de recursos, climatólogo, físico — ha trabajado, entre otros, para la NASA—, nos habla de la importancia de la gestión de los recursos en el planeta ante el cambio climático y explica en una entrevista en Cinco Continentes de Radio 5, con Carlos Núñez, algunas de las claves no declaradas de la invasión de Rusia a Ucrania.

El control del río Dniéper es fundamental para generar recursos en el país: “El río, que cruza Ucrania, es una importante fuente de agua. La búsqueda de la autosuficiencia alimentaria es uno de los motivos de esta invasión”, asegura. El Dniéper cruza como una lanza de más de 2.200 kilómetros tres de los países en liza en esta invasión. Rusia, donde nace, pasa por Bielorrusia, y de norte a suroeste Ucrania en el oblast de Jersón.

La producción de trigo y el transporte fluvial

La mayor parte del Dniéper es navegable. Sirve para mover, por ejemplo, las grandes cantidades de trigo que produce Ucrania. Que Jersón sea la primera gran ciudad tomada por Rusia no parece casualidad. Con 300.000 habitantes es un enclave estratégico para mover los recursos del país. “Ucrania es una de las áreas productoras de trigo más importantes del este de Europa y siempre ha estado entre las ambiciones de Putin”, argumenta Boccaletti.

La amenaza del cambio climático para el mundo

La prospectiva explica las causas técnicas, científicas, económicas y sociales que aceleran los cambios en el mundo moderno. El objetivo de esta ciencia es prevenir lo que vendrá. Es una definición aplicable a la historia del mundo que desarrolla Giulio Boccaletti en Agua. Una biografía, editada por Ático de los Libros. Una guía para comprender el reto al que se enfrenta el planeta con el cambio climático. “Necesitamos que además de los Gobiernos haya ciudadanos conscientes de que esto no es un problema técnico o de ingeniería”, explica en Cinco Continentes.

““Llevamos setenta años viviendo en una ilusión sobre un problema no resuelto” , Giulio Boccaletti“

Boccaletti está de acuerdo con las advertencias del panel de expertos de Naciones Unidas que señalan a España como uno de los países más afectados por el cambio climático, y nos habla del espejismo español respecto al agua: “En la primera mitad del siglo XX se construyó una enorme cantidad de infraestructuras” afirma. “Llevamos sesenta o setenta años viviendo en una ilusión de que hemos resuelto el problema, que está arreglado”, considera.

La afectación en España es parecida a la de su país, Italia. Países del sur y mediterráneos donde las condiciones climáticas comienzan a extenderse hacia el norte". "Toda la climatología va a empeorar, va a haber un cambio muy serio”, asegura con rotunidad.

Los avances y aprendizajes tras grandes conquistas

En Agua. Una biografía, Boccaletti desgrana los avances disruptivos en ingeniería que permitieron dar un salto al comercio, al transporte, y a la gestión de los recursos. Desde las alcantarillas hasta las mega construcciones como el canal de Panamá o el Canal de Suez: “Panamá fue la culminación más extraordinaria de una era de construcciones sin precedentes. Inspiró una sensación de posibilidades interminables”, cuenta.

La abundancia de agua ha facilitado la construcción de imperios. Sin embargo, han sido las pequeñas variaciones en el clima las que hicieron que mermasen, como el caso del Imperio Acadio. “Es el primero que refleja directamente el estrecho vínculo entre la disponibilidad de agua y el control del Estado y las migraciones”, explica, y añade el caso de Egipto, donde el rico Nilo fue clave, al final de la Edad de Bronce, para convertirlo en una nación poderosa y “sumamente rica”.