Pierre Lemaitre: "Una novela debe ser simple y conmovedora"
- RTVE.es entrevista al autor francés por su Diccionario apasionado de la novela negra
- Lemaitre recopila a sus escritores favoritos y repasa con humor la historia del género
Con cierta socarronería, Pierre Lemaitre apunta que su Diccionario apasionado de la novela negra (Salamandra) no aspira a ser guía de nada y corresponde a una instantánea “subjetiva” de sus pasiones personales. Las casi 200 entradas del ensayo han sido desempolvadas por puro placer y se disculpa por la “injusticia” de dejar fuera del listado a algunos escritores de relumbrón.
Aunque Lemaitre (París, 1951) señala caústico que nadie se convierte en escritor por exceso de modestia, se ha asentado como pilar indiscutible del género: ganador del Premio Goncourt en 2013 con Nos vemos allá arriba, es uno de los autores de novela negra (polar en francés) más aclamados, con un estilo conciso y abiertamente violento.
El novelista parisino confiesa que ya ha hollado cumbre en novela policíaca, de aventuras (Le grand monde, recién publicada en Francia) e histórica y se siente medianamente “satisfecho” con sus pasos, explica poco tiempo después de anunciar que echa el cierre a la serie del comisario Camille Verhoeven.
En el diccionario apasionado hallamos su voz como narrador y lector sin freno. Muestra sin pudor filias, fobias y mitomanía: desde el cariño hacia el griego Petros Márkaris porque empezó a escribir tarde como él mismo (arrancó a los 50), su adoración por George Simenon, Truman Capote o Fred Vargas como base, “el agotamiento” de la novela negra nórdica o el rescate de perlas clásicas.
También desliza términos como pitch, hard-boiled, whodunit, que bucean en los cimientos sobre los que se construye el noir en un guiño para los lectores más puristas, según ha desglosado en una entrevista para RTVE.es.
PREGUNTA: En el diccionario habla sobre su proceso de escritura y se declara como “muy lento” comparado con el prolífico Georges Simenon, ¿Cómo es su rutina de trabajo para crear?
RESPUESTA: Llego al trabajo por la mañana y paro por la tarde. Me imagino que no hará soñar a los lectores imaginar a un autor trabajando como un simple artesano, preferimos imaginarlo tocado por la inspiración como un ser elevado.
Pero soy un artesano. Elegí ser novelista y entonces, escribo novelas. Supongo que a muchos relojeros les apasiona su oficio como a mí. Hacen relojes y relojes. Mi mecánica narrativa es un montaje de resortes y ruedas dentadas y el conjunto, al oído, debe hacer un ruido agradable.
Acerca de George Simenon, de repente trabajó, se aisló totalmente durante un tiempo para escribir una novela y luego reanudó una “vida normal”. Yo hago lo contrario: tengo una vida normal y es en esta vida donde escribo novelas.
[Lemaitre también describe que cuando trabaja no lee libros ajenos a su proyecto para no distraerse. La gran serpiente, su primera comedia negra sobre una peculiar asesina en serie e inédita en castellano, aterrizará en las librerías la próxima primavera]
P: En el libro también regala consejos sobre la forma de escribir una novela. Recomienda simplificar o volver a la primera idea para no perderse como aconsejaba Hitchcock. Cuénteme sobre esto.
R: No, no estoy dando consejos, ¡solo estoy hablando de cómo trabajo! Cada uno tiene su propio método. Pero sí, esta cuestión de la sencillez... cuando empiezas una novela surgen muchos obstáculos en cuanto a los personajes, las situaciones, la trama y una cosa lleva a la otra y haces tu novela más compleja. Pero cuando te encuentras en un callejón sin salida o en una dificultad, lo mejor es buscar la sencillez.
Vuelve a leer a Homero, a Dumas, a Los Miserables. Verás que el lector no necesita complejidad: ¡necesita emoción! Es la emoción lo que le hace entender tu historia y lo que significa. Así que vuelve a lo básico: mantenla simple y conmovedora y serás entendido.
P: También habla sobre el estancamiento de la novela negra nórdica después del auge de estos años. Hábleme sobre esto y rescate un autor que le guste.
R: En retrospectiva, no hay mucho que salvar de esta moda (literalmente irracional) que dominó Europa durante dos décadas... ¿Qué lector hoy puede conceder algún crédito a Camilla Läckberg o a Gunnar Staalesen?
Aún así, incluso en la literatura sobrevalorada algunos autores son muy buenos. ¡Quién puede negar que Sjöwall & Wahlöö, Stieg Larsson, Mankell o Indridason son excelentes! ¿Pero justificaba esto la hegemonía del thriller nórdico en toda Europa? Es muy dudoso.
"Las sagas post mortem son más marketing que literatura"
P: Con la muerte de Camilleri o Mankell, ¿llegan a su fin las grandes series de detectives?, ¿Qué le parece la continuación de sagas por otros autores como Millenium o el Pepe Carvalho de Carlos Zanón?
R: Obviamente, la tradición de los héroes no ha terminado. Ni Camilleri ni Mankel lo "inventaron", es tan viejo como el mundo y sobrevivirá a estos honorables escritores.
Sobre la otra pregunta, las sagas post mortem son más marketing que literatura. Sin embargo, los autores a los que confiamos estas "continuaciones" pueden ser buenos pero dudo que tengan, por parte de las editoriales que les encargan las novelas, la libertad necesaria para hacer algo original.
P: Uno de sus referentes es David Peace que dice en Cuarteto de Red Riding que la novela negra es “como un cuento de hadas moderno, una advertencia”, ¿el reflejo de la realidad social es la clave del enganche del género?, ¿se puede innovar y salir del estereotipo?.
R: Sí, creo que la clave del éxito de la novela negra es ser una potente caja de resonancia de nuestras angustias, nuestras preguntas y nuestras contradicciones. Ha sido la seña de identidad de este género desde su creación, mostrando lo flexible, plástico que es y cómo se adapta a todas las épocas.
"El éxito de Carmen Mola es el del saber hacer"
P: Asistimos a una nueva edad dorada, festivales de novela negra por todas partes, nuevos autores, ¿es una reinvención tras ser considerado un género menor o puede la novela negra morir de éxito?
R: Hay que distinguir la importancia de la novela policíaca en la actualidad. Los festivales son una cuestión de moda, de marketing, la novela negra es una cuestión de literatura. Y lo ha demostrado desde hace más de un siglo cuándo supo hablar del mundo tal como es, tal como lo vivimos. Creo que todavía tiene un futuro brillante.
P: Usted sostiene que una parte de la atracción del policíaco es la fascinación que todos sentimos hacia la violencia, pero autoras como Fred Vargas renuncian explícitamente a ella, ¿qué le parece?
R: Fred Vargas es en nuestro tiempo lo que fue Agatha Christie en el siglo pasado: una literatura que no hace daño a nadie. Eso no le impide escribir novelas divertidas de leer, yo el primero que lo hago.
P: En España se ha descubierto recientemente que detrás de Carmen Mola, una de las autoras de novela negra más vendidas, se encontraba la mano de tres guionistas, ¿qué opina?, ¿la realidad supera a la ficción?
R: El éxito de Carmen Mola es el triunfo del saber hacer. Hay que entender que la novela no es sólo cuestión de talento, también es cuestión de técnica. Aquí la técnica reemplaza al talento y no necesariamente es una mala opción. A veces prefiero a los técnicos talentosos que a los malos novelistas.