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Día Internacional de la Mujer

Policías en tacones: así fue la vida de las primeras mujeres en los cuerpos de seguridad

  • Lola y Delfina Tapia formaron parte de la primera promoción de mujeres policías de España
  • 52 años más tarde las reunimos con tres agentes ahora en activo

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De las pioneras en la policía a las agentes de hoy

"Nos querían de mujer florero, nos ponían regulando el tráfico y en las zonas turísticas, en la Mezquita. Pero nosotras no queríamos eso, nosotras queríamos ser policías". Delfina Tapia perteneció, junto a su hermana Lola, a la primera promoción de mujeres policías del país. Les venía de familia, su padre era guardia civil y ellas se decidieron a cumplir su vocación de servicio público, dicen, en cuanto se lo permitieron. El de Córdoba fue el primer ayuntamiento de España que reclutó a mujeres para su policía local. Ellas juraron su cargo en abril de 1970. Pero lo que vino después, nos cuentan, no fue ni mucho menos un camino de rosas.

Por la calle nos decían que si no nos daba vergüenza quitarle el trabajo a un padre de familia.

"Por la calle nos decían que si no nos daba vergüenza quitarle el trabajo a un padre de familia. Lo que no sabía la gente es que nuestra convocatoria era solo para mujeres", nos cuenta Lola. En aquella época pocos hombres querían ser policías locales. Con estudios básicos había para ellos trabajos más apetecibles y por eso desde el ayuntamiento se decidieron a reclutar a mujeres. Les imponían un uniforme que hoy nos resulta inimaginable: tacones, falda y bolso obligatorio. "Me sangraban los pies con aquellos zapatos de salón", asegura Delfina. "Recuerdo una vez que tuve que saltar una tapia porque estaban rompiendo los juegos de un parque infantil. Mi compañero, que era un hombre, lo hizo sin ningún problema pero yo, con aquella falda ¡y en tacones!... No sé cómo lo hice, pero lo hice. No lo iba a dejar solo. Al día siguiente me quejé como siempre hacía, pero no sirvió de nada".

Entre asombradas e indignadas, las escuchan María Martínez, que es policía local, y también Nuria Gómez y Rocío López, policías nacionales. Las tres trabajan hoy en Córdoba, y en RTVE hemos querido reunirlas para que intercambien impresiones en este 8 de marzo.

A puestos de mando llegan muy poquitas.

Y el hecho es 52 años más tarde en la ciudad que fue pionera solo son mujeres 1 de cada 10 policías locales. "En eso se ha avanzado poco", dice María. "Y encima a puestos de mando llegan muy poquitas: en la policía local hoy hay tres oficiales y una subinspectora que le ha costado la misma vida llegar ahí. En este aspecto no hemos mejorado nada, aunque indudablemente en el trato con los compañeros sí. Yo nunca me he sentido privilegiada ni despreciada por ser mujer".

Nos recuerdan que las policías locales cordobesas han sido pioneras en lo bueno y en lo malo. María de los Ángeles García y María Soledad Muñoz murieron acribilladas a balazos tras un atraco, y se convirtieron en las primeras agentes de la policía local fallecidas en España en acto de servicio. El hecho sirvió para que a Delfina y a Lola les permitieran llevar un arma reglamentaria, 26 años después de haber ingresado en el cuerpo. "Hasta entonces no todas las agentes llevaban un arma", nos cuentan. Corría el año 1996.

La rareza de ser "mujer de uniforme"

Nos han llegado a preguntar que si no nos da miedo ir solas, como si necesitáramos la ayuda de un hombre.

Delfina y Lola también recuerdan con tristeza como en la calle las han llegado a mandar "a fregar". María, que patrulla hoy como policía local las calles de Córdoba, asegura que nunca ha vivido eso, pero advierte que aún hoy hay ciudadanos que no se acostumbran a ver a una mujer de uniforme. "Actualmente tengo una compañera, patrullamos las dos juntas y nos han llegado a preguntar que si no nos da miedo ir solas, como si necesitáramos la ayuda de un hombre". María, que tiene experiencia también en otros cuerpos, sabe lo que es ser la única mujer. "Yo fui guardia civil durante 6 años, y he llegado a estar en lugares en las que era la única entre 45 hombres. Nunca tuve ningún problema". Pero el machismo, nos cuenta, no solo está en las actitudes agresivas: "En mi primer destino me sentí excesivamente cuidada, y tuve que decir, mira no, yo soy uno más".

Fotografía del uniforme de una mujer policía

Fotografía del uniforme de una mujer policía RTVE ANDALUCÍA

Las diferencias no acaban ahí. Delfina recuerda sus embarazos, en los años 80, con sudores fríos. "Con una barriga de 5 meses estaba regulando el tráfico. Ya no me cabía el uniforme y me abrochaba la falda como podía. Le pedía a mi jefe una solución y me dijo que me diera de baja... ¡pero yo no estaba enferma, estaba embarazada!". Las dos hermanas cuentan como tuvieron que pedir una excedencia para cuidar a sus hijos porque en aquella época la conciliación "simplemente no existía". Cuando quisieron volver tuvieron muchos problemas para reincorporarse e incluso llegaron a acudir a los tribunales. Ambas escuchan con envidia la experiencia de Rocío, policía nacional, que fue recolocada en un puesto de gestión y permaneció trabajando hasta un mes antes de dar a luz. En estos casos sus experiencias personales como mujeres policías están a años luz.

Se ha eliminado el requisito de la altura mínima para poder entrar en el cuerpo.

Nuria y Rocío llevan más de 15 años siendo policías nacionales. Aseguran que nunca se han sentido minusvaloradas en su trabajo. Llevan a gala pertenecer al cuerpo policial con más mujeres. Aún así, en España ellas solo son el 16% de los agentes. "Queda mucho por hacer", asegura Nuria. "la parte buena es que hay representación femenina en todas las escalas y cada vez más chicas en las academias. Recientemente se ha eliminado el requisito de la altura mínima para poder entrar en el cuerpo, eso va a favorecer la entrada de mujeres", nos dice.

Sí tienen claro, y más tras esta conversación, que si visten de uniforme es porque mujeres antes que ellas, empezando por la generación de Delfina y Lola, les abrieron las puertas: "fuisteis muy valientes", les agradece Nuria. "Lo fuimos sin saberlo", responde Lola. "Nosotras no sabíamos hasta donde iba a llegar esto. Pero si volviéramos a nacer, volveríamos a ser policías".