Qué es la estanflación y por qué Europa puede llegar a ese temido escenario por la crisis de Ucrania
- Es producto de la "combinación perversa" entre una economía estancada o que decrece y una inflación disparada e incontrolable
- Algunos expertos consideran que es un escenario posible y urgen a actuar sobre los elevados precios de energía y suministros
- Sigue la última hora del conflicto entre Rusia y Ucrania en directo
Una importante subida de precios generalizada acompañada de un estancamiento de la economía de un país. Esta situación tiene un nombre, estanflación, y es el peor de los escenarios para los economistas y, sin embargo, una de las temidas consecuencias que podría dejar la invasión rusa de Ucrania en las economías europeas y, entre ellas, la española.
Las economías mundiales parecían estar remontando tras la crisis del coronavirus -que dejó considerables secuelas en sectores como la hostelería y el turismo- y los pronósticos de Bruselas apuntaban a un crecimiento de la UE del 4% y un aumento del 5,6% del PIB en el caso de España para 2022.
Sin embargo, la guerra en Ucrania ha cambiado todos los esquemas. Desde el primer ataque perpetrado por el gobierno de Vladímidir Putin el pasado 24 de febrero, los mercados han caído en la volatilidad, las bolsas europeas han sufrido caídas históricas y los precios del gas, petróleo y materias primas se han disparado. Todo esto impulsa una inflación generalizada que se traslada a los precios de la luz y los productos básicos y desemboca en los hogares de las familias.
En este escenario, hay algunos expertos que ya lo advierten: con unas economías aún débiles tras el coronavirus, si la guerra en Ucrania se alarga, Europa y España podrían caer en la estanflación.
Pero, ¿qué es la estanflación?
"Es una combinación perversa", explica a RTVE.es Emilio Ontiveros, Catedrático Emérito de Economía de la Empresa en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Es la peor fórmula para cualquier economía porque conviven el estancamiento o no crecimiento, incluso decrecimiento, con una tensión inflacionista al alza o, al menos, una dificultad para reducir esa subida de precios.
El catedrático advierte que actualmente Europa aún no está en estanflación, pero sí en una situación de contención de crecimiento e inflación "muy preocupante". El siguiente escenario, si continúa la escalada de precios, sería "un estancamiento puro, con menores posibilidades de crecimiento y una inflación que se resiste a bajar".
¿Puede llegar Europa a esta situación?
"No hay todavía un estancamiento, aunque hay un riesgo claro, pero lo que sí hay es una inflación excesivamente larga", asegura. Si se alcanzara ese estancamiento y la inflación siguiera disparada, ya habría estanflación, y el único escenario peor sería volver a 2020, cuando la economía española estaba en recesión y redujo su crecimiento un 10,8% debido al coronavirus, asegura Ontiveros.
No obstante, cuenta que "no estamos en recesión" porque la economía no ha estado 12 meses en decrecimiento. Partiendo de ahí, asegura que los hechos de juicio actuales apuntan a que "efectivamente no vamos a crecer lo que creíamos hace dos meses. Vamos a crecer menos, toda Europa y España incluida".
Así, su análisis va un paso más allá e indica que hay un riesgo de pérdida de crecimiento y la economía española no avanzará tanto como Bruselas pronosticó en febrero. "Va a crecer menos, pero va a crecer", explica, de forma que habría una posibilidad de evitar el estancamiento.
Esta ecuación la traslada al terreno europeo y asegura que si la situación de precios y conflicto se detuviera, la economía europea crecería menos de lo esperado, pero crecería, manteniendo una alta tasa de inflación.
La energía: pieza clave de la inflación europea
La inflación de por sí no es mala porque, según indica Ontiveros, sucede cuando "una economía se expande", de modo que es "un mal menor" de economías que crecen demasiado y están muy basadas en la demanda interna. Su antítesis es la deflación, el resultado de una reducción de la demanda y, con ello, una bajada de precios, algo también perjudicial para la economía de un país.
Sin embargo, Ontiveros advierte que la situación actual es diferente porque la amenaza en Europa -no en el caso de EE.UU.- es que la inflación tiene una causa externa, en gran parte "como consecuencia de la importación de energía". En esta línea, si los precios de la energía siguen disparándose, "vamos a tener que hacer una transferencia de recursos propios hacia el exterior", lo que erosiona la posibilidad de crecimiento.
Mercados "en pánico" y economistas que ven cerca la estanflación
Amelia Pérez Zabaleta, decana del Colegio de Economistas de Madrid, explica al Canal 24 horas que "hemos pasado una crisis sanitaria y estamos ahora mismo en una crisis bélica" y las economías, entre ellas la española, que no terminaron de recuperarse del coronavirus, con la guerra en Ucrania tienen "mayor presión" y, sobre todo, "más incertidumbre".
La decana explica que las subidas en la energía "se tienen que controlar para que no entremos en una espiral inflacionista", de modo que un problema que "quizás podía ser coyuntural" no se convierta en una situación estructural de difícil solución y con un crecimiento cero.
Por ello, asegura que la situación actual es "muy difícil" y advierte: "No es pronto para hablar de estanflación". Según explica, al terminar 2021 ya se veían pistas de que los precios estaban subiendo y ahora se ha intensificado con la guerra en Ucrania, apreciándose en el gas, electricidad y suministros. Por ello, aboga por actuar para evitar que se convierta en un problema estructural y llegar así a una estanflación que no ve muy lejana.
Sara Carbonell, directora de CMC Markets España, advierte de la volatilidad en los mercados y los daños que dejará el conflicto: "Yo sí veo el riesgo de estanflación porque es difícil que haya crecimiento con las consecuencias que van a quedar". Aunque matiza que "quizá es pronto para hablar de ello", recuerda que el encarecimiento de materias primas y la falta de stock en supermercados de productos como el aceite de girasol o de soja ya lo están notando las familias en su rutina diaria.
Mirando a futuro, aunque sin dejar de destacar la incertidumbre, explica que "los efectos económicos se van a quedar", de forma que el hecho de concluir con la agresión rusa no sería una solución ipso facto al encarecimiento de precios de energía y pánico en los mercados.
Así, en los parqués, la analista explica que "la situación no pinta bien y hasta que no se resuelva el conflicto la situación a nivel bursátil no va a mejorar". Las bolsas europeas, muy volátiles desde que comenzó la guerra en Ucrania, han tenido pérdidas por encima del 2% y el IBEX sumó un descenso del 9% al cumplirse una semana del conflicto, volviendo a niveles de 2020. No obstante, la volatilidad también provoca repuntes y este miércoles las bolsas europeas cerraron por encima del 7% y el IBEX reaccionó con una subida de casi el 5%.