La inflación en Estados Unidos escala hasta el 7,9%, la cifra más alta en 40 años
- Es la mayor subida de precios en el país desde enero de 1982
- Ha destacado el encarecimiento de un 38% de la gasolina, así como el incremento del 12,3% de servicios energéticos
El índice de precios al consumo (IPC) de Estados Unidos ha escalado este pasado mes de febrero hasta el 7,9% en la tasa interanual, lo que supone una aceleración de cuatro décimas respecto al dato de enero y la mayor subida de precios en el país desde enero de 1982, según ha informado este miércoles la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo estadounidense.
En el último mes, la tasa interanual de los precios de los alimentos ha subido nueve décimas más que en enero, aunque la subida del precio de la energía se ha desacelerado por segundo mes consecutivo hasta el 25,6%, un descenso de más de un punto porcentual.
Dentro de los precios energéticos, ha destacado en febrero el encarecimiento de un 38% de la gasolina, así como el incremento del 12,3% de los servicios energéticos.
De este modo, la tasa de inflación subyacente interanual, que excluye el impacto de la energía y de los alimentos, se ha situado en enero en el 6,4%, la mayor subida desde agosto de 1982.
En términos mensuales, en el mes de febrero el IPC ha repuntado un 0,8%, dos décimas más que la subida mensual de enero. El coste de los alimentos se ha encarecido en el mes un 1%, una décima más que el mes anterior, mientras que la energía también ha subido un 3,5%, frente al incremento del 0,9% mensual de enero.
Biden prohibió la importación de gas y petróleo ruso recientemente
Estas cifras se producen en medio de la creciente tensión entre Estados Unidos y Rusia a raíz de la invasión del Gobierno de Vladímir Putin de Ucrania.
Como consecuencia, esta semana el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que quedaba prohibido la importación de gas y petróleo ruso.
Según las cifras proporcionadas por Biden, la dependencia energética de Rusia es de un 3%, una cifra mucho más baja en comparación con la de sus aliados europeos.
Esta decisión se prevé que no afecte muy gravemente a la economía estadounidense, que lleva varios meses viendo como la inflación no deja de escalar.