Carmen Laforet, todo y 'Nada', en el Instituto Cervantes
- La exposición Próximo destino: Carmen Laforet se podrá visitar hasta el 6 de junio en el Instituto Cervantes
- Por primera vez pueden verse las primeras siete páginas del manuscrito de Nada
Si hay una novela que se viene a la cabeza nada más pensar en Carmen Laforet, es, sin duda, Nada. Una obra que escribió con tan solo 24 años y con la que consiguió el Premio Nadal en 1944, siendo todavía una autora desconocida. Tras este éxito literario, ante los ojos de la sociedad, el resto de su trabajo queda difuminado y eclipsado, por lo que una exposición pretende poner en valor toda su obra.
La muestra Próximo destino: Carmen Laforet, organizada por el Instituto Cervantes con la colaboración de Acción Cultural Española (AC/E), de la Dirección General del Libro y de la Biblioteca Nacional, trata de rememorar la figura de la escritora a través de sus obras originales y reproducciones, y se podrá visitar hasta el 6 de junio en el Instituto Cervantes.
Para Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, esta exposición "es la recreación del espíritu de una mujer decisiva en nuestra cultura. Se pretende reivindicar toda la obra de Carmen Laforet", destaca. Asimismo, se persigue un objetivo "educativo y divulgativo" que pretende "despertar la curiosidad" por todo su legado, comenta José Teruel Benavente, comisario de la exposición.
No solo Nada, poner en valor toda su obra
Uno de los principales objetivos de esta exhibición es demostrar que "su realidad literaria va más allá de Nada", aunque "no se le puede quitar valor ni significación", señala García Montero. Lo que se quiere dar a entender es que tiene "otras cuatro novelas, su narrativa breve, sus centenares de artículos y sus crónicas de viaje", añade.
Hay más de 400 artículos periodísticos, "que aún están por estudiar", destaca Ana Cabello García, comisaria de la muestra. Asimismo, se exponen "por primera vez más de un centenar de documentos originales que van a contar la vida, la obra y la dimensión de Carmen Laforet", prosigue.
“Una obra hay que medirla y apreciarla en su conjunto“
Con esta exhibición de su legado se evidencia que "la obra de Carmen Laforet no se agota en su primer título, después de Nada, hay mucho que descubrir", indica Teruel Benavente. "Una obra hay que medirla y apreciarla en su conjunto", reivindica Cabello García.
En este mismo sentido, García Montero, incide en que la recopilación de todos estos documentos "demuestran que fue una autora de una producción sostenida en el tiempo y de gran coherencia en su forma de ver y contar la vida". La comisaria coincide en esa visión, puesto que para ella, "no perdió nunca su esencia y su manera de mirar el mundo".
José Teruel Benavente apunta a que parece ser que Laforet "nunca tuvo en mente una idea de archivo". Es decir, no se preocupaba por la cantidad de libros que escribiría a lo largo de su vida, sino que "le interesaba escribir buenas novelas, vivir y viajar", añade. Además, comenta que esta voluntad de archivar "no es una cuestión que nos remite al pasado, es un asunto del porvenir. La voluntad de archivar es una apertura hacia el futuro".
De todas maneras, el comisario insiste en que "nunca dejó de escribir. Tal vez dejara de publicar a partir de 1983. Pero no es lo mismo escribir que publicar".
Un viaje por su vida
La exposición se presenta como un viaje con un recorrido de seis paradas, que repasa la obra y la vida de la escritora. En el comienzo se encuentra la primera sección, Una habitación propia, donde hay documentos y objetos personales que ella tenía "en su espacio de creación y de escritura", señala Cabello García.
En esa primera instancia se puede observar una foto de sus abuelos paternos, una máquina de escribir y libros de Juan Ramón Jiménez, Dostoyevski, Elena Fortún o Virginia Woolf, entre otros. Pero uno de los más especiales es "un dibujo que hizo cuando tenía dos años a su abuelo y que, según Agustín Cerezales, su hijo, conservó y llevó siempre consigo", comenta Cabello García.
Una de las atracciones de este viaje es la representación a gran tamaño de las portadas de sus novelas. La sección Carmen Laforet en el espacio y en el tiempo recoge "las cubiertas de algunas de sus obras representadas a lo largo del tiempo, que da la dimensión de cómo las obras van cambiando y actualizando su significado", explica García Cabello. Entre esas numerosas portadas se observan unos huecos vacíos para dar sentido de que es "una obra en construcción y todavía quedan ediciones que sacar", prosigue.
Un recorrido "con un claro impacto visual y narrativo que combina la proyección de imágenes, la voz de la escritora, las cubiertas de libros, los manuscritos y las fotos", señala Teruel Benavente. A través de un código QR puede escucharse la voz de Laforet, que narra el primer capítulo de Nada, un audio que ha sido cedido por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. De la misma forma, el primer episodio puede leerse a la vez en una gran pantalla vertical en el techo.
La segunda parte es la más extensa y en la que se encuentra el grueso de la muestra, Un destino de escritora. "Aquí es donde está la joya de la exposición, el manuscrito y el mecanoescrito y los informes de censura de Nada", apunta Cabello García. Un hecho histórico, ya que por primera vez se ha conseguido mostrar de manera pública las primeras siete páginas del manuscrito de la novela.
Esta sección se "subdivide en cuatro paradas para recorrer ese mundo interior y la proyección exterior", indica la comisaria. Muestra también algunos manuscritos de sus otras novelas: La isla y los demonios, La mujer nueva, La insolación y Al volver la esquina.
Proyección internacional y nacional
Nada se encuentra entre las obras de la literatura española contemporánea más traducidas a otros idiomas. Un detalle que recoge esta exposición, con la muestra de varias de esas portadas de su libro más famoso escritas más allá del castellano.
Sobre la repercusión internacional de la literatura de la escritora, García Montero destaca que "impresiona ver la galería de portadas de todas sus traducciones y sorprende ver cómo el mundo puede establecer vínculos, diálogos, relaciones con la cultura y a través de la palabra".
Las redes profesionales y las amistades que estableció Carmen Laforet no estuvieron únicamente en España, van mucho más allá. "Creó un entramado que tiene que ver no solo con la cultura española en el interior, sino también con la cultura del exilio", explica García Montero.
“A las mujeres las animó a sentarse delante de la máquina de escribir para contar el mundo“
La exposición termina con El legado, que hace referencia "al nuevo modelo" que Laforet supuso "para la escritora de posguerra", ya que fue "un espejo" para impulsar que otras escribieran, señala Cabello García. A las mujeres las "animó a sentarse delante de la máquina de escribir para contar el mundo desde esa nueva mirada y con un nuevo lenguaje", añade.
Pero su repercusión no solo queda en las escritoras de su propia generación, sino que también se aprecia "en escritoras españolas actuales, como por ejemplo Belén Gopegui", indica García Montero. Por lo que en esta última parte se recogen "citas de muchas autoras actuales que han declarado su auténtica devoción", destaca Cabello García. Un legado que no solo será referente para las actuales, sino que seguramente lo será para las escritoras que están por venir.