Qué está en juego en las elecciones legislativas de Colombia

• Los resultados servirán de termómetro para las presidenciales de mayo
• Las víctimas de la guerra tendrán por primera vez representación en la Cámara

Colombia celebra elecciones legislativas como anticipo de las presidenciales

Unos treinta y nueve millones de colombianos están llamados este domingo a las urnas en medio de un escenario marcado por la epidemia del COVID19, que ha causado más de 135.000 muertos y ha agravado la situación económica del país dejando a miles de trabajadores en paro. En ese ambiente los ciudadanos eligen a los miembros del Senado y de la Cámara de Representantes.

Pero en la cita hay mucho más en juego. Los comicios servirán de termómetro para medir las fuerzas y en concreto los apoyos del uribismo; se trata del movimiento político más influyente de los últimos veinte años, que está liderado por el expresidente Álvaro Uribe.

Colombia es un país tradicionalmente conservador donde la derecha ha mantenido un liderazgo firme en el Congreso y Gobierno, pero esta hegemonía podría empezar a tambalearse según las encuestas.

En mayo se celebran elecciones presidenciales y los sondeos, de momento, apuntan como favorito al precandidato de izquierda Gustavo Petro.A pesar de que falta mucho para la convocatoria, este domingo se perfilarán ya algunas preferencias.

Tres coaliciones eligen a sus candidatos presidenciales

Tres grandes alianzas, que integran diferentes partidos, han protagonizado la campaña: Pacto Histórico (izquierda), Coalición Centro Esperanza (centro) y Equipo por Colombia (derecha). Estas coaliciones han puesto en manos de los colombianos la decisión de escoger a sus aspirantes para luchar por la presidencia.

Los electores que lo deseen pueden pedir en los colegios una papeleta adicional para votar a su candidato. Aunque esto dará una idea de las primeras tendencias, en la carrera presidencial hay más nombres que se postulan por otros partidos diferentes o como independientes.

Curules de Paz en un entorno hostil

Cinco años después de la firma del Tratado de Paz se abre un espacio parlamentario exclusivo para las víctimas del conflicto. En los 167 municipios más afectados por la guerra también habrá un tarjetón diferente para votar a los 16 miembros de los curules (escaños) de paz.

Más de 400 víctimas se presentan como candidatas a la Cámara de Representantes, pero muchas se han retirado por falta de garantías tras recibir amenazas.

Estos comicios también están marcados por la presencia de organizaciones criminales en los territorios más vulnerables, lo que pone en riesgo el derecho de los ciudadanos a votar. Según la JEP (Jurisdicción Especial para la Paz) el pasado año 2021 fue el más violento desde los Acuerdos de 2016; se registraron 329 muertes en el marco del conflicto. En estas regiones donde no hay presencia del Estado preocupan además las amenazas de fraude.

La Misión de Observación Electoral (MOE) advierte de que hay más de 344 municipios en riesgo, lo que equivale al 30% de los ayuntamientos del país.

“Alteraciones que se pueden dar por ejemplo en temas de participación electoral. Las participaciones o son muy altas o muy bajas en comparación con lo normal en el país. También estamos hablando de que pueden darse limitaciones de la competencia electoral”, cuenta a RTVE Diego Alejandro Rubiano, de la MOE.

El impacto del Paro Nacional

Los electores llegan a las urnas casi un año después del mayor estallido social de la historia reciente del país. En abril de 2021 los colombianos salieron a las calles de forma indefinida para protestar contra el Gobierno. Organizaciones sociales del país denunciaron la muerte de más de 80 personas.

La ONU verificó 46 fallecidos y responsabilizó a la policía de 28 muertes. Las protestas se mantuvieron a lo largo de varios meses hasta que se fueron desgastando.

En esta jornada electoral se verá si la crisis social tiene algún impacto como ha ocurrido en otros países de la región; es el caso reciente de Chile donde, después de movilizaciones históricas, los ciudadanos apostaron por un cambio.