La 'perla' del mar negro se prepara para una ofensiva rusa: por qué Odesa es clave en la guerra en Ucrania
- Es la tercera ciudad ucraniana y el principal puerto del país, por lo que perderla supondría un duro golpe para su economía
- El despliegue de buques rusos en las proximidades de la costa hace prever una invasión
- Sigue la última hora del conflicto entre Rusia y Ucrania en directo
Más de dos semanas después del inicio de la invasión rusa de Ucrania, las fuerzas ucranianas se preparan para la posible entrada del ejército ruso en Odesa. La ciudad costera es, sin duda, uno de los objetivos más importantes para Vladímir Putin en el sur del país por su gran valor estratégico y simbólico. Con alrededor de un millón de habitantes, Odesa es la tercera ciudad de Ucrania y su puerto, que también fue clave para la antigua Unión Soviética, constituye la principal salida para la exportación de sus productos a otros países desde el Mar Negro.
La ofensiva rusa en Ucrania sigue en marcha y las tropas del Kremlin han aumentado su agrupación en la región de Mykolaiv, situada entre Jersón y la propia Odesa, donde se ha desplegado un impresionante dispositivo para protegerse del ejército enemigo a sabiendas de que podrían ser objeto de invasión. Lo evidencia la concentración de buques rusos frente a la costa que hace prever un "asalto anfibio" y lo ha advertido también el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. “¡Odesa! Los rusos siempre han visitado Odesa, han sentido hospitalidad en Odesa. ¿Y ahora qué? ¿Bombas contra Odesa? ¿Artillería contra Odesa? ¿Cohetes contra Odesa?”, dijo el presidente en un mensaje televisado. “Será un crimen de guerra, será un crimen histórico”.
La “perla” de la economía ucraniana
La economía ucraniana tiene una gran dependencia de la exportación de productos mineros y agrícolas, principalmente hierro y cereales, que transporta en su mayoría por mar. “Tres cuartos de sus exportaciones de cereales y acero transitan este puerto. Es considerada la perla del mar negro, por ser un enclave estratégico que es garante de la soberanía energética y alimentaria de Ucrania”, expone a RTVE.es Frédéric Mertens de Wilmars, coordinador y profesor del grado de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea de Valencia.
Considerada el granero de Europa y de otros países del mundo, Ucrania tiene en esta ciudad una de las principales vías de exportación de trigo y centeno. El país es el quinto en el ránking de exportadores de trigo a nivel mundial y es el proveedor principal de países como Siria, Somalia o Libia. “En referencia a las exportaciones y las importaciones, es un punto estratégico para alimentar a toda la población que vive más allá de Odesa, en toda Ucrania”, explica Mertens. “Al ocuparla, los rusos podrían generar un bloqueo de suministro de alimentos y cualquier recurso que pudiera sostener la resistencia ucraniana contra Rusia”.
Por otro lado, los lazos de Odesa con el país vecino se evidencian en el hecho de que dos tercios de su millón de habitantes es rusoparlante. La zona del sureste de Ucrania a la que pertenece la ciudad, a orillas del mar Negro y del mar de Azov, fue parte de lo que se conoció en la época zarista como Novorossiya o "Nueva Rusia", conquistada por la Rusia Imperial en el siglo XVIII. El territorio cubría un tercio de lo que ahora es Ucrania, incluida Crimea, y hoy es el blanco de las principales ofensivas del ejército de Putin, que ha hecho referencia a este territorio en algunas de sus intervenciones, poniendo sobre la mesa su deseo de establecer de nuevo el dominio ruso sobre estas tierras.
Su importancia estratégica puede ser lo que lleve al Kremlin a tratar de minimizar daños al hacerse con su control. “Bombardear el puerto es como tirarse una bala a su propio pie”, dice Mertens. El profesor considera que, de empeorar la situación ante un avance ruso, lo mejor para Ucrania sería optar por “la autodestrucción”. “Si yo veo que la situación está perdida, no voy a entregar el puerto o la infraestructura a mi enemigo”. De hecho, dice, a los rusos les interesaría intervenir cuanto antes para evitar esta posible maniobra ucraniana.
Esto explicaría que Rusia haya desplegado varios buques en la zona, ya que podría traer consigo el inicio de lo que se conoce como un “ataque anfibio”. Para ello, deberán acercar lo suficiente sus embarcaciones a la costa como para que las tropas del Kremlin que permanecen en el interior puedan desembarcar a pie. Sin embargo, no será una operación fácil y la resistencia que los rusos encuentren a su llegada en Odesa podría dificultarles en gran medida alcanzar su objetivo.
"Hay que tener en cuenta la inclinación de las playas y la distancia entre la primera línea de tierra hasta las dunas.", explica a RTVE.es Manuel Gazapo Lapayese, doctor en relaciones internacionales y director del Observatorio Internacional de Seguridad. La forma en la que se aproximen las tropas desde el mar puede ser clave, ya que los ucranianos podrían beneficiarse del espacio a recorrer por los rusos y de la gradiente del terreno para causar un importante número de bajas a las tropas del Kremlin.
En este tipo de operaciones es normal que se produzca una operación aérea previa para atacar la defensa enemiga. "Para hacer efectivo ese ataque anfibio, lo lógico sería que previo al desembarco haya un apoyo aéreo, aunque está por ver si ese apoyo se ejecuta de manera inteligente o no por parte de Rusia", añade Gazapo Lapayese, que insiste además en recordar que la ciudad está fortificada tanto en tierra, como en el mar, con minado marítimo.
La resistencia de una ciudad con historia
Esta semana, una banda formada por soldados tocaba frente a la ópera de Odesa junto a una de las múltiples fortificaciones hechas con sacos terreros que se han dispuesto en la ciudad. “Los militares intentaron animar a los vecinos con música”, explicó a TVE Tetiana Kolbayenkova, ucraniana residente en Odesa. “Así intentamos seguir siendo humanos en medio de esta guerra”. Son muchos los ucranianos que han abandonado la ciudad ante la amenaza rusa, pero también otros muchos los que permanecen y colaboran para protegerla.
El monumento al que fue gobernador de Odesa, el duque de Richelieu, situado a los pies de la escalera Potemkin, que conecta el casco viejo de la ciudad con su emblemático puerto, también permanece cubierto con sacos de tierra. Las fuerzas ucranianas ayudadas por grupos de voluntarios han instalado un imponente dispositivo de alambradas de espino, bloques de hormigón y erizos antitanque en las calles de la ciudad y grupos de civiles entrenan para unirse a las Fuerzas de Defensa Territorial. En definitiva, intentan proteger una zona que ya demostró su resistencia contra la armada zarista y las tropas hitlerianas.
En 1941, el ejército de Rumanía, apoyado por la Alemania Nazi, intentó un ataque relámpago convertido en un asedio que se prolongó más de 70 días ante la resistencia fuerte y duradera que se encontraron en Odesa. Cuarenta años antes, en 1905, en esta misma ciudad se produjo un levantamiento obrero fallido contra el zar Nicolás II que fue apoyado por la tripulación del acorazado Potemkin y que acabó con cientos de ciudadanos muertos. El cineasta Serguéi Eisentein llevó la historia a la gran pantalla convirtiendo en icónicas las escaleras que ahora llevan el nombre del famoso buque.
En la historia más reciente, la ciudad también fue escenario de violentos enfrentamientos entre manifestantes prorrusos y nacionalistas ucranianos. Ocurrió en 2014 y acabó con la muerte de cerca de 50 manifestantes, la mayoría de ellos en el incendio provocado en la Casa de los Sindicatos, donde se refugiaban los partidarios del régimen ruso. Putin hizo referencia a este episodio en una de sus intervenciones recientes, en la que mencionó que conocía a los responsables y que “haría lo posible para castigarlos”.
“Todo esto constituye una especie de referencia histórica que hay que revisar y que repercute en el ideario y patriotismo ucraniano que también se ha ido desarrollando a fuerza de bombardeos de Putin”, expone Mertens, que apunta que los rusos no han avanzado tal y como querían en estas dos semanas de ofensivas ante una resistencia inesperada y que, por eso, "van a tener que esperar un buen rato hasta que los ucranianos utilicen el último cartucho".
Los expertos coinciden en que la ofensiva rusa no está teniendo el éxito esperado. Por eso, habría "una alta probabilidad de que esa invasión de Odesa, no salga tan bien como Putin cree", puntualiza Gazapo Lapayese. "No significa que luego no se acabe haciendo. Lo acabará consiguiendo, como ya hemos visto, porque al final las defensas ucranianas se desgastan, tienen recursos limitados, pero lo de Odesa, en principio y a riesgo de equivocarnos, no va a ser fácil", concluye.