China registra ya más casos de coronavirus en lo que va de año que en todo 2021
- Los rebrotes de COVID-19 en el país asiático provocan suspensiones en fábricas y caídas en bolsa
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China ha informado de más casos de COVID-19 en lo que va del año que en todo 2021, debido al impacto de la variante ómicron, que ha provocado numerosos brotes en las principales ciudades de país, desde Shangai hasta Shenzhen. Este lunes, las autoridades sanitarias de China continental han reportado 1.337 nuevos casos, y ya superan los 9.000 desde comienzos de año, en comparación con los 8.378 que se reportaron en todo 2021, según cálculos de la agencia Reuters.
En la última semana se han notificado nuevos casos de COVID en Pekín y Shangai, las dos ciudades más pobladas del país, así como en las provincias de Guangdong, Jiangsu, Shandong y Zhejiang. Aunque el número de infecciones es pequeño en comparación con
otras partes del mundo, la rápida tasa de aumento de contagios ha activado la "política cero COVID" de China, que exige que las infecciones se identifiquen y eliminen rápidamente.
Suspensión de multinacionales
Los últimos rebrotes de coronavirus han provocado caídas en los parqués y la suspensión de operaciones de multinacionales con actividad en el país asiático, como Foxconn, Toyota o Volkswagen.
En Shenzhen, que el domingo declaró un confinamiento de una semana, se ha suspendido temporalmente el transporte público y las autoridades han instado a la gente a trabajar desde casa mientras realizan pruebas en toda la ciudad, para tratar de contener la transmisión tras el aumento de nuevos casos.
En esta ciudad, la tecnológica taiwanesa Foxconn ha declarado la suspensión de las operaciones en sus fábricas. Conocida por ser el mayor ensamblador mundial de los iPhone, Foxconn ha anunciado "ajustes" en sus líneas de producción para minimizar el impacto del confinamiento de la ciudad, de 17 millones de habitantes.
Los cerca de 200.000 trabajadores de Foxconn en sus dos complejos de Shenzhen deberán someterse a pruebas de COVID, junto con otras medidas destinadas a tratar de impedir que se contagien. La compañía, uno de los principales suministradores de la tecnológica estadounidense Apple, abrió hace 34 años en Shenzhen su primera fábrica en China, aunque en los últimos años ha ido derivando parte de su producción a otras zonas del interior donde los costes laborales son menores.
Preocupa también la situación en la provincia nororiental de Jilin, donde la ciudad de Changchun está igualmente confinada, lo que ha provocado que automovilísticas como Toyota o Volkswagen anunciaran este lunes la suspensión temporal de la producción allí, que en ambos casos viene de la mano de la empresa local FAW Group.
Temor en los parqués
El temor a que las restricciones se extiendan ha impactado en los parqués del país, con caídas este lunes del 2,6 % para la Bolsa de Shanghái y del 3,08 % para la de Shenzhen. El desplome fue aún mayor para la Bolsa de Hong Kong, que se cedió casi un 5%, cerrando en mínimos desde mayo de 2016. El índice de referencia de la Bolsa hongkonesa, el Hang Seng, cerró con pérdidas del 4,97% en una sesión marcada por el desplome de las tecnológicas, que dejaron al mercado de la antigua colonia británica en mínimos desde mediados de 2016. Y el índice que mide el comportamiento de las compañías de la China continental que cotizan en el parqué hongkonés, el Hang Seng China Enterprises, se dejó un 7,15%.
La caída generalizada se debe a que China experimenta desde hace unos días sus peores niveles de contagios de COVID-19 en dos años, lo que se ha traducido en los mencionados confinamientos y la consecuente paralización de la actividad.
En el último recuento publicado por las autoridades sanitarias, el domingo se detectaron 1.437 nuevos positivos y otros 906 casos asintomáticos, ya que Pekín no los computa como casos confirmados a menos que manifiesten síntomas. La viceprimera ministra china Sun Chunlan ha calificado la oleada de "grave y complicada", e insta a las autoridades sanitarias locales a que hagan todo lo posible para controlar la transmisión del virus.
Europa teme consecuencias económicas
El comisario europeo del Mercado Interior, Thierry Breton, ha dicho este lunes que si duran los confinamientos que han comenzado en varias ciudades chinas por el coronavirus habrá consecuencias económicas en Europa, que se añadirán al impacto también negativo de la guerra en Ucrania.
"Si dura tendrá repercusiones", ha advertido en una entrevista a la emisora de radio France Inter al referirse a esos confinamientos que se han decretado en áreas urbanas claves para la producción de elementos estratégicos de exportación, como los semiconductores. Breton ha destacado las fuertes restricciones que están imponiendo las autoridades chinas en un área entre las ciudades de Shenzen y Cantón, que tiene una importante actividad en electrónica.
El comisario europeo ha señalado que, en la situación actual, solo por el impacto conocido de la guerra en Ucrania la economía europea podría perder un punto de crecimiento y la inflación subir. Pero ha insistido en que la incertidumbre es grande y resulta "muy difícil" hacer previsiones. Por ello, ha considerado que "habrá que ser bastante flexible" en la gestión de la situación, en particular con la política monetaria", y a ese respecto dijo que "es mejor que los tipos (de interés) no suban demasiado", y eso pese a que en 2022 seguirá habiendo "una inflación muy importante".