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Aislamiento y dificultades para acceder a los servicios médicos y legales: la pandemia agravó la violencia de género

  • Las denuncias por violencia de género bajaron un 10'3% en 2020, mientras que las denuncias por violencia intrafamiliar subieron un 8'2%
  • Este lunes se ha presentado un estudio de la Universidad de Granada impulsado por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género.
  • El 016 es el teléfono de atención a las víctimas de violencia de género, es gratuito y no deja rastro en la factura

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Muchas mujeres se han visto obligadas a convivir con su maltratador
Muchas mujeres se han visto obligadas a convivir con su maltratador

En el segundo trimestre de 2020, coincidiendo con lo más duro del confinamiento por la pandemia, hubo cuatro asesinatos por violencia de género en España. Entre enero y marzo fueron 19, siguiendo la tendencia al alza que se había producido en los últimos meses. Este drástico descenso entre abril y junio, nada menos que del 72% respecto a la media, llevó a muchos a pensar que la violencia disminuia. Nada más lejos de la realidad. En 2020 fueron asesinadas 47 mujeres y 43 en 2021, pero los feminicidios son el resultado de un proceso continuado de violencia que se agravó por la pandemia, especialmente durante el confinamiento.

Para entender lo que pasó durante el estado de alarma hay que comprender las características específicas de la violencia de género, según explica Miguel Lorente, ex delegado del Gobierno contra la violencia de género y responable del estudio de la Universidad de Granada que se ha presentado este lunes. Entre ellas, Lorente destaca que la motivación de los maltratadores no es el daño, sino el control de la mujer, que esta le preste la sumisión que él cree que merece. Eso es lo que consiguieron durante el confinamiento, el control total sobre las víctimas, debido a las dificultades de movilidad y de acceso a los mecanismos de ayuda, además de una sensación mayor de impunidad. Según este estudio, los elementos característicos de los maltratadores se vieron potenciados durante la pandemia.

Los negacionistas no sólo se equivocan, sino que actúan con irresponsabilidad

En este sentido, Lorente ha subrayado la importancia de saber que la violencia de género existe y tiene características propias: "Los negacioneistas no sólo se están equivocando, sino que actúan con irresponsabilidad... No viven en la realidad, viven en una realidad alternativa", afirma este catedrático en medicina legal, que subraya que los planteamientos negacionistas refuerzan la sensación de legitimidad e impunidad que sienten los agresores.

¿Por qué bajaron las denuncias?

Los datos para este estudio se han obtenido de las estadísticas oficiales del Ministerio de Igualdad, el Ministerio del Interior, CGPJ (Consejo General del Poder Judicial) y el Ministerio de Sanidad. ¿Qué ocurría durante el segundo semestre de 2020, cuando se registraba el mínimo histórico de asesinatos? También bajaron un 14'6% las denuncias, un descenso que se acompañó con el de los atestados policiales y los partes de lesiones en servicios sanitarios. En cambio, los mecanismos que no necesitaban desplazamiento y no estaban saturados vieron cómo se incrementaba exponencialmente el número de mujeres que acudía a ellos. Así, las peticiones de ayuda y consultas al 016 subieron un 48'5%, con un total de 25.667 llamadas, el número más alto de toda la serie histórica

En el tercer trimestre del año se triplicaron los feminicidios y 15 mujeres murieron asesinadas por sus parejas o exparejas. Al mismo tiempo, las denuncias aumentaban un 23'9%. En el cuarto trimestre, coincidiendo con la segunda ola de la pandemia se volvió a reproducir el mismo fenómeno de bajada de asesinatos y de denuncias. En total, las denuncias en 2020 fueron un 10'3% menos que el año anterior. Si las comparamos con la media de los cinco años previos, el descenso no es tan importante, porque el número de denuncias del que se partía en 2015 y 2016 era muy bajo.

Para las víctimas de violencia intrafamiliar es más fácil denunciar, es una diferencia fundamental con la violencia de género

Este descenso en el total de denuncias en 2020 contrasta con los datos que se han recogido sobre la violencia doméstica o intrafamiliar, es decir, aquella que se ejerce por parte de diferentes miembros de la familia y que pueden sufrir hombres o mujeres. Se han analizado los datos del INE sobre las denuncias en las que se establecieron medidas cautelares y órdenes de protección. En 2020 se registraron 29.215 en violencia de género, un 8'4% menos que en 2019. En cambio, las denuncias con medidas cautelares de violencia doméstica subieron un 8'2%. En ellas, el 61% de las víctimas eran mujeres y el 38'6% eran hombres.

EL DATO: Violencia en confinamientos

"El maltratador machista ejerce violencia para controlar el comportamiento de la mujer, es lo que considera "normal". Cuando hay violencia doméstica no existe esa sensación de "normalidad" o legitimación por parte de agresor o víctima o del entorno. La víctima de violencia intrafamiliar no tiene la misma dependencia emocional, ni el sentido de culpa de las mujeres maltratadas, a las que se hace pensar que sufren violencia porque han "hecho algo". Muchas mujeres vícitmas de violencia de género no denuncian porque sienten vergüenza o porque tienen miedo, creen que si denuncian o dejan al maltratador, este las puede matar", explica Miguel Lorente.

Esto explica que las víctimas de violencia intrafamiliar sí tuvieran la autoestima o las posibilidades de denunciar pese a las trabas generales que impuso el confinamiento. Para las mujeres maltratadas por sus parejas o exparejas siempre es difícil denunciar. De hecho, el 75% de las mujeres asesinadas por violencia de género en 2021 no había denunciado.

Las dificultades del confinamiento

El informe también prueba que el acceso más difícil a la atención sanitaria por causas que no fuesen COVID-19 influyó en el descenso de partes de lesiones. A esto se unen factores que han aislado aún más a las mujeres, les han impedido denunciar y separarse de ellos, como las dificultades de movilidad, que el acceso a servicios médicos, legales, etc. ha sido más complicado y que el aumento del desempleo femenino ha generado problemas para que muchas de ellas pudieran acceder a una independencia económica fuera del hogar. Este contexto facilita el uso de la violencia en cualquiera de sus formas ante el más mínimo estímulo y una mayor impunidad de los agresores.

El 016 cada vez más accesible para todas

ONU Mujeres ha llamado a la violencia de género la gran pandemia oculta porque los mismos parámetros se han repetido en todo el mundo. Los confinamientos por el COVID-19, la convivencia obligada con los maltratadores, el desempleo, las dificultades de acceso a los servicios, el cierre de las escuelas, entre otros factores, ha aumentado la violencia sobre las mujeres en el mundo.

Durante la erupción de La Palma también aumentaron más de un 50% las llamadas en petición de ayuda

"Encargamos estos estudios para comprender el problema y establecer políticas con base en datos y no en suposiciones", afirma la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género. Victoria Rosell ha puesto como ejemplo la crisis vivida por la erupción del volcan de La Palma, en la que se encontraron con fenómenos similares: "Se incrementaron más de un 50% las llamadas al 112, que es el mecanismo de ayuda que podíamos medir en la isla y tomamos medidas específicas como reforzar los recursos de alojamiento o la atención psicológica especializada". En este sentido, ha destacado la utilidad de los medios de ayuda silenciosos que se pusieron en marcha durante el estado de alarma por el COVID-19.

Agresores reforzados y menos recursos para ellas

Así pues y según los datos, los autores del informe concluyen bajo las circunstancias creadas por la pandemia se ha producido un aumento de la violencia de género y que la respuesta ante la misma y la atención a las víctimas se han visto dificultadas en este escenario. Es un efecto similar al que se ha visto en catástrofes o desastres naturales con los mismos efectos sobre la movilidad y factores de estrés, según el informe: "Se puede afirmar que el confinamiento tiene un doble efecto: atrapa a las mujeres en la violencia y libera a los agresores en su uso". Se refuerzan para el agresor el sentimiento de impunidad por el factor estructural que sitúa en la figura del hombre la referencia de las decisiones y la necesidad de mantener el orden impuesto bajo su criterio.

El confinamiento atrapa a las mujeres y libera a los agresores en el uso de la violencia

El aislamiento que él suele crear en torno a la mujer también se ve reforzado y aumenta el control directo y la violencia que ejerce sobre ella.

Por otro lado, aumentan también las condiciones de estrés que se suelen relacionar con el ejercicio de la violencia. Además, cuando se suavizan las condiciones de la crisis, hay un mayor riesgo y probabilidad de que se produzcan homicidios al percibir el agresor que pierde el control sobre la mujer. Esta situación se relaciona fundamentalmente con la ruptura de la relación.

En esa sensación de impunidad influye también la percepcón social. En momentos de crisis como la pandemia, la violencia de género dejó de percibirse como un problema grave. Si en 2019 un 6'7% de la ciudanía la consideraba como tal, ese porcentaje bajó al 2'4% en 2020 y no sólo no se recuperó después, sino que en 2021 sólo un 0'5% de la población creía que la violencia sobre las mujeres es un problema grave en España.