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Análisis | Guerra en Ucrania

Los ataques rusos se acercan a las puertas de la OTAN: ¿puede un error de cálculo arrastrar a la Alianza a la guerra?

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Un militar frente a un hospital tras un ataque a la base militar de Yavoriv
Un militar frente a un hospital tras un ataque a la base militar de Yavoriv

El lanzamiento por el Ejército ruso de más de 30 misiles contra una base en territorio de Ucrania a tan solo 25 kilómetros de la frontera con Polonia en la madrugada del domingo ha dejado a los gobiernos de los países de la OTAN preguntándose hasta dónde llegará el presidente ruso, Vladímir Putin. Se trata de la primera vez que un ataque ruso en la guerra de Ucrania se acerca al territorio de la Alianza Atlántica.

Con este ataque crece el temor de que un error pueda hacer que una acción del Ejército ruso alcance a un país miembro de la OTAN y lleve a que la Alianza termine siendo arrastrada a la guerra.

El profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense, Javier Morales, señala a RTVE.es que con el bombardeo a la base militar, Rusia “está enviando un mensaje de advertencia a la OTAN para que no intervenga directamente” en el conflicto y asegura que la OTAN ya está haciendo dos cosas para evitar verse implicada directamente en la guerra en Ucrania: “Ser cautelosa con el tipo de ayuda militar que se da a Ucrania” y “no atender las peticiones de Ucrania de una zona de exclusión aérea”.

Riesgo real de un incidente que arrastre a la OTAN a la guerra

El bombardeo llevado a cabo el domingo por el Ejército ruso contra el Centro Internacional de Seguridad y Mantenimiento de Paz, en la localidad ucraniana de Yavoriv, a 25 kilómetros de Polonia, causó al menos 35 muertos y alrededor de 134 heridos. En la base militar, antes de la invasión, se llevaron a cabo maniobras y entrenamientos con tropas de la Alianza Atlántica. Los últimos ejercicios se realizaron en septiembre.

Existe una probabilidad de que algún misil o proyectil de Rusia termine impactando en territorio de la OTAN

Este ataque ha aumentado la sensación de que un error o un incidente pueda hacer que una acción rusa termine alcanzado a un país de la OTAN, lo que podría arrastrar a la Alianza Atlántica a la guerra. El ex Segundo Jefe del Estado Mayor de la Armada, el almirante Ángel Tafalla, señala a RTVE.es que existe “una probabilidad de que algún misil o proyectil de Rusia termine impactando en territorio de la OTAN”. “Al estar frontera con frontera y nosotros ayudando a una posible rebelión con guerrillas o un movimiento de liberación, es altamente inestable”, añade.

Por su parte, el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas, Alberto Priego, asegura a RTVE.es que “hay un riesgo de error porque Rusia tiene unas bombas que no son guiadas y las bombas siguen la ley de la gravedad”. “Rusia está lanzando cada vez los proyectiles más cerca. Está viendo la reacción de la OTAN y como no es la que debería dar, Putin se acerca cada vez más y creo que tarde o temprano un error va a ocurrir”, asevera.

Rusia bombardea una base militar en la frontera con Polonia

Los esfuerzos de la OTAN para evitar riesgos

La OTAN intenta no verse implicada en una guerra con Rusia y no desearía que un error de los militares rusos terminara haciendo que un misil o un proyectil cayera en territorio de la Alianza. El profesor Morales afirma que la OTAN ya está haciendo dos cosas para ello. La primera sería “ser cautelosa con el tipo de ayuda militar que se da a Ucrania”. “Es decir, el envío de armamento, pero que ese armamento sea utilizado por el Ejército ucraniano y no enviemos tropas a territorio ucraniano para luchar allí”, explica.

Asimismo, el profesor de la Universidad Complutense afirma que otro de los recursos de la Alianza para evitar ese riesgo es “no atender las peticiones de Ucrania de una zona de exclusión aérea, porque eso supone que entren tropas de la OTAN a territorio de Ucrania para derribar los aviones rusos e impedir que sigan bombardeando”. “Esto es lo que se trata de evitar, el que tropas y fuerzas militares de países de la OTAN entren en combate directamente con tropas rusas dentro del territorio de Ucrania”, añade.

El presidente ucraniano, Volódimir Zelenski, ha pedido varias veces que se establezca una zona de exclusión aérea sobre su país para disuadir a Rusia de continuar realizando bombardeos desde el aire, pero los países occidentales han rechazado su llamamiento.

“Es una medida de escalada clarísima”, indica el almirante Tafalla. “Entraríamos ya directamente en guerra con Rusia porque si se establece una zona de exclusión aérea en un territorio donde se está combatiendo, el primer paso es destruir todos los misiles superficie-aire y derribar toda la aviación que vuela”, asevera.

Tanto el almirante Tafalla como el profesor Alberto Priego coinciden en que la Alianza Atlántica no puede hacer nada para evitar que un ataque salpique a uno de sus países miembros. “Lo único que puede hacer la OTAN es rezar, porque no depende de su voluntad. Depende de la voluntad de arriesgar de Putin y si se arriesga, no podemos hacer nada, porque sería rendirse ante el uso injustificado de la violencia y Putin toma la debilidad como una oportunidad para el siguiente paso”, indica el almirante.

Por qué Rusia ataca objetivos cerca de la frontera de la OTAN

Funcionarios occidentales han señalado que el ataque a las puertas de la Alianza Atlántica ha sido, además de una expansión geográfica de la invasión rusa, un cambio de táctica. El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, ha indicado que Putin “está ampliando el número de objetivos” y que “está tratando de causar daños en cada parte del país”.

Javier Morales afirma que la base militar ucraniana atacada por Rusia cerca de la frontera polaca “era utilizada por instructores de Estados Unidos y otros países occidentales que han entrenado al Ejército ucraniano”. “Esto se puede interpretar como un mensaje de advertencia, que tengan cuidado con que esa colaboración con Ucrania acabe siendo decisiva en la guerra”, explica Morales, quien dice que “en ese caso Rusia respondería y podría atacarnos dentro de Ucrania, donde puede haber presencia de militares occidentales o envíos de armamento una vez que entran en territorio ucraniano”.

Asimismo, Morales cree que Rusia “está enviando un mensaje de advertencia a la OTAN para que no intervenga directamente” en el conflicto. “No parece que Rusia quiera atacar primero a un país de la Alianza, porque en ese caso sería Rusia la que estaría provocando esa intervención de la OTAN que desea evitar”, asevera.

Un día antes del ataque a 25 kilómetros de la frontera polaca, el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Ryabkov, aseguró que su Ejército consideraría los envíos de armas a Ucrania por parte de los países miembros de la OTAN como “objetivos legítimos”. En este sentido, oficiales del ejército estadounidenses han indicado bajo condición de anonimato que creen que Moscú ha comenzado a atacar el oeste de Ucrania para evitar la llegada de armas y equipos militares, ya que la ayuda de Occidente al Gobierno ucraniano entra a través de Polonia y Rumanía.


Según el almirante Tafalla, “Rusia se podría atrever a atacar alguno de los convoyes de la OTAN con armamento para Ucrania”. “No es legítimo, pero es lógico. Esas armas que estamos dando son para matar rusos y es lógico que los rusos si pueden se defiendan”, asegura.

Los militares estadounidenses opinan que Rusia ha llevado a cabo estos ataques también con el objetivo de aterrorizar a los refugiados que huyeron de la violencia en otras partes de Ucrania hacia la relativa tranquilidad en el oeste del país.

A juicio de Alberto Priego, “Putin va asumiendo riesgos cada vez más peligrosos”. “Su táctica es ir gestionando riesgos y está viendo que la respuesta militar de Occidente es cero”, explica. “Cuando vea que la reacción no es la que esperaba irá más cerca y acabará atacando Polonia. Si no termina la guerra antes, acabará atacando Polonia”, advierte.

Cómo podría responder la OTAN

La Alianza Atlántica ha afirmado en reiteradas ocasiones que no luchará en territorio ucraniano contra las tropas rusas. Sin embargo, el asesor de Seguridad Nacional estadounidense advirtió de que si un ataque de Moscú golpea directamente a un Estado miembro de la OTAN, como Polonia, habría una respuesta completa de la Alianza Atlántica.

En este sentido, el profesor de Relaciones Internacionales Morales detalla que la entrada en bloque de la OTAN en la guerra “no es automática” y subraya que “las formas en las que se podría producir esta defensa no tiene por qué ser que directamente toda la OTAN se implique en la guerra”. “Podría ser una respuesta más limitada y también en esto influiría si se cree que un ataque de Rusia ha sido deliberado o que ha podido haber un error humano o que un misil se haya desviado”, recalca Morales.

Por su parte, Priego indica que si un Estado miembro es atacado, “la OTAN se juega todo”. “Si responde, seguirá teniendo credibilidad y si no responde probablemente será su fin”, añade.

Más de 30.000 soldados de los 27 países de la OTAN, junto con 200 aviones y 50 buques, participan desde el lunes en Noruega en unas maniobras militares que durarán hasta principios de abril, y que coinciden con la guerra en Ucrania.

“Todo lo que se está haciendo en este momento aparte del envío de ayuda militar directa por parte de la OTAN a Ucrania consiste en señales de advertencia a Rusia para que no vaya a más”, explica Morales, quien advierte de que “con las maniobras la OTAN no se está preparando para la posibilidad de que Rusia invadiera más adelante países miembros, sino que es una forma de dar confianza a los países vecinos que tienen ese sentimiento de miedo de la amenaza rusa”.

En este sentido, el almirante Tafalla considera que las maniobras “en la situación actual envían un mensaje, teniendo en cuenta que van a tener lugar en Noruega y es uno de los países OTAN que tienen frontera con Rusia”. Según el almirante, con estos ejercicios la Alianza Atlántica quiere decir: “Yo también te puedo abrir un frente por el norte. Si vamos a la guerra yo estoy preparada para atacar por más frentes”.