La economía de guerra llega a las fábricas ucranianas: de coser telas a realizar pañuelos patrióticos para el Ejército

• Hay miles de voluntarios dedicando su tiempo a trabajar para el Ejército ucraniano de una u otra forma
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Las fábricas ucranianas se reinventan para servir sus bienes al ejército del país

La guerra de Ucrania ha provocado que las empresas del país paralicen su producción y se hayan reinventado poniendo sus máquinas al servicio del Gobierno ucraniano.

"Cualquier ayuda, por pequeña que sea, nos sirve para combatir al enemigo", es el mensaje que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, repite a menudo.

Y ha tenido una amplia respuesta ciudadana. Hay miles de voluntarios dedicando su tiempo a trabajar para el ejército de una u otra forma.

Uno de esos sitios es una fábrica de pañuelos en Zhitomer, Ucrania, a la que ha podido entrar TVE. Antes se hacían diseños modernos y a la moda, pero ahora en pleno fervor patriótico, mandan los que llevan la bandera y el escudo patrio. Y se fabrican miles para enviarlos al frente.

"Yo soy una patriota, he decidido quedarme en el país y trabajar gratis para el ejército", cuenta Natalia a TVE mientras cose unas bandanas para la cabeza que van a enviar próximamente al frente.

Amplia respuesta ciudadana para apoyar al Ejército

A unos kilómetros de allí, un taller de vestidos de fiesta y ropa de moda se ha convertido en una fábrica de ropa militar. Las mujeres trabajan día y noche. En una semana ya se han hecho 500 chalecos. Dicen que les duelen las manos de tanto trabajar.

"Queríamos colaborar y no sabíamos cómo, así que llamamos al Ejército y les preguntamos cómo se hacían estos chalecos que sirven también para guardar las municiones", dice María.

El Ejército se encargó de explicarles qué medidas tenían que tener hasta los bolsillos y que debía tener cada chaleco.

"Nos sentimos orgullosas. Entendemos que esto hay que hacerlo para ayudar a nuestras fuerzas armadas", asegura Natalia, la coordinadora del taller.

Y hay cientos de talleres como este, repartidos por todo el país, convertidos en inesperados proveedores de un Ejército en guerra que lleva ya tres semanas luchando para intentar contener las tropas rusas.