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Guerra en Ucrania

La guerra en Ucrania restará 1 punto de PIB al crecimiento mundial en un año y disparará la inflación cerca del 7%

  • Un estudio de la OCDE advierte de una "escasez global de materias primas" por el conflicto entre Rusia y Ucrania
  • Ante la crisis energética y los altos costes de la electricidad y el gas, aboga por "privilegiar" las ayudas a familias vulnerables
  • Guerra Rusia - Ucrania, sigue la última hora en directo

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La guerra en Ucrania restará 1 punto de PIB al crecimiento mundial en un año y dispara la inflación cerca del 7%
Trabajador en una fábrica de Mercedes-Benz en Alabama.

La guerra en Ucrania reducirá el crecimiento de la economía mundial en un punto porcentual durante el primer año y aumentará la inflación prevista en 2,5 puntos, según la OCDE, con un impacto que será particularmente importante en Europa, muy dependiente del gas y del petróleo ruso.

En un informe publicado este jueves, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) explica que en la zona euro el conflicto restará 1,4 puntos a su PIB y en Estados Unidos alrededor de 0,9 puntos, mientras la economía rusa sufrirá un desplome del 10%.

El mundo puede afrontar una "escasez global de materias primas", ya que Rusia y Ucrania figuran entre los mayores productores mundiales de fertilizantes y metales como níquel, titanio y paladio, ha alertado el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, en la presentación del informe.

Un riesgo adicional que contemplan los autores del estudio -que no ofrecen estimaciones sobre Ucrania- es un parón total de las exportaciones rusas de energía en dirección de la UE, que podría disminuir allí el crecimiento del PIB en 0,5 puntos más, con una elevación total de la inflación de unos 3,5 puntos respecto a las expectativas anteriores a la guerra.

Privilegiar las ayudas a familias vulnerables

Para hacer frente a este choque, la organización considera que a corto plazo muchos gobiernos van a tener que amortiguar la escalada de los precios de la energía y aumentar la producción de alimentos para compensar los que van a dejar de llegar de Rusia y Ucrania.

En ese contexto, indica que para que los costos que tengan que asumir las finanzas públicas sean asumibles y para evitar distorsiones en los precios, los dispositivos tienen que ser "selectivos, bien orientados y temporales", ha insistido Cormann.

Es decir, que hay que privilegiar las ayudas directas a las familias con rentas más bajas sobre otras medidas como las limitaciones generales de precios o las reducciones de impuestos. También propone financiarlo con los beneficios excepcionales que están obteniendo algunas empresas, los llamados "beneficios caídos del cielo".

Cormann ha concluido que el impacto económico de la guerra variará según los países, pero "claramente habrá costes", con un "fuerte choque" en la cadena de suministros y un "impacto significativo en la confianza", lo que tendrá "consecuencias" en los consumidores y en las decisiones de las empresas.

La OCDE, además de reconocer la gran incertidumbre que hay en torno al impacto de la guerra, que dependerá en parte de su duración y de las respuestas políticas, ha subrayado que las consecuencias más importantes son la pérdida de vidas y la crisis humanitaria.

Una crisis humanitaria que tiene como una de sus derivadas la salida masiva de refugiados de Ucrania, que son ya más de tres millones, y que representarán inicialmente un costo "manejable" para la UE en conjunto, aunque será difícil de asumir individualmente para los países vecinos de Ucrania, que deberán recibir ayuda de la Unión.

Economía mundial ya dañada por la pandemia

"Justo cuando la economía mundial parecía estar emergiendo de dos años de la crisis del coronavirus, ha estallado una guerra brutal y devastadora en Europa", ha señalado la economista jefe y secretaria general adjunta de la OCDE, Laurence Boone.

En su análisis, la OCDE reconoce que la guerra complica la labor de las autoridades políticas y monetarias, pero considera que los pasos hacia la normalización de la política monetaria deberían continuar en las economías avanzadas, aunque subraya que deberá desarrollarse a un ritmo diferenciado y con frecuentes reevaluaciones a medida que evoluciona el conflicto.

"Los argumentos a favor de la normalización son particularmente sólidos en economías como Estados Unidos, donde la recuperación de la pandemia está muy avanzada y las señales de presiones inflacionarias duraderas ya eran evidentes", apunta la organización, que considera recomendable un ritmo más lento de normalización en las economías donde la inflación subyacente sigue siendo baja, las presiones salariales siguen siendo modestas y el impacto adverso del conflicto sobre el crecimiento es mayor.