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Guerra en Ucrania

'Efecto cohete' y 'efecto pluma' o por qué cuando baja el petróleo tarda tanto en notarse en las gasolineras

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¿Por qué cuando bajan los precios del petróleo tardamos tanto en notarlo en la gasolina?

La invasión rusa en Ucrania disparó el precio del petróleo y, de inmediato, los combustibles alcanzaron máximos históricos. El precio del barril de Brent -de referencia en Europa- llegó a situarse en los 140 dólares, mientras la gasolina superó por primera vez en España los 1,6 euros el litro. Una semana después, el crudo ha caído hasta los 100 euros, pero el carburante se vende ya en la mayoría de gasolineras de España por encima de los 1,8 euros por litro. Pero, ¿por qué cuando bajan los precios del petróleo tarda tanto en notarse en las estaciones de servicio?

Es lo que los expertos llaman ‘efecto cohete’ y ‘efecto pluma’, es decir, cuando sube el precio del petróleo, la gasolina sube muy rápido, como un cohete. Mientras que, cuando el crudo baja, el descenso del precio en las gasolineras tarda en notarse y lo hacen lentamente como una pluma.

El barril de Brent baja y la gasolina sube

Precisamente, el aumento de la demanda por la recuperación económica tras la pandemia disparó el precio del barril de petróleo y, lejos de compensarse, el conflicto entre Rusia y Ucrania agravó la situación. Hace tan solo una semana, el barril de petróleo Brent llegó a marcar 140 dólares, alcanzando máximos desde el año 2008, por el temor a una reducción en el suministro, pues Rusia es el mayor exportador de crudo y productos petrolíferos a nivel mundial.

Sin embargo, en los últimos días el crudo ha iniciado una senda bajista que le ha llevado a caer por debajo de los 100 dólares el barril. Se trata de un descenso de un 30 % en una semana, impulsado por la evolución de las conversaciones entre Rusia y Ucrania para un alto el fuego.

En lo que respecta a los carburantes, coincidiendo con el repunte del petróleo y la decisión de la alianza OPEP+ de no aumentar el bombeo del crudo en el contexto actual, la gasolina superó por primera vez los 1,6 euros el litro y el gasóleo, los 1,5 euros. Ambos batieron su anterior máximo histórico, registrado en 2012. Con estos precios, llenar un depósito medio de 55 litros con gasolina costaba más de 88 euros, mientras que con gasóleo superaba los 82 euros.

Una semana después, al contrario que ha sucedido con el barril de Brent, los combustibles siguen en máximos: la gasolina 95 se vende en España a una media de 1,844 euros el litro, mientras que el gasóleo lo hace a 1,817 euros, según los datos difundidos este jueves por el Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE). Así, llenar un depósito medio cuesta ahora en torno a 101,2 y 99,94 euros, respectivamente.

Entonces, ¿por qué la gasolina no baja al mismo ritmo?

Es la pregunta que nos hacemos todos, aunque para responderla, sostiene la portavoz de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), Inés Cardenal, lo primero que hay que decir es que “no se puede hacer una regla de tres”: “No se puede decir con un crudo a tal precio, los carburantes deberían estar a este precio porque hay muchos factores que influyen”, asegura a RTVE.es.

Entre ellos, el tipo de cambio euro-dólar: el petróleo se paga en dólares y esta moneda se ha apreciado frente al euro. Además, el precio del combustible se ve influido por las cotizaciones internacionales del crudo. “Los coches no consumen crudo, los coches consumen gasolina. Para ello, el crudo se retrae y se refina y los productos refinados cotizan en sus propios mercados internacionales. Evidentemente, están muy relacionados con el precio del crudo, pero no siempre suben y bajan con la misma intensidad”, señala la experta.

El gas y el petróleo siguen a la baja pero la inestabilidad en los precios se mantendrá

También hay que tener en cuenta que cada euro gastado en combustible ha ido incorporando cargas que van alejando su coste del petróleo. Entre ellas, impuestos y tasas, que conforman casi un 50 % de su precio; pero también el propio incremento de precios de toda la cadena de distribución del producto, que representan un 15 % del combustible.

"Se compra el petróleo, se trae a España a las refinerías y después se distribuye a las gasolineras. Todo eso lleva un tiempo, no es hoy y mañana, sino que pasan varias semanas y, por tanto, el petróleo que se ha comprado más caro es el que se está vendiendo y es lo que hace que caiga menos el precio de la gasolina", sostiene por su parte a TVE el profesor de Economía de la Universidad Pontificia Comillas Emilio González.

Falta de competencia

También hay que tener en cuenta que el sector de la venta mayorista y minorista de carburantes cuenta con una reducida competencia: apenas un puñado de empresas gestionan el mercado. Esto hace que los precios no sean tan volátiles, aunque las estaciones de servicio ‘low cost’ han forzado a las compañías, en muchos casos, a reducir sus márgenes de beneficio.

Además, el mercado con una serie de características inherentes que hacen que el precio de los carburantes a día de hoy se mantenga prácticamente igual desde hace ya más de una semana. Entre ellas, influye que la demanda es muy inelástica, es decir, reducimos poco nuestro consumo ante los aumentos de precio; pero tampoco existen productos sustitutivos que podamos utilizar ante el aumento de precios, ya que los vehículos eléctricos o de hidrógeno están poco extendidos.