La industria aragonesa sufre el paro del transporte
- El sector del aluminio en Aragón sufre sufre escasez de materia prima
- Algunas empresas han tenido que parar su producción por falta de material
El paro nacional indefinido convocado por la Plataforma en Defensa del Sector de Transporte de Mercancías desde el 14 de marzo coloca en una delicada situación a la industria aragonesa. Además, en esta Comunidad Autónoma también está de huelga la Asociación de Transporte Discrecional de Mercancías TRADIME Aragón.
El motivo fundamental es el encarecimiento de los costes del combustible que, aseguran, no hace rentable sacar sus camiones a trabajar. Los paros están provocando que los suministros no lleguen a las empresas con la fluidez necesaria.
Y mientras unas ya se han visto obligadas a detener su producción, otras apuran sus existencias para no tener que hacerlo.
Las empresas del aluminio aguantan menos de dos semanas
El sector del aluminio avisa de que si no les llega materia prima tendrán que parar. La empresa Itesal apenas tiene material para mantener su producción menos de dos semanas. Su director general, Armando Mateos, a su vez presidente de la Asociación Española del Aluminio, lamenta que sus insumos “está detenidos en ciertos puertos españoles, sobre todo en Vigo”. Y añade que tampoco pueden sacar todo lo que fabrican por los paros.
“Pedimos que mientras dure la invasión rusa se contenga el coste y se estabilice“
El problema de las huelgas agrava una situación que ya venía de atrás, con los altos precios de la energía, de los combustibles y de las materias primas, con el trasfondo de la guerra en Ucrania. “En relación al precio de la energía”, explica Mateos, “pedimos que de manera provisional, mientras dure la invasión rusa, se contenga el coste y se estabilice”.
BSH o Stellantis ya detienen su producción algunos días
La falta de suministros ha obligado a parar varios días a la planta que el grupo de electrodomésticos BSH tiene en La Cartuja de Zaragoza. Según fuentes de la empresa, “se debe a varios factores, pero es difícil saber hasta qué punto el motivo fundamental es la guerra, el encarecimiento de las materias primas, las protestas de los transportistas o incluso la pandemia”.
BSH tiene problemas para conseguir unos pequeños componentes electrónicos del frontal de las lavadoras. Aunque no es la primera vez que detienen la producción por este motivo, el pasado otoño ya lo hicieron dos semanas.
La planta de Stellantis en Figueruelas ha tomado decisiones similares por la falta de microchips. Distintos turnos de trabajo de la línea de trabajo en la que se fabrica el Opel Corsa se van cancelando según faltan suministros, en una situación que tampoco deriva directamente de la huelga, pero que sí la está agravando.
Los negocios familiares alertan de que están “en jaque”
También las empresas familiares aragonesas, un 88% del total, lanzan un mensaje de SOS: “Si los paros del transporte se mantienen, en el medio plazo muchos de estos negocios estarán en jaque”, confirma el gerente de la Asociación de Empresa Familiar de Aragón, Jorge Esteban.
En el Grupo Fersa, con 50 años de historia familiar, afrontan un momento complejo. Ya tuvieron que suspender hace unas semanas las exportaciones de rodamientos para vehículos a la zona de guerra y buscar otros mercados. Ahora, los paros de los camioneros les afectan en el aprovisionamiento.
“En los 9 días de huelga solo hemos recibido 4 contenedores, tenemos 22 pendientes de recibir“
Su director general, Pedro Pablo Andreu, detalla que compran su materia prima y llega por barco, “pero en los 9 días de huelga solo hemos recibido 4 contenedores, tenemos 22 en puerto pendientes de recibir y 15 más que llegan esta semana”.
Sus costes se han disparado y sus envíos llegan con retraso a los clientes. Pero de momento, no han detenido la producción. “Gracias a nuestras existencias aún podríamos trabajar 6 o 7 semanas más, perdiendo eficiencia como ahora, pero sin necesidad de tomar medidas drásticas”, aclara Andreu.
Las empresas familiares generan en Aragón dos de cada tres empleos privados, por lo que se consideran “la columna vertebral de la economía aragonesa”, en palabras de Esteban. Por eso piden que se les escuche y reclaman “que se tomen medidas urgentes para abaratar los costes de la energía y se garantice la llegada de suministros”.