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Solidaridad con Ucrania

Coordinador de CEAR en Andalucía Oriental: "Van a venir muchas personas. Además, van a venir durante mucho tiempo"

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Crónica de Andalucía - CEAR: "Vivimos una emergencia humanitaria impensable en Europa"

La invasión rusa en Ucrania ha provocado que, un mes después, tres millones de ucranianos hayan decidido abandonar su país para huir de la guerra. En este mes, se han puesto en marcha una gran ola de iniciativas solidarias para enviar ayuda humanitaria hacía la zona del conflicto. Además de organizar las iniciativas solidarias, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado se encarga del dispositivo de acogida en nuestra comunidad.

Málaga es la provincia donde se encuentra la mayor comunidad ucraniana en Andalucía. De hecho, es allí donde se ubicará uno de los cuatro grandes centros nacionales de acogida gestionado por CEAR. Además, es también donde más han solicitado la protección temporal, que, en total, ya son más de mil doscientas peticiones.

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“Estamos viviendo una situación de emergencia humanitaria que no pensábamos que íbamos a vivir en Europa”, aclara Francisco Cansino, coordinador de CEAR en Andalucía Oriental. Esto implica que deberán adaptarse conforme se planteen las novedades. Los centros de trabajo tratarán “de documentar al mayor número de personas y agilizar todos los trámites que necesite y, a la vez, hacer una valoración de cuáles son las necesidades.”

No sabemos exactamente el número de personas que pueden llegar en ese día.

Actualmente en Andalucía hay identificadas unas tres mil cien plazas de acogidas, pero el incremento de trabajo con un ambiente de incertidumbre es algo que destaca Francisco Cansino sobre la llegada de los ucranianos: “Cada mañana que abrimos las oficinas, no sabemos exactamente el número de personas que pueden llegar en ese día.” Sin embargo, desde la organización trabajan “con la ilusión de poder brindar a estas personas una acogida digna.”

Es bastante complicado el hacer una valoración de cuál va a ser la necesidad.

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha calculado que en España hay unos veinticinco mil refugiados ucranianos que han huido de la guerra. “Es bastante complicado el hacer una valoración de cuál va a ser la necesidad y, sobre todo, porque el propio sistema tiene que ir evolucionando”, explica el coordinador de CEAR. El mayor número de ucranianos llegan a casa de familiares o conocidos. “Esta situación también puede revertirse. A lo mejor la acogida de las personas en casas particulares, pues no están sostenible en el tiempo”, aclara que “van a venir muchas personas, pero, además, van a venir durante mucho tiempo”.

El Gobierno concede, con esa protección temporal, un permiso de residencia y de trabajo durante un año, con posibilidad de renovación. “Es fundamental que estas personas puedan trabajar en nuestro país, puesto que esto también facilitará esa integración.” Además de la protección temporal que es un proceso automático, las personas pueden pedir también la protección internacional.

El proceso cuando llegan

Lo primero que tienen que hacer esas personas es tratar de documentarse.

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado tiene publicada una guía, traducida al ucraniano para ayudar en los primeros pasos que tienen que dar. “Lo primero que tienen que hacer esas personas es tratar de documentarse”, explica Cansino a pesar de que no es una función de ninguna organización social, sino de la Policía Nacional. “Podemos acompañar y podemos apoyar a esa persona que tiene que hacer esa solicitud”.

Desde la CEAR, el trabajo “más urgente es poder proporcionar una acogida a las personas, que si no estarían en situación de calle”. De hecho, organizan charlas jurídicas con el objetivo de que las personas que van a documentarse sepan exactamente qué es lo que van a hacer, es decir, “que conozcan bien el trámite y que puedan hacerlo todo con una mayor sensación de seguridad de lo que están haciendo”.

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El objetivo en esta primera fase, según el coordinador de CEAR en Andalucía Oriental, es “tratar de transmitir una cierta tranquilidad, que las personas se sientan acogidas, que sientan que están en un sitio seguro y que están en paz”. A partir de entonces, se trabaja una integración a medio plazo.

Canalizar todas las iniciativas de ayuda.

Tenemos que hacer las cosas con calma.

Están surgiendo decenas de estas iniciativas particulares, incluso la policía local se ha implicado. Aunque son experiencias generalmente buenas y muy enriquecedoras, Cansino cree que, como sistema, “son los países o los Estados o los organismos públicos los que tienen que hacerse cargo”. Lo ideal es que se canalicen a través de organismos oficiales, como la Junta de Andalucía y el Gobierno de España, o también a través de ONGs, como la CEAR o UNICEF. “Es un hecho maravilloso el que la gente abra sus casas y el que la gente esté dispuesta a arriesgar sus vidas en hacer un viaje hacia la frontera con Ucrania para intentar traerse personas”, valora Francisco Cansino, “pero creo que tenemos que hacer las cosas con calma y de manera organizada”.

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A pesar de no tener constancia de ningún caso de mafias organizadas, el coordinador está seguro de que estarán en la zona engañando a aquellos que huyen desesperados de la guerra. “Este tipo de situaciones son carne de cañón para mafias […]. Muchas veces, no es bien recibido cuando le pedimos a la gente que tenga calma, pero nuestra experiencia en el pasado nos dice que este tipo de iniciativas privadas no siempre acaban del todo bien”.

“El mal acecha. Hay personas que siempre intentan sacar partido de una situación tan triste como está”, reitera el coordinador, “es la situación idónea para que personas malintencionadas y mafias organizadas se intenten aprovechar”. En este momento, hay personas que intentan aprovecharse de vulnerabilidad de aquellos que se encuentran en un momento de debilidad donde cualquier ayuda es bien recibida.

Sin embargo, debemos recordar que está en cada ciudadano el poder ayudar, incluso con gestos que parecen simples. “Cada uno de nosotros, tenemos en nuestra mano el hacer que estas personas se sientan en casa. Sientan que son acogidos y que no las rechazamos, que les vamos a proporcionar una ciudad donde vivir y un sitio donde estar tranquilos”.

El arropamiento de los conflictos

Lamentablemente este es sólo uno de los muchos conflictos armados que existen en el mundo que afectan a la población civil. Europa ha puesto en marcha una gran ola de solidaridad con los más de tres millones de refugiados que ya ha ocasionado el conflicto.

Es evidente que este arropamiento no se ha dado en otros conflictos como el de Siria u otros países africanos. Francisco Cansino lo achaca a que “es la novedad de la situación y la importancia y la relevancia que el impacto que va a tener en nuestras economías y en la situación social en Europa”.

El hecho de que vivimos en mundo muy convulso en el que hay muchos conflictos lo ven reflejado los que trabajan con refugiados a diario, pero no se refleja en las noticias. “No creo que se estén abriendo los telediarios durante todo el año con otros conflictos armados en el mundo”, admite el coordinador de CEAR, “Creo que es inevitable el que nos pilla mucho más de cerca, pero también que la gente se ha abierto mucho más su sensibilidad […] de una invasión de un país a otro”.

Esto nos hace tomar consciencia de aquí en adelante para otros conflictos.

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado lleva más de cuarenta años de trabajos y de asistencias en España. Los proyectos en los que están centrados son la defensa del asilo y de las personas refugiadas, como del conflicto palestino o de situaciones más invisibles en América del Sur. Aunque en la actualidad se ponga el foco en Ucrania, Francisco Cansino pide que se destaque lo positivo de la solidaridad de la sociedad: “Estamos atendiendo a este y, a lo mejor, esto nos hace tomar consciencia de aquí en adelante para otros conflictos”.