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De ofensiva relámpago a guerra de desgaste: el mapa de un mes de guerra, paso a paso

  • Tras cuatro semanas de invasión, repasamos con mapas cómo ha evolucionado el conflicto y qué puede pasar a continuación

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Cronología de cuatro semanas de invasión rusa en Ucrania
Cronología de cuatro semanas de invasión rusa en Ucrania.

La invasión rusa, que se inició con un doble ataque desde el norte y desde el sur de Ucrania, se ha convertido en una guerra en todo el país y en casi todos los frentes posibles. Sin embargo, los avances sobre el terreno se han estancado y Rusia podría estar preparándose para un conflicto largo.

A continuación, repasamos el mapa general de la guerra durante estas cuatro semanas y analizamos y por dónde podrían desarrollarse las siguientes etapas de una guerra cuyo fin se adivina lejano.

En la madrugada del 24 de febrero, Rusia comienza una invasión por múltiples frentes. La ofensiva terrestre llega por el norte, el este y el sur del país. El gobierno ucraniano informa de bombardeos y ataques aéreos en al menos diez ciudades de todo el país, incluida la capital. Aunque inicialmente se habla de una ofensiva por tierra, mar y aire, el frente marítimo quedará en un segundo plano.

Pese a la resistencia ucraniana, en poco tiempo las tropas rusas llegan a las puertas de Kiev y controlan la antigua central nuclear de Chernóbil. Los combates se concentran en la capital y otras ciudades estratégicas, como Járkov.

27 de febrero. Los satélites captan el avance de un convoy ruso de 60 kilómetros que avanza desde el norte, como refuerzo en el intento de rodear Kiev. Para finales de la primera semana, el mapa de la guerra muestra avance ruso en todos los frentes y Moscú asegura que sus tropas han tomado el control de las ciudades de Beriánsk y Enerhodar, donde se encuentra la central nuclear de Zaporiyia.

3 de marzo. Mientras los ataques se dirigen cada vez más a edificios civiles, Jersón es la primera gran ciudad en quedar bajo control ruso. En la segunda semana de guerra, hay combates por las calles desiertas de Járkov y se recrudece el asedio a Mariúpol, ciudad portuaria clave para Moscú. El nivel de alerta se eleva con el ataque a la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa.

6 de marzo. En su esfuerzo por rodear Kiev, el Ejército ruso avanza también desde el este, entre las ciudades atacadas de Chernígov y Sumy. Hay avances en el sur, hacia Mykolaiv, con la vista puesta en Odesa; sigue el ataque a Mariúpol. Moscú promete varios alto el fuego que no cumple, por lo que los corredores humanitarios tardan en materializarse.

9 de marzo. Las ofensivas en torno a Kiev consiguen pocos avances, pero los bombardeos continúan en todo tipo de infraestructuras civiles de las principales ciudades. Las imágenes del ataque a una maternidad en Mariúpol sacuden a la comunidad internacional.

13 de marzo. Los bombardeos se extienden a ciudades como Ivano-Frankivsk y Lutsk, al oeste del país, o Dnipro, en el centro; pero la tercera semana de guerra está marcada por el estancamiento. Durante el fin de semana se produce el ataque más próximo a territorio OTAN hasta la fecha: un bombardeo sobre la base militar de Yavóriv, a tan solo 25 kilómetros de Polonia.

14 de marzo. Rusia continúa acumulando tropas en torno a Kiev, pero el cerco sobre la capital no acaba de cerrarse y los avances terrestres se limitan al Donbás. Un ataque a la torre de televisión de Rivne, municipio en el que se encuentra otra central nuclear ucraniana, vuelve a elevar la preocupación.

16 de marzo. La defensa ucraniana y los problemas logísticos dificultan el avance ruso, mientras se suceden los bombardeos en distintos distritos residenciales de Kiev. En el sureste, el Ejército ruso avanza en la región de Donetsk y en torno a Mariúpol. Más al sur, Moscú también extiende su control en la región de Jersón y en los alrededores de Mykolaiv. El ataque sobre Odesa sigue en el aire.

20 de marzo. La insoportable situación en Mariúpol, donde las bombas han caído también en un teatro en el que se refugiaban civiles, continúa en la cuarta semana de guerra. La ciudad, punto clave en la conquista del sur, no se entrega

23 de marzo. Un mes después del comienzo de la invasión, Rusia prioriza los bombardeos de largo alcance ante el estancamiento de las ofensivas terrestres. A la espera de la reorganización de sus fuerzas en el norte, la mayor intensidad de la guerra ocurre en el este y el sur de Ucrania.

De la "guerra relámpago" a la estrategia de desgaste

En apariencia, la "operación militar especial" con la que Vladímir Putin quería "desmilitarizar" Ucrania era una ofensiva rápida. Pero se convirtió rápidamente en una guerra convencional, que se desarrolla más lenta de lo que posiblemente había planteado el Kremlin, apunta el almirante retirado Ángel Tafalla, que fue Segundo Jefe del Estado Mayor de la Armada española, en declaraciones a DatosRTVE.

"Los primeros movimientos, que al principio fueron muy de guerra relámpago —por ejemplo con la toma por fuerzas especiales de paracaidistas de un aeródromo cercano a Kiev—, parecían indicar que la hipótesis inicial era que los ucranianos iban a recibir a los rusos con los brazos abiertos y que iba a ser una campaña corta y muy exitosa, pero eso no se ha cumplido. Los ucranianos están respondiendo con una sorprendente heroicidad y con un valor tremendo, que no esperaba nadie".

Coincide en este balance Francisco José Gan Pampols, teniente general en la reserva del Ejército de Tierra: el planteamiento inicial de "una acción muy rápida y contundente que sembrara el pánico entre la clase política y la población ucranianas, alcanzado los centros de poder" y varias de las principales ciudades ha fracasado y ahora lo que se está viendo es una "reconfiguración de acciones".

"Por razones de logística, de reemplazo de bajas y de lo que se llaman pausas operacionales, probablemente vayamos a una guerra de desgaste que va a ser más larga, mucho más dolorosa y donde los avances van a ser pequeños", considera el teniente general.

Guerra de Ucrania y Rusia, última hora en directo

Una imagen de satélite muestra un convoy militar ruso, al noroeste de Kiev, Ucrania REUTERS / BLACKSKY

El improbable cerco a Kiev

Los efectos de esa guerra de desgaste se verán con claridad en la batalla por Kiev, que superó la ofensiva inicial y "se ha fortificado", señala Gan Pampols. El convoy militar de 60 kilómetros que fue avistado los primeros días acercándose a la capital sufrió los problemas logísticos que han aflorado en la ofensiva rusa.

Los intentos infructuosos de rodear por completo Kiev han llevado a los rusos a tratar de asegurar y fortalecer sus posiciones en el noroeste y el noreste y a bombardear a distancia edificaciones civiles o áreas comerciales para tratar de intimidar a los ucranianos. Una estrategia destructiva que puede ser contraproducente para los objetivos de Moscú. "Putin se está equivocando", considera el almirante Ángel Tafalla, al bombardear las ciudades con artillería de manera indiscriminada, y recurrir a técnicas de guerra "medievales" de "terror, cerco y hambre".

"Tiene que comprender los daños sobre la moral del pueblo ucraniano que, en el mejor de los casos, va a dominar. Va a quedar un pueblo resentido, va a haber una guerrilla, va a haber emboscadas, va a haber un infierno ahí durante mucho tiempo".

Mariúpol y la conquista de la costa del mar Negro

La mayor catástrofe humanitaria de esta guerra tiene un nombre ya definido desde las primeras semanas de invasión: Mariúpol, ciudad portuaria al sureste de Ucrania y enclave fundamental para cerrar un corredor territorial desde la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014, a las recién autoproclamadas repúblicas de las provincias de Donetsk y Lugansk. Los ataques que se han ensañado con la población civil en una maternidad, una mezquita o un teatro y las imágenes de una ciudad arrasada casi hasta los cimientos evidencian también la importancia estratégica de esta población de casi medio millón de habitantes

El sur es la única parte de Ucrania donde se mantiene una ofensiva, señala el teniente general Gan Pampols. Una vez que se conquiste Mariúpol, las tropas rusas podrán "incrementar el esfuerzo a lo largo del río Dniéper" para alcanzar Mykolaiv, que tampoco han conseguido tomar, y llegar posteriormente a Odesa, el principal puerto marítimo del país.

Con esto, Rusia estrangularía la capacidad comercial de Ucrania por el mar Negro y consolidaría el dominio territorial en el sur y este del país. Y perder esta salida dejaría a los ucranianos "en una situación muy comprometida" para mantener sus suministros, su economía y su capacidad de resistencia.

"Ucrania es un país exportador de materias primas, de valor añadido y de mucho peso y volumen, con lo cual todas las líneas de comunicación más estratégicas para él siempre serán marítimas, que es el flete más barato. Sin salida al mar puede hacerlo a través de Polonia o Rumanía, pero un barco pequeño equivale a 600 trenes. No hay infraestructuras ferroviarias que puedan suplir a un puerto como el de Mariúpol o el de Odesa".

¿Hacia dónde va el conflicto?

Los análisis del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), un centro estadounidense que analiza día a día la evolución de la campaña militar, apuntan a que, en pocas semanas, las fuerzas rusas capturarán Mariúpol o forzarán su rendición. Y que expandirán sus ataques con artillería, misiles y fuerza aérea a otras ciudades ucranianas.

Los problemas logísticos, la inesperada resistencia de las fuerzas armadas, de la población civil y el apoyo armamentístico internacional a Ucrania están surtiendo efecto. Los ataques con misiles a almacenes de armas y combustibles, como el de Deliatin, cerca de Rumanía, o la base militar de Yavóriv, muy cerca de Polonia, buscan minar esos refuerzos -y provocan de paso la alarma por una posible escalada internacional de la guerra de haber impactado en el suelo de estos miembros de la OTAN-.

La supuesta ventaja militar rusa por tierra, mar y aire no se está plasmando sobre el terreno. "El Ejército ruso está decepcionando en las expectativas que se tenían respecto a su superioridad" desde las estimaciones occidentales, que "sobre el papel era impresionante", reconoce Tafalla. "También se esperaba que los ataques a Ucrania vinieran acompañados de ataques informáticos", atacando a las redes de los bancos, los sistemas de agua o las centrales eléctricas para dejar indefenso y desconectado el país y tampoco se ha producido, añade Gan Pampols.

Lo que no cree posible ninguno de los militares es que el conflicto escale hasta el uso por parte de Rusia de armas químicas o bombas sucias (que diseminan elementos radiactivos en la atmósfera). Entre otras razones, porque podría provocar la misma reacción en el bando ucraniano. "Hay una experiencia clarísima de los costes políticos internacionales, tanto en Siria como en Irak", dice el teniente general Francisco José Gan. "Estos son desencadenantes de acciones que en ningún caso un político medianamente inteligente sería capaz de considerar".

Soldados ucranianos caminan con sus armas junto a una barricada en Odesa.

Soldados ucranianos caminan con sus armas junto a una barricada en Odesa. EFE/EPA/SEDAT SUNA

"Una Ucrania libre está luchando por nosotros"

Aunque la presunta guerra relámpago que perseguía Putin con los movimientos de los primeros días haya fracasado, el almirante Tafalla no cree que se pueda decir que Rusia no esté logrando sus objetivos, que solo conoce realmente el presidente ruso.

Unos objetivos que podrían no detenerse en Ucrania si la guerra terminase pronto. "Ucrania, por desgracia, es el primer paso de algo que va a seguir años y años, que es la insatisfacción de Putin con el orden imperante en las fronteras europeas", afirma el almirante Ángel Tafalla. Todo dependerá, sostiene, de la capacidad de resistencia ucraniana a la invasión, "desgastando las fuerzas rusas durante el tiempo suficiente para que las sanciones económicas y comerciales actúen y arruinen a Rusia", al tiempo que los países europeos puedan sustituir su demanda de gas y petróleo de este país.

"Es fundamental que los ucranianos resistan el tiempo suficiente para poder frenar a los rusos", concluye. "Una Ucrania libre está luchando por nosotros para evitar que lleguemos a una situación peligrosa que pudiera, en el peor de los casos, resultar en la Tercera Guerra Mundial".