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Ucrania asegura que Bielorrusia "ni quiere ni está lista" para entrar en la guerra pese a la presión rusa

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Soldados ucranianos patrullan la carretera cerca de Járkov, Ucrania
Soldados ucranianos patrullan la carretera cerca de Járkov, Ucrania

El ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, Dimitro Kuleba, ha asegurado este jueves que Bielorrusia "ni quiere ni está lista" para luchar en Ucrania, pese a las presiones que está recibiendo de Rusia para hacerlo.

"Hemos comunicado de manera muy simple y clara a la parte bielorrusa que si sus Fuerzas Armadas ingresan al territorio de Ucrania y comienzan hostilidades aquí, serán destruidas sin piedad, al igual que el Ejército ruso está siendo destruido", ha declarado en la televisión ucraniana, según ha recogido la agencia Ukrinform.

"Creo que lo último que debería ser de interés para los bielorrusos es que sus hijos, hermanos y esposos podrían morir aquí por algunas ideas absurdas de Putin y Lukashenko", ha agregado.

Entre 1.000 y 1.500 euros al mes por luchar

La agencia Ukrinform ha informado, citando al ministerio ucraniano de Defensa, que Rusia está tratando de persuadir al Ejército bielorruso para que participe en la guerra contra Ucrania incluso con pagos que, según afirma, irían entre los 1.00 y los 1.500 euros al mes.

De acuerdo al informe del Estado mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania de este martes, el equipo militar ruso y bielorruso se está moviendo activamente a lo largo del territorio de la República de Bielorrusia y se acumula a lo largo de la frontera con Ucrania.

Por su parte, Bielorrusia anunció este miércoles la expulsión de parte de los diplomáticos ucranianos acreditados ante Minsk, así como el cierre del Consulado General de Ucrania en la ciudad de Brest.

Un mes desde el comienzo de la invasión

Este jueves se ha cumplido un mes desde que empezó la guerra en Ucrania. Lo que parecía una intervención relámpago del Ejército ruso se ha convertido en una guerra de frentes estancados y ciudades asediadas.

Ciudades como Kiev y Járkov resisten. En la capital, varios edificios de viviendas han sido alcanzados en el último ataque. Aunque no ha habido fallecidos, las grandes llamas han exigido la labor de los bomberos.

También se enfrenta a las tropas rusas Mariúpol, después de un cerco que dura ya varias semanas y sin esperanza de recibir ayuda militar. Zelenski aseguró este miércoles que unas 100.000 personas viven en condiciones "infrahumanas" en la ciudad, mientras los bandos se acusan de frustrar el funcionamiento de los corredores humanitarios.