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Pasión por las palomas mensajeras en Navarra

  • Navarra ya tiene su primer club de colombofilia, la pasión de los amantes de las palomas mensajeras
  • Pedro Casajús, " el Guardiola de los colombófilos", un campeón navarro

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Aumenta la afición por adiestrar palomas mensajeras

Navarra tiene ya un club de colombofilia, es decir de amantes de las palomas mensajeras. De momento son pocos, unos 15, pero aspiran a convencer a más gente de las bondades del arte de adiestrar a las palomas mensajeras.

Era la única comunidad española que no tenía hasta ahora y eso que hay un buen puñado de aficionados y todo un campeón. Se llama Pedro Casajús, que nos recibe en su palomar de Sangüesa mientras anilla a un pichón de apenas seis días de vida.  La anilla es como el DNI de las palomas.

Pedro Tiene unas 90 palomas mensajeras, muchas de ellas campeonas de carreras a nivel nacional. La más importante una que sale de Cádiz. Una furgoneta de la organización pasa por los palomares de todos los participantes a recoger a las aves. La única condición es que estén a más de 800 kilómetros de distancia de la salida, es decir, en esa prueba competían palomas de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco o Cataluña. Trasladan a todas a Cádiz y allí las sueltan a la vez. La ganadora es la paloma que más rápido vuelve a casa.

El "Guardiola de los colombófilos"

Los colombófilos esperan impacientes. Pedro nos confiesa que aunque sabe que es imposible, “desde una hora después de la salida ya está mirando al cielo a ver si llega la paloma”. Las palomas tienen un chip que registra al instante su llegada a casa. No hay lugar a la equivocación.

Si tienes a Messi no lo vas a poner de portero

Parece increíble que una paloma se pueda orientar para cruzarse España de Cádiz a Sangüesa, pero así es. La clave para Pedro Casajús es elegir bien a la competidora dependiendo de las características del ave y de la distancia a recorrer.  “Un buen entrenador tiene que tener su táctica. Si tienes a Messi no lo vas a poner de portero. Pues igual con las palomas. Dependiendo de las características del ala sabes si es más idónea para corta o larga distancia”, comenta el colombófilo navarro.

Las palomas son auténticas atletas

Hay un factor suerte, claro. Algunas mueren víctima de algún halcón o de otros depredadores. Otras muchas se pierden. A Pedro pocas. Las entrena dosificando. Primero 30 kilómetros, luego 50, 100 y así poco a poco va aumentando la dificultad para conocer mejor a sus aves y apuntarlas a la carrera más idónea para cada una. “Es como un atleta. Tú tienes que mandarla bien entrenada y con reservas para que vuelva”.

Juan Bello, secretario del nuevo Club de Colombofilia de Navarra asegura que Pedro “tiene un don para las palomas, un sexto sentido que le dice cuál de ellas debe enviar a cada competición”.

En su palomar de Sangüesa, Pedro Casajús tiene un montón de trofeos que acreditan sus múltiples triunfos en carreras en España. Su próximo objetivo es el considerado campeonato de Europa de la especialidad,  una carrera de 1.000 kilómetros con salida en la capital de Bélgica, en Bruselas. “Sí que iremos a Bruselas, sí, a ver qué podemos hacer”, comenta orgulloso Pedro.

Dos millones de euros por una paloma belga

En Bélgica o los Países Bajos, la Colombofilia es casi una religión. “El año pasado un chino pagó más de dos millones de euros por una paloma belga que había ganado varias carreras. Se la llevó a China y está criando nuevas palomas mensajeras”, dice Juan Bello.

Igual el comprador chino tiene que fichar como entrenador a Pedro Casajús, “el Guardiola de las palomas mensajeras”.