Las claves de la 'excepción ibérica', el acuerdo europeo que permite a España rebajar la presión energética
- Europa permite a España y Portugal romper la uniformidad del mercado único y limitar los precios del gas
- El Gobierno confía que "en tres o cuatro semanas" se note en los bolsillos pero los expertos prefieren ser cautos
El acuerdo alcanzado este viernes por los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, que permite que España y Portugal reduzcan el precio del gas y de la electricidad en base a su singularidad, supone un importante paso adelante para sacudirse la presión energética que sufre nuestro país en el último año, agravada por la invasión de Ucrania y la dependencia europea del combustible ruso.
Madrid y Lisboa podrán, de este modo, 'romper' la uniformidad del mercado único -en base a su bajo nivel de conexión energética con el resto de la UE- y limitar los precios del gas en el mercado mayorista, para que esto repercuta en las facturas de la luz.
El Gobierno confía en que "en tres o cuatro semanas" pueda rebajar los precios de la energía, según ha señalado este sábado en una entrevista en el Canal 24 Horas de TVE la ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera.
Sin embargo, el acuerdo energético adoptado en el Consejo Europeo en base a la llamada "excepción ibérica" exige que el Ejecutivo elabore con la máxima celeridad un plan que incluya un paquete de medidas que aprobará previsiblemente el martes en Consejo de Ministros y que posteriormente deberá trasladar a Bruselas para su visto bueno.
¿Cuál es el acuerdo?
En el texto aprobado por los Veintisiete no se nombra en ningún momento a España o Portugal de manera explícita, aunque la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó en rueda de prensa que el acuerdo alcanzado prevé "un trato especial para la Península Ibérica de forma que puedan gestionar esta situación tan específica en la que se encuentran y manejar los precios energéticos".
El documento recoge que la Comisión Europea está "dispuesta" a evaluar de manera urgente la compatibilidad de las "medidas temporales de emergencia en el mercado de la electricidad notificadas por los Estados miembros", incluidas aquellas "destinadas a mitigar el impacto de los precios de los combustibles fósiles en la producción de electricidad".
Para ello, la Comisión se asegurará de que se cumplan una serie de condiciones: la transitoriedad de las medidas; que estas no afecten a las condiciones de los intercambios comerciales; que no vulneren el interés general; y el bajo nivel de interconectividad con el mercado eléctrico comuntario, que a la postre es uno de los elementos esenciales del acuerdo.
"Esta es la clave para España, tener en cuenta su nivel de interconectividad. No es, por tanto, un cheque en blanco para que España y Portugal puedan adoptar cualquier tipo de medidas", asegura en declaraciones a RTVE.es Jorge Sanz, expresidente de la Comisión de Expertos para la Transición Energética.
¿En qué se traduce?
El Gobierno va a proponer a Bruselas una serie de acciones que permitan abaratar el precio de la luz y deberá esperar a su visto bueno. La ministra Ribera ha avanzado en TVE que España defenderá que se desacople el precio del gas de la electricidad.
"Hay que pagar el gas en todo caso pero queremos que ese precio del gas no sea el precio al que se pague el resto de la electricidad que se produce, que tiene un precio más barato. Lo que haremos es separar el gas del mecanismo de formación de precio", ha afirmado la ministra de Transición Ecológica. Fuentes de Moncloa han señalado a EFE que el Ejecutivo está ultimando un plan que califican de "ambicioso".
Jorge Sanz apunta a otras medidas que podrían figurar en el real decreto ley que debe aprobar el martes el Consejo de Ministros como paso previo a la propuesta a Bruselas: "Supongo que se prorrogarán las deducciones fiscales que ya teníamos sobre la mesa, habrá ayudas a las industrias que sean grandes consumidoras de electricidad o de gas y bajada de peajes o ayudas del Estado, porque la Comisión Europea ya ha dicho que eso lo va a aceptar", señala el experto.
¿Por qué España y Portugal?
La base del acuerdo está en el artículo 122 del Tratado de la UE, que especifica que "aquellas regiones que cumplan ciertos criterios podrán limitar temporalmente los precios de los combustibles fósiles usados para la electricidad sin afectar al funcionamiento del mercado único".
En base a este artículo, España y Portugal han apelado a su bajo nivel de interconexión eléctrica con el resto de Europa, que el presidente Sánchez cifró en el 2,8%, y a su alta cuota de electricidad procedente de las renovables, que en el caso de España es del 47%. De ahí que la UE haya considerado a la Península como una "isla energética".
Pero el expresidente de la Comisión de Expertos para la Transición Energética Jorge Sanz advierte que esa cifra del 2,8% de intercontexión no es exacta pues "la integración con Europa se tiene que medir por el número de horas del año en las que el precio en Francia y en España son idénticos en el mercado mayorista, y este porcentaje es el 50%, que no es pequeño y eso lo tendrá en cuenta la Comisión Europea", advierte.
Víctor Fermosel, profesor experto en Energía de EAE Business Scholl, explica que España no depende "tanto del precio del mercado que se pueda establecer para el resto de países ya que recibimos además gas de otras fuentes". En declaraciones al Telediario, Fermosel señala que "nos perjudica que el precio del gas se fije de manera común para todos los Estados miembros".
En los últimos meses España percibe la mayor parte del gas licuado procedente de Estados Unidos (39,2% en febrero, según datos de Enagás), por delante de Argelia (23,2%) y Nigeria (23,2%), mientras Rusia es el cuarto suministrador con el 5,7%.
"La Unión Europea ha reconocido que España y Portugal son una singularidad energética; esto es una realidad que ya se sabía", asegura a RTVE Antonio Rubio, profesor de Ciencia Política de la UNIR, quien destaca que en esta situación "Francia tiene mucho que ver, pues es un país importante y que tiene su propia política energética con el tema de las nucleares: siempre han apostado por ahí y han sido muy celosos de su independencia eléctrica".
¿Realmente lo notará el bolsillo?
Desde el Gobierno no dudan en afirmar que las medidas "van a permitir" que el consumidor note los efectos en su factura eléctrica, según ha señalado la ministra Teresa Ribera.
En este punto, los expertos prefieren ser cautos y esperar a leer la 'letra pequeña' de las medidas que apruebe el Gobierno el próximo martes para pronunciarse, aunque en general confían en que así se produzca a corto y medio plazo.
Verónica Bermúdez, investigadora del Instituto de Energía y Medioambiente de Qatar dice en declaraciones al Telediario que el acuerdo alcanzado en Bruselas es "una primera victoria, desde el punto de vista que se ha conseguido, aunque sea de forma temporal. Si se hacen bien las cosas, yo personalmente creo que el consumidor va a conseguir una reducción en su factura final".
Jorge Sanz argumenta que "si aceptamos ese criterio de la Comisión de que se puedan amortiguar los niveles hasta situarnos en las posiciones anteriores a la invasión de Ucrania, pues habría un margen, aunque no un margen tremendo, pero que sí que beneficiaría a las facturas de los consumidores eléctricos y de gas".
"Sería muy bueno para nuestra economía, para nuestras empresas, porque el precio desorbitado no favorece para nada la recuperación económica", añade el profesor de Ciencia Política de UNIR Antonio Rubio.
¿Cómo se compensará la rebaja del precio energético?
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no quiso especificar cómo se compensará esta medida, aunque afirmó tras la finalización del Consejo Europeo que no será a través de ayudas públicas a empresas gasísticas. El jefe del Ejecutivo presidirá el lunes un acto económico en Madrid y es posible que en el transcurso del mismo desvele algunos de los aspectos de la propuesta a Bruselas.
Juan Ignacio Crespo, estadístico del Estado y analista financiero, teme que "al poner un tope a los precios de la electricidad los perjudicados van a ser los accionistas de las compañías eléctricas o van a ser los los ciudadanos" porque al final terminen "pagándolo por otra vía".
¿Por dónde pasa el futuro energético de Europa?
Está claro que el conflicto en Ucrania ha supuesto un tremendo revés para el suministro energético europeo y ha vuelto a poner sobre la mesa el viejo debate sobre la necesidad de buscar alternativas a los combustibles fósiles.
"Esto es una lección para toda Europa, que lleva una década luchando por la sustitución del carbón por el gas, pero eso nos ha hecho más vulnerables", dice Jorge Sanz. El experto considera que a la UE le ha faltado "visión estratégica para darnos cuenta de que los países suministradores de gas no son muchos y, además, son inestables desde el punto de vista político".
La Comisión Europea prepara un plan ambicioso para eliminar de forma gradual las importaciones de petróleo, gas y carbón rusos y ahí se abren varias posibilidades.
Una de ellas, el 'fracking' -perforaciones a gran profundidad para extraer gas-, es una tecnología rechazada en la UE pero que Estados Unidos está utilizando para obtener este combustible a precios muy baratos, lo que está posibilitando que un país que antes era importador de gas ahora esté exportándolo.
"No descarto que el algunos países, incluida España, se reabra el debate nuclear; no para construir nuevas centrales pero sí para extender la vida útil de las que tenemos", afirma Sanz.
Antonio Rubio concluye que acabar con "la dependencia energética de Rusia no se va a hacer de golpe y ciertamente no es fácil, pero se espera que alcance niveles significativos de aquí a 2030",