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Guerra en Ucrania

Erasmus solidarios en Varsovia: "A pesar del cansancio, merece la pena cuando sabes que están en España"

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Estudiantes Erasmus españoles ayudan a los refugiados ucranianos en Polonia

Son las 7 de la mañana en la estación central de Varsovia, donde desde el inicio de la guerra de Ucrania siguen llegando refugiados. A su llegada, encuentran en el calor de unos Erasmus españoles que les esperan en el acceso de la estación.

Es fácil verles, una bandera de España cuelga en lo alto del mostrador. Detrás hay varios jóvenes españoles que ahora viven en Varsovia, donde estudian el Erasmus y desde el inicio del conflicto armado no han dudado en aportar su grano de arena.

"Nos acercamos a la frontera y cuando vimos el drama humano que era, no dudamos en montar este punto para los refugiados y ayudarles a encontrar un sitio para vivir", asegura Jaime uno de los estudiantes españoles en Varsovia.

Cuando vimos el drama humano que era, no dudamos

Este grupo de chicos nunca se pudo imaginar que, seis meses después de llegar en la capital de Polonia, tendrían que ayudar a miles de personas que huyen de una guerra.

"A pesar del cansancio y de la falta de sueño, al final del día merece la pena, cuando te llega el mensaje de que han llegado a España y tienen donde vivir. Es una experiencia muy gratificante", prosigue Jaime, que estará en Varsovia hasta junio, junto a sus compañeros.

Con la ayuda del consulado español, estos jóvenes facilitan toda la información y los pasos a seguir a los refugiados que tienen como destino España. Cuando llegan y los refugiados se acercan, recogen sus datos con la ayuda de un equipo de traductores que trabajan para ellos. Si necesitan casa de acogida, se encargan de encontrarles a las familias, para que la llegada sea segura.

La historia de Nadia

En la estación está Nadia, junto a sus dos hijos y su hermana Verónica. Llegaron a SAP orilla, tras cinco días de viaje. La emoción en sus ojos es palpable. Esta mujer ha dejado a su marido combatiendo en el frente con el ejército ucraniano. Este lunes llegarán a Oviedo.

"Conozco Oviedo por Google. Quiero estar tranquila, dar seguridad a mis hijos, no estar en una guerra", se lamenta, con los ojos llorosos.

Ellas ponen rostro a una realidad que está latente en toda Polonia, principal puerta de entrada para los refugiados ucranianos. De los más de 3 millones de desplazados, al menos 2,1 ha pisado ya suelo polaco.

Para que sea una realidad, junto a estos Erasmus, trabajan varios conductores españoles que de manera voluntaria trasladan a los ucranianos hasta España haciendo miles de kilómetros.

"Serán dos tandas de 12 horas de conducción. Esta noche haremos parada en Francia", cuenta David, uno de los conductores que llevan los refugiados con su propio coche. Asegura que se encuentran a las personas muy asustadas y con ganas de ir a otro país: "Es un acto de fe que confíen en nosotros y no saben si van a estar bien o mal, si encontrarán trabajo o no, y a eso hay que añadirle la mochila que traen de la guerra"

Una mochila que pesa demasiado, pero cogen fuerzas de donde pueden con la ilusión de encontrar una vida mejor.