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Guerra en Ucrania

La guerra golpea al PIB y arrasa con las previsiones económicas: España podría crecer un punto menos

  • El conflicto en Ucrania rebajaría las perspectivas de crecimiento este año del 5,5 % al 4,3 %, según la Cámara de Comercio
  • Entre los motivos, el alza de la inflación, la caída del consumo privado y el aumento de incertidumbre entre los inversores
  • Guerra Rusia - Ucrania: sigue la última hora en directo

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El Gobierno confía en que el plan de choque contra la crisis impulse la recuperación
El Gobierno confía en que el plan de choque contra la crisis impulse la recuperación

Con el plan de choque que se aprobará este martes, el Gobierno quiere evitar que la guerra “trunque” la evolución positiva que la economía española venía registrando desde el pasado año y que permitió recuperar el pasado año casi la mitad de lo perdido (en términos anuales) con la irrupción de la pandemia. Aunque la crisis energética y el repunte histórico de los precios en la segunda mitad del año ralentizó el crecimiento y retrasó la recuperación hasta 2023, el inicio de la invasión rusa en Ucrania ha desdibujado estas cifras y el 7 % estimado por el Ejecutivo, que ya pocos pronosticaban, podría quedar en saco roto si se cumplen finalmente las primeras expectativas.

De momento, los principales organismos coinciden en que el Producto Interior Bruto (PIB) español se verá resentido por el impacto de la guerra: podría crecer un punto menos respecto a lo estimado inicialmente. La economía mundial tampoco se librará del efecto dominó: crecería menos de la mitad que en 2021. El golpe final dependerá, en todo caso, de cuánto se prolongue el conflicto y de qué magnitud alcance.

“No vamos a permitir que la guerra trunque esa evolución positiva de la economía en nuestro país, que va a ser propicia para que España dé un gran salto hacia adelante en los próximos años y para que la crisis energética y la guerra no detengan la marcha de nuestra economía ni tampoco rebajen el bienestar de los ciudadanos y ciudadanas”, destacó este lunes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras avanzar algunas de las principales medidas de ese plan de choque, entre ellas, ayudas directas a los sectores más afectados, bonificaciones a los combustibles, rebajas de impuestos y una nueva línea de avales del ICO por valor de 10.000 millones de euros.

El primer organismo en dar la voz de alarma sobre un posible frenazo en la recuperación fue la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE): rebajó un punto sus previsiones de crecimiento mundial para 2022, con un impacto particularmente importante en Europa de 1,4 puntos. También la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) estimó un recorte en el crecimiento global, pasando del 3,6 % calculado hace seis meses al 2,6 %. Y el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que volvería a bajar en abril sus proyecciones económicas.

Detrás de este retroceso estaría la subida en los precios de las materias primas, en particular el gas y el petróleo, pero también los precios de los cereales; el agravamiento de las interrupciones del suministro y la ruptura de los vínculos comerciales; así como un incremento de la incertidumbre. “El año 2021 y sobre todo el 2022 iba a ser el de la consolidación de la recuperación, tras dejar atrás lo peor de la pandemia. Sin embargo, todo apunta a que las tensiones inflacionistas, unidas a la pérdida de confianza, produzcan un menor dinamismo en la actividad económica”, sostiene a RTVE.es el director de Estudios de la Cámara de Comercio de España, Raúl Mínguez.

Los organismos internacionales coinciden en que el país peor parado por la crisis de precios derivada de la guerra será el causante de esta: Rusia, cuyo PIB se desplomará un 7,3 % en 2022, según las previsiones del UNCTAD, siendo la única de las grandes economías que podría entrar en recesión este año. Para la OCDE, la caída podría ser del 10 %.

España crecerá menos de un punto de lo estimado

Aunque en un primer momento la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, señaló que el impacto de la guerra en España sería limitado, lo cierto es que en estas últimas semanas ya se ha notado en nuestros bolsillos: la electricidad, el gas y los combustibles han alcanzado a raíz del conflicto precios nunca antes vistos, haciendo que la tasa de variación anual del Índice de Precios al Consumo (IPC) haya cerrado febrero con un repunte del 7,6 %, su nivel más alto en 35 años.

A pesar de que la subida de precios ya venía golpeando desde hace meses, en el último mes, coincidiendo con el estallido de la guerra, el incremento se ha disparado un punto y medio, siendo precisamente la electricidad, la gasolina y los alimentos los componentes con mayor peso. “En las últimas semanas, Calviño ha subido un calificativo para referirse a la situación económica. Ha subido el tono y ya la hemos escuchado hablar de crisis. Evidentemente, si esto se consolida, habrá que hacer un replanteamiento general de muchas cosas”, explica a RTVE.es el presidente del Consejo General de Economistas (CGE), Valentín Pich.

De momento, el Gobierno ha puesto en marcha un plan con 6.000 millones de euros en ayudas directas y rebajas de impuestos, entre ellos, bonificaciones a los combustibles o la limitación hasta el 2 % de la subida del alquiler; además, se ampliarán las medidas para contener la factura de la luz, a la espera de que la Comisión Europea apruebe el plan para España y Portugal que permita limitar los precios del gas; y se pondrá en marcha una nueva línea de avales del ICO por valor de 10.000 millones de euros.

El objetivo es que la recuperación de la economía española siga su curso y alcance “velocidad de crucero” en 2022. Sin embargo, los organismos ya advierten de que la guerra golpeará el crecimiento. “No estamos hablando de un decrecimiento, es decir, de tasas de variación del PIB negativas”, pero sí de que existe “un recorte en el crecimiento que estimábamos antes de la guerra”, apunta Mínguez.

En concreto, el Servicio de Estudios de la Cámara de Comercio de España ha rebajado sus previsiones para 2022 del 5,5 % al 4,3 %. Para el Consejo General de Economistas, por su parte, el recorte en la estimación será de cuatro décimas, una proyección más optimista, pasando del 5,6 %-5,8 % estimado anteriormente hasta el 5,2 %-5,4 %. “La guerra lo que hará fundamentalmente es retrasar el crecimiento”, explica su presidente.

Menos consumo privado y más incertidumbre entre los inversores

Entre los factores que explican esa rebaja, la fuerte subida de los precios mermará “de manera significativa” la capacidad de gasto de las familias: la estimación de la tasa de crecimiento del consumo privado se rebaja a la mitad, del 4 % al 2 %. Además, el aumento de los costes a los que deben hacer frente las empresas, y muy particularmente los energéticos, incidirá también en la inversión empresarial.

Uno de los sectores más afectados será la construcción: un cambio de signo en la política monetaria y la menor renta disponible de las familias anticipa una menor demanda de hipotecas. El sector se verá asimismo impactado por el incremento de los costes de los materiales de construcción, lo que podría llevarse por delante hasta 75.000 puestos de trabajo, según la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (SEOPAN).

La construcción empieza a parar por la falta de materiales

Por lo que se refiere al sector exterior español, las exportaciones apenas se verán afectadas ya que el comercio con Rusia y Ucrania es poco significativo: el 1,8 % de las importaciones españolas proceden de Rusia y el 0,5 % de Ucrania, según datos de la Cámara de Comercio, mientras que en el caso de las exportaciones corresponden al 0,7 % y 0,2 %, respectivamente. Según Mínguez, lo determinante será ver qué ocurre "en segunda ronda”, en el caso de que "exista una desaceleración más intensa en algunos países de la UE". En este caso, “podría repercutir a España porque tendríamos menor demanda de esos países, tanto de bienes como exportaciones puras, como también de servicios, es decir, de turismo”.

La guerra frenará la creación de empleo

El empleo será otro de los grandes perjudicados de esta crisis, apuntan los expertos consultados. “También va a estar muy sujeto a las presiones inflacionistas: si suben mucho los precios, evidentemente lo más normal es que las personas que trabajan, para poder ajustar un poco sus economías a la situación, soliciten subidas de salarios. Esto va a repercutir inevitablemente en el empleo si no somos capaz de generar más riqueza”, explica a RTVE.es el decano de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Zaragoza, José Mariano Moneva.

Y algunos organismos ponen ya cifras al impacto del conflicto en Ucrania en el mercado de trabajo. Según la Cámara de Comercio, la previsión es que la ocupación aumente un 3,2 % en lugar del 4,9 % inicialmente estimado, lo que se traducirá en que la creación de unos 600.000 nuevos puestos de trabajo en 2022. En lo que respecta al desempleo, desde el CEG sostienen que los más de 100.000 trabajadores con empleo total o parcialmente suspendido en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) podrían estar en el aire.

Precisamente para evitarlo, otra de las medidas que incluye el plan de choque del Gobierno es la prohibición de los despidos por causas vinculadas a la guerra. “Se evitarán los despidos", puntualizó Sánchez, para instar a las empresas a acudir a medidas de flexibilidad interna, como los ERTE, "que tan bien funcionaron durante la pandemia". Y es que, en caso de despido por parte de empresas que hayan acudido a este mecanismo, estas tendrán que devolver las ayudas públicas percibidas.

Atención a la deuda pública

Además, está por ver la incidencia que este nuevo panorama económico tendrá en las cuentas públicas. A la deuda acumulada durante la pandemia, se deberá sumar la carga de la respuesta económica a la guerra de Ucrania, en un momento en el que todas las miradas están puestas en el Banco Central Europeo (BCE) y un posible aumento de tipos, lo que implicaría un nuevo aumento de precios.

Hemos incrementado la deuda pública en un 20 % a raíz de la pandemia y, desde 2007, prácticamente la hemos multiplicado por tres”, advierte el presidente del Consejo General de Economistas. Esto implica, asegura, que “nuestra capacidad de maniobra se ha visto reducida” en los últimos años y que ahora estemos en una situación “complicada”.

De momento, la política monetaria del BCE sigue siendo relativamente flexible. A diferencia de la Reserva Federal de EE.UU., que ya ha llevado a cabo una subida de tipos de 25 puntos básicos, hasta el 0,25 %-0,50 %, el supervisor europeo los mantiene en el 0 %. Sí ha acelerado, sin embargo, sus compras de activos, con la previsión de finalizar para el tercer trimestre de 2022, momento en el que se podría llevar a cabo la primera subida de tipos en la eurozona desde el año 2011.

Asimismo, la conjunción de elevados precios y crecimiento podría desencadenar en la conocida como estanflación, un problema añadido para la maltrecha situación de la economía tras el impacto de la pandemia. No todos los expertos consultados creen que se llegará a ese punto, dado que el crecimiento, aunque atenuado, sigue siendo alto. "Es un riesgo, por ahora, limitado. Tenemos unos crecimientos estimados en el entorno del 4 y 5 % para España, muy por encima del crecimiento medio de este siglo", añade Mínguez.

Pero, ¿hasta dónde llegaremos?

“Hay un factor muy importante, que es la duración de esta guerra”, sostiene el decano de la Universidad de Zaragoza. “Un conflicto muy largo haría evidentemente que la situación en los mercados fuera, sobre todo a corto plazo, más costosa”, añade.

Además, en su opinión, es preciso atender a la competitividad de las empresas: “El crecimiento siempre está sujeto a que se mantengan unas tasas de competitividad alta como estábamos teniendo en estos últimos años y que nos salvaron de la crisis del 2008 y también parte de la pandemia”, recalca el profesor. “Sin embargo, en estos momentos no sabemos si nos salvarán ahora. Si los precios siguen al alza, las empresas no van a ser tan competitivas, y entonces el crecimiento que nosotros tenemos que sustentar, sobre todo en la exportación donde estábamos creciendo en los últimos años, pues no va a ser posible”, explica.

Para Mínguez, por su parte, la cuestión también versará sobre “las decisiones de política monetaria, política fiscal u otras políticas que se puedan articular”. “Serán las que determinen el sentido y la intensidad de las políticas”, recalca. Además, entre los factores a analizar en los próximos meses, apuntan los economistas, habrá que tener en cuenta también las consecuencias de las sanciones impuestas a Rusia por parte de la Unión Europea y Estados Unidos con el apoyo de Reino Unido y Canadá.

De momento, en el último Consejo Europeo, los Veintisiete decidieron postergar nuevas represalias contra Moscú, en contra de lo que habían hecho sus aliados. En cambio, instaron al país a detener los "crímenes de guerra" inmediatamente, permitir la creación de corredores humanitarios para evacuar a civiles, dar acceso a la ayuda humanitaria y liberar a los rehenes.