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Guerra en Ucrania

La ONU acusa a Rusia de al menos 24 ataques con bombas de racimo en Ucrania

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Servicios de emergencia realizan operaciones de búsqueda y rescate en el edificio dañado de la administración estatal regional en Mykolaiv, Ucrania.
Servicios de emergencia realizan operaciones de búsqueda y rescate en el edificio dañado de la administración estatal regional en Mykolaiv, Ucrania.

Las fuerzas armadas rusas han usado en al menos 24 ocasiones bombas de racimo, prohibidas por la ley internacional, contra áreas pobladas de Ucrania en las cinco semanas transcurridas desde el inicio de la guerra, ha denunciado la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

Se han cometido además ataques indiscriminados contra hospitales, escuelas y otras infraestructuras que "están prohibidos por la ley humanitaria nacional y podrían constituir crímenes de guerra", añadió Bachelet en una intervención ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

La Convención sobre Municiones en Racimo, en vigor desde 2010, prohíbe el uso, desarrollo, fabricación y adquisición de este armamento debido a su impacto indiscriminado entre los civiles, aunque potencias como Rusia, Estados Unidos o China aún no lo han ratificado.

¿Qué son las bombas de racimo?

Según recoge la ONU, una munición de racimo está formada por un proyectil hueco, disparado desde el aire o tierra, que se abre tras su lanzamiento y libera bombas más pequeñas, o submuniciones, durante su trayectoria previa al impacto. Estas pequeñas bombas pueden llegar a contarse por centenares y cubrir áreas tan amplias como varios campos de fútbol.

Esto significa que todas las personas que se encuentren en el radio de acción de esos artefactos explosivos, que a menudo incluye a civiles, corren el riesgo de resultar heridas o ser asesinadas. Además, uno de los principales problemas es que a menudo no detonan inmediatamente, por lo que pueden llegar a causar fallecimientos y mutilación de personas al azar, incluso una vez finalizado un conflicto.

Al mismo tiempo, las municiones de racimo que no estallaron durante su lanzamiento pueden permanecen ocultas tras los conflictos y dificultar hasta niveles extremos el cultivo de las tierras e impedir el desarrollo económico y social de las comunidades.

Denuncias sobre el uso de este armamento en el ejército de Ucrania

Bachelet ha afirmado que la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos que dirige también está investigando denuncias sobre el uso de este armamento por parte del ejército de Ucrania, país que tampoco se ha adherido a la convención.

"El uso continuo de armamento explosivo con amplio impacto en zonas pobladas de Ucrania causa inmensa preocupación", ha destacado la expresidenta chilena, quien ha señalado que su oficina ha confirmado la muerte de al menos 1.189 civiles en el conflicto (entre ellos 108 niños).

"La cifra real seguramente es mucho mayor, ya que en lugares de intenso enfrentamiento, como Mariúpol y Volnovaja, es muy complicado tener una imagen completa de la situación", ha matizado la alta comisionada.

"Toda la población ucraniana está viviendo una pesadilla en la que millones de personas se han visto obligadas a huir de sus casas, esconderse en sótanos y en refugios antibombas, mientras sus ciudades son atacadas y destruidas", ha resumido Bachelet.

Ataques a instalaciones médicas

Su oficina ha verificado al menos 77 ataques a instalaciones médicas, incluyendo 50 hospitales, y ha comprobado un significativo aumento de la tasa de mortalidad entre civiles en ciudades bajo asedio, "atribuible probablemente a la interrupción de servicios médicos unida a las privaciones y el estrés propios de la guerra".

Bachelet ha añadido que su oficina está investigando denuncias de movimientos forzosos de población civil desde la ciudad asediada de Mariúpol a Rusia o territorios controlados por fuerzas prorrusas.

En los lugares bajo control ruso "se ha extendido ampliamente la detención de civiles que expresan públicamente su apoyo a Ucrania", ha afirmado la alta comisionada, aunque ha indicado que también se han recibido denuncias de asesinatos en Ucrania de al menos dos personas por expresar puntos de visa prorrusos.

Otros crímenes

Bachelet se ha mostrado por otro lado "muy preocupada" por el maltrato que prisioneros de guerra parecen sufrir en ambos bandos, como muestran algunos vídeos publicados en internet y otros canales de acceso abierto.

La alta comisionada ha señalado que su oficina ha recibido denuncias de violencia sexual durante el conflicto, que incluyen violaciones, y ha lamentado la muerte de al menos siete periodistas que cubrían la guerra, mientras 22 reporteros y activistas de derechos humanos han desaparecido.

Bachelet también ha denunciado en su intervención un aumento de la rusofobia en diversos países, mientras ha recalcado que en Ucrania "los civiles deben ser protegidos y debe permitirse libre tránsito a aquellos que deseen marcharse", mientras que los prisioneros de guerra "deben ser tratados con dignidad y respeto".

"Pido a la Federación Rusa que escuche el firme llamamiento de la Asamblea General de la ONU y de este Consejo de Derechos Humanos, y que inmediatamente retire sus tropas del territorio ucraniano", ha reiterado la alta comisionada.