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Aumentan las denuncias de abusos y explotación sexual de menores tutelados en España

  • Los últimos casos se han registrado en Madrid, Baleares, Comunidad Valenciana y País Vasco
  • Las redes sociales son el medio más habitual para captar a los menores
  • “¿Por qué a mí?”, este miércoles a las 20:00 en RTVE Play y a las 00:15 del jueves en La 1

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El reflejo de una chica sin identificar en el estanque de un parque.
Los explotadores sexuales siempre tratan de culpabilizar a sus víctimas.

En el 80 % de los casos el abuso sexual no deja marcas visibles. Es uno de los datos de un estudio de la Fundación ANAR que asegura que en los últimos cinco años los abusos a menores han llegado al 20 %. No hay informes sobre cuántos de estos menores están dentro del sistema de protección de las Comunidades Autónomas.

Diferencias entre abuso y explotación sexual

Los abusos sexuales los suelen realizar personas individuales. Normalmente es alguien conocido que pertenece al entorno del menor, asegura Beatriz Benavente, psicóloga de la Red de Ayuda a Niños Abusados (RANA). La estrategia –añade- consiste en ganarse su confianza para después abusar de él.

Por otra parte, la explotación se produce cuando al niño o la niña, además de ser víctima de abuso, se le explota con fines comerciales. “Cuando hablamos de explotación sexual hablamos de que hay un intercambio económico. Puede ser dinero, pueden ser sustancias, puede ser un techo, puede ser comida o incluso afecto”, confirma la psicóloga.

Todo empieza así…

“Ellos saben que las niñas que se fugan de los centros tendrán que dormir en algún sitio. Todo empieza, 'oye ¿te apetece fumarte algo?' Cuando quieren que una persona se prostituya comienzas por las drogas. Si tú creas una adicción, esa chica va a volver”.

Todo empieza, oye ¿te apetece fumarte algo?

Así describe Soui la manera en la que intentaban captarlas. Ella cuenta que no cayó en la trampa porque las drogas no le gustaban, pero algunas de sus amigas “no han acabado muy bien”.

Hoy Soui Aouragh tiene 23 años y estudia tercero de Medicina. Pasó casi la mitad de su infancia tutelada en centros de Mallorca, pero lo que explica podría pasar casi en cada una de las ciudades españolas.

“Hay explotación sexual en todas las comunidades”

“Los responsables políticos de los sistemas de protección a la infancia si son rigurosos tendrán que reconocer que hay situaciones de explotación sexual en la infancia y en la adolescencia en todas las comunidades” confirma el sociólogo Lluís Ballester.

El defensor del menor de Baleares, Josep Lluís Riera va más allá y asegura que “se da tanto en España como a nivel europeo. Eso no quiere decir que nos tengamos que conformar”.

Redes sociales, su cara B

Desde hace unos años el principal canal de comunicación de los adolescentes son las redes sociales, una vía que también utilizan los abusadores “una vez que están conectados –sostiene Lluís Ballester- pueden llegar a caer en una red de explotación. ¿De qué depende? De las vulnerabilidades de chicos y chicas”.

El ejemplo más reciente ha ocurrido en Madrid. La policía detiene a 37 personas acusadas de pertenecer a una red que traficaba con droga y que explotaba sexualmente a diez chicas, cinco de ellas tuteladas. Uno de los medios para captarlas, según la investigación, era a través de “YouTube, Facebook o Instagram”. Para que no dejaran la red, primero las enganchaban a las drogas.

Estoy depre (…) mi vida ha sido completamente un desastre (…) Mi padre enganchado a la heroína (…) ingreso en un centro menores” Así comienza la carta que escribe una de las menores de edad que se escapaba constantemente de la residencia donde vivía tutelada.

La historia de María

Primero la intentaron captar por las redes ofreciéndole un trabajo. María comenzó a chatear desde la casa de acogida en la que vivía pensando que podía ser un buen contacto para su futuro laboral. Con 16 años y una mochila en la que se incluían abusos en su casa, enseguida comprendió que no era lo que pensaba. “Empezó con las preguntas de ¿tú sabes lo que es un sugar daddy? Yo te puedo dar lo que quieras a cambio de que tú me des tu compañía”. Como ella se resistía el siguiente ofrecimiento fue “que si yo le presentaba amigas podíamos hacer un trato y a cambio me llevaba 60 euros de comisión”.

María, con ayuda de alguno de sus educadores lo denunció, pero confiesa que “seguimos a la espera de que alguien nos dé información si se llegó a descubrir o no a esta persona”.

Igual de vulnerables

No podemos diferenciar entre menores que están tutelados o menores que viven con sus familias

Según Beatriz Benavente, psicóloga de la Red de Ayuda a Niños abusados, “no podemos diferenciar entre menores que están tutelados o menores que viven con sus familias y están siendo víctimas de abusos o de explotación sexual”. El abusador, confirma Beatriz Benavente, establece una relación de poder con la víctima y la hace sentir culpable para evitar que les descubran.

“En cualquier caso los niños y niñas en los sistemas de protección a la infancia en realidad son víctimas, no tienen ninguna culpa de ningún tipo.” opina Lluís Ballester.

Miedo a denunciar

A veces se responsabiliza a los educadores de los centros de lo que les ocurre a estos menores protegidos cuando salen a la calle. “A todos los trabajadores y sobre todo a todos los menores nos meten en el mismo saco. Dicen que todas las chicas han sufrido abusos, o han intentado prostituirse, cuando no es así. Son pocos casos, aunque no tendría que haber ninguno” explica Josep Olivares, coordinador de proyectos de autonomía de la Fundación Natzaret, que también denuncia que casi nunca se pone el foco en las personas o redes que han cometido los delitos.

Es difícil que se termine condenando a estas personas

Para José David López del Val, jefe de investigación de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer de Baleares (UFAM) “es difícil que se termine condenando a estas personas. No hay pruebas en muchos casos tangibles de que esta explotación sexual infantil se haya llevado a cabo.”

Grafiti que muestra a un niño gritando de impotencia.

Muchos menores no se atreven a denunciar los abusos. En Portada

A esto se añade que los niños y niñas abusados o explotados sexualmente tienen miedo a denunciar. “Si se enteran que estoy contando todo, me van a matar, van a ir a por mí” Es lo que confesó una de las menores captadas por la red desarticulada en Madrid dentro de la operación SANA.

“Si las chicas no denuncian, tenemos pocos elementos de investigación. No entienden que las intentas ayudar, sino que algunas piensan que las estás apartando de su fuente de ingresos.” Es lo que afirma David Casanovas, Inspector Jefe de la Unidad Central de Menores de los Mossos d’Esquadra.

Analfabetos emocionales

Varios expertos coinciden en que algunos menores son tan vulnerables emocionalmente que es muy fácil que los abusadores o explotadores sexuales les engañen simplemente pidiéndoles que les llamen “papi” o “tío” para hacerles sentir un cariño que es falso. Otras veces suplen el afecto con objetos materiales.

“Ellos saben cómo hacerlo. Cogen a otras mujeres y les dicen, habla con las chicas y les cuentas que estás ganando mucho dinero. Entonces ellas dicen que también quieren.” La siguiente fase, asegura Soui Aouragh, es cuando les explican que a cambio de ese dinero tienen que estar con determinados hombres. Por eso es muy importante, añade, que cuando salen de ahí “reciban ayuda psicológica” para poder dominar sus miedos y demonios.