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XX Congreso del PP

El PP encumbra a Feijóo, 'entierra' a Casado y se marca La Moncloa como meta final

  • Casado se despide definitivamente del PP y de su escaño con una amarga salida tras la mayor crisis vivida en el partido
  • Feijóo exige como algo "innegociable" la unidad en el PP y avisa a Ayuso: busca un partido abierto y vivo donde prime la lealtad

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Casado se despide y no ocupará ningún cargo en el PP: "Siempre he dicho la verdad"

Siempre estuvo llamado a liderar el PP y parecía que su momento había pasado pero este sábado Alberto Núñez Feijóo, que ha sido proclamado presidente en un Congreso Extraordinario sin rival, abre una nueva era con la mente puesta en La Moncloa y en volver a unir al PP tras un mandato corto de Pablo Casado, que sale por la puerta de atrás y completamente solo en un final abrupto y demoledor para su figura política.

El PP trata de reconstruirse y de pasar página tras un terremoto que deja tocado al partido. Todos coinciden en que quieren olvidar lo ocurrido y se conjuran para volver a ser el PP de las mayorías absolutas de antaño. Ese ha sido el grito de todos los pesos pesados en este Congreso Extraordinario: reividicar a un PP "que gobierna" y que rema unido para ese, su único objetivo.

La imagen de la salida este viernes del Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla con la única compañía de su mujer, Isabel Torres, dejaba claro cómo se va Casado de un partido que le ha dado la espalda tras la mayor crisis vivida en su seno. El hasta hace escasas semanas llamado a desbancar a Pedro Sánchez del poder no escondió el momento difícil que ha vivido y dejó claro en su discurso de despedida que se aparta del todo: deja su escaño y cualquier responsabilidad en el partido. Lo ha verbalizado en varias ocasiones y se nota en cada palabra que pronuncia: Casado acudió a su propio 'sepelio político' con sensación de amargura y, por segunda vez habló de "injusticia".

Poco o nada se ha parecido esta despedida de la que tuvo Mariano Rajoy en 2018 cuando Casado, líder inesperado entonces, tomó precisamente las riendas del PP, una jornada en la que los 'populares' dieron todo el calor a un presidente que daba el relevo tras 13 años dirigiendo Génova con un gran homenaje a su figura. La frialdad y por momentos la incomodidad fue la nota dominante este viernes, a pesar de que Casado recibió por parte de algunos muestras de agradecimiento y elogios, en una jornada en la que el difícil discurso al que tuvo que hacer frente quedó enterrado entre las múltiples intervenciones. Ni siquiera este viernes Casado fue el protagonista de un Congreso que el PP quiere pase rápido para echar a andar dejando atrás el trauma vivido.

Feijóo procura una salida digna de Casado y Ayuso le ignora

La elegancia entre Casado y Feijóo, nota dominante en toda esta crisis, por lo menos en público, se ha mantenido hasta el final, eso sí. Ambos se han dedicado buenas palabras y han tratado de que la salida de Casado, ya de por sí durísima, fuera digna, con un abrazo entre ambos- líder saliente y líder entrante- que no le han brindado algunos que hace escasas semanas clamaban para convertirle en presidente del Gobierno y le colocaban como el mejor líder posible.

No todos se acordaron de él en la primera jornada, muchos ni le citaron. Algo de tregua le dio quien le ha ganado la batalla, Isabel Díaz Ayuso, que no le nombró ni para bien ni para mal- con Casado ya defenestrado llegó a pedir su expulsión del partido- aunque sí lanzó un "esto no debía haber pasado". Casado no escuchó a Ayuso y solo entró en el plenario pasada la intervención de todos los barones que, uno a uno, le dieron la espalda.

El PP pretende dar carpetazo este fin de semana a una crisis que, tras los días más álgidos del enfrentamiento a cara descubierta entre Casado y Ayuso, posteriormene se evidenció que se venía cociendo a fuego lento desde hace tiempo con manifiesto malestar de los todopoderosos territorios con el desaparecido Teodoro García Egea, mano derecha de Casado. El liderazgo de Casado nunca llegó a convencer y todo estalló por los aires tras su enfrentamiento con Ayuso, pero detrás había más.

Del presunto espionaje a Ayuso al congreso del "reinicio": cronología de la crisis en el PP

El liderazgo de Casado llega así a su fin tal y como empezó, en medio de una crisis interna. Casado llegó al poder del PP en 2018 de rebote como vencedor de una guerra que siempre fue entre María Dolores de Cospedal y Soraya Saénz de Santamaría, y no suya; y se va en medio de otra guerra, ahora sí, con él como protagonista. Traumática fue su llegada y traumática su salida del PP.

En las tres despedidas que ha tenido Casado desde la explosición de esta crisis- la del Congreso de los Diputados, la de la Junta directiva y ante este Congreso Extraordinario, ha dejado claro que no se arrepiente de una estrategia- la de tratar de acabar con Ayuso acusándola directamente de corrupción- que cavó su propia tumba. De hecho en el discurso de este viernes, sin autocrítica, dijo: "Yo siempre he dicho la verdad costara lo que me costara, me enfrentara a quien me enfrentara y estoy muy orgulloso de ello”, en referencia velada a su examiga, a la que este viernes no saludó pero sí lo han hecho este sábado en el que seguramente será su último acto político juntos.

El presidente de la Xunta y este sábado líder del PP sí le ha agradecido a Casado que sujetase la bandera del PP en los tramos "cuesta arriba" del camino y la entregue con "un enorme esfuerzo de generosidad". "No sé el día, pero sé el hecho: yo también subiré unas escaleras para presentar mi renuncia (...) espero hacerlo con la gallardía con la que lo han hecho Aznar, Rajoy y Casado", ha reconocido.

También Aznar y Rajoy han agradecido el rol desempeñado por Casado en un momento de dificultad para el partido y ambos, protagonizando uno de los pocos momentos cariñosos con el exlíder, le reconocideron "coraje" y "entrega".

“Querido Alberto, podrás contar conmigo siempre, esté donde esté, para lo que necesites y en lo que pueda ser útil", le dijo Casado a Feijóo, para añadir: “Respaldo a un buen gestor, un buen político y un buen amigo”.

La guerra nunca fue entre ellos dos en realidad. Casado dio el paso en 2018, toda vez que Feijóo rechazó hacerlo, y nunca antes. Siempre supo que él entonces fue presidente del PP solo porque Feijóo no quiso serlo.

Feijóo deja claro que la lealtad y la unidad en el PP deben ser "innegociables"

Aunque el discurso principal de Feijóo será este sábado, como líder ya del PP y futuro rival de Pedro Sánchez en las elecciones generales no tan lejanas, este viernes el presidente gallego esbozó algunas de sus líneas como presidente del partido en medio de una estrategia en la que el gallego defiende su previsibilidad, su moderación y su serenidad frente al ruido y el insulto que reinan en política. No es la primera vez que deja claro que no va a tolerar la falta de unidad en un PP desarmado precisamente por ese flanco en esta crisis.

Potenciará, dijo, una partido "vivo" y "abierto", que debata y discuta, pero que "se corrija con lealtad". Y llegó a calificar como "innegociable" la unidad que pretende a partir de ahora, aclarando que no pide "seguidismo ciego" pero que tampooco cree "en adanes, caudillos, ni salvadores", y sí, en cambio, en el "trabajo común" porque "divididos y endiosados no se consigue nada".

A cada palabra de Feijóo se le busca, y este lo fue, el mensaje dirigido a Ayuso, verso libre en el PP de Casado, con la que de momento ha mostrado total sintonía, sea esta real o por conveniencia de ambos. Lo cierto es que la presidenta madrileña no pierde ocasión, y el Congreso Extraordinario del PP no ha sido una excepción, de hacer un discurso muy poco pegado a su comunidad y en clave de oposición a Pedro Sánchez. Lo hizo con Casado y este punto lo mantiene a rajatabla con Feijóo.

La relación que se establezca entre ambos, los códigos entre el líder del PP nacional y quien salvo sorpresas será la líder del PP en Madrid- melón a abrir en breve- serán claves en la estabilidad de un partido cuyos cimientos han temblado.

Feijóo no solo se refirió en clave orgánica al partido, que debe sanar heridas. Sabe que su liderazgo va unido directamente a su candidatura a la Presidencia del Gobierno y en este sentido también fue claro. Quiere ganar y gobernar, algo que le han reclamado los pesos pesados del partido, desde los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy a la propia Ayuso, que lanzó este viernes un: "No nos hemos reunido solo aquí para ganar un Congreso sino para ganar elecciones".

En este sentido, la presión que ejercía Ayuso, que arrasó en las últimas elecciones de Madrid, sobre Casado, que llevó al PP a sus peores resultados electorales, no la tiene Feijóo, que ha conseguido nada menos que cuatro mayorías absolutas en Galicia. En sus ámbitos territoriales tanto Feijóo como Ayuso han pulverizado el espacio del centro derecha.

El propio Casado mostró este viernes su apoyo a Feijóo para arrebatar el poder al PSOE, y de paso, se reivindicó una vez más diciéndole que tiene el Gobierno a su alcance porque hereda el PP "a las puertas de la Moncloa".

Feijóo dijo que trabajará "hasta el último aliento" para gobernar y que el PP vuelva a conseguir las mayorías absolutas de José María Aznar y Mariano Rajoy, que le mostraron su apoyo para volver a reunir en el seno del partido todo el voto del centro derecha.

Alguna referencia velada- muy pocas- al "populismo", en referencia a Vox, que pasó inadvertido en el Congreso, pero que cada líder del PP tiene en mente y al acecho. En este sentido, Casado y Feijóo compartirán en sus mandatos el haberse tenido que enfrentar al fantasma de la fragmentación del centro derecha. Con Ciudadanos agonizando, el líder saliente no ha sabido resolver su relación con el partido de Santiago Abascal, que sigue conquistando territorio 'popular' en cada cita con las urnas, y está por ver la estrategia del líder entrante. En el haber de Feijóo- aunque él trata de zafarse de la decisión- el primer gobierno en coalición autonómico de la historia con Vox en Castilla y León, por cierto aún sin cerrar.

El equipo de Feijóo

El futuro líder del PP ya ha esbozado en el Congreso Extraordinario quien le acompañará en la planta noble de Génova 13 y terminará de delinear del todo a su equipo cuando el Comité Ejecutivo Nacional nombre a su cúpula este domingo.

Tras desvelar que Cuca Gamarra será la secretaria general- mostrando continuidad en el PP- este viernes ha hecho público que Elías Bendodo, hombre fuerte del presidente andaluz, Juanma Moreno, será el coordinador general. Este movimiento deja claro que en los primerísimos puestos Feijóo prefiere verse acompañado con gente de Moreno antes que con el equipo de Ayuso, al que también, claro está, incluirá en la nueva Ejecutiva.

Así, Feijóo ha apostado por la integración en su Comité Ejecutivo, donde habrá representantes de todas las autonomías, si bien refuerza el poder de Galicia, Andalucía y Madrid, que contarán con representantes de peso en este órgano del partido. Feijóo sabe que ahora mismo el peso de Moreno y Ayuso para la reunificación del PP es absoluto.

Feijóo dio este viernes otros dos nombres de los llamados a la mesa principal de toma de decisiones en el PP: el dirigente gallego, Diego Calvo, que estará al frente del Comité Electoral, y José Antonio Monago, que presidirá el Comité de Derechos y Garantías.

El nuevo presidente del PP terminará este fin de semana de formar al nuevo equipo. Un nuevo PP que echa andar a partir de este lunes aún malherido pero con el único objetivo de gobernar España cuanto antes.

El XX Congreso Nacional del PP, en imágenes

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  • Casado y Feijóo entran juntos en el congreso del partido

    Casado y Feijóo entran juntos en el congreso del partido

    El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y el hasta ahora líder del partido, Pablo Casado, durante el Congreso nacional del PP en Sevilla.
  • El presidente de la Xunta de Galicia y candidato a la presidencia del PP, Alberto Núñez Feijóo (i) y el presidente saliente del Partido Popular, Pablo Casado (d).

    XX Congreso Nacional del Partido Popular

    El presidente de la Xunta de Galicia y candidato a la presidencia del PP, Alberto Núñez Feijóo (i) y el presidente saliente del Partido Popular, Pablo Casado (d).