La comunidad internacional denuncia "ejecuciones sumarias" contra la población civil en la ciudad liberada de Bucha
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Las autoridades de Ucrania han denunciado las “ejecuciones sumarias” contra civiles que se habrían cometido en la ciudad de Bucha, situada al norte de Kiev, donde habrían aparecido cerca de 300 cadáveres “atados de pies y manos” que han sido enterrados en fosas comunes, tras ser liberada la zona del asedio ruso en el que ha permanecido bajo cruentos ataques durante un mes.
La Unión Europea, la OTAN, EE.UU. y organizaciones no gubernamentales también se han sumado a la condena internacional unánime de lo que han calificado como “crímenes de guerra” contra población indefensa, en unas imágenes del "horror" que han dado la vuelta al mundo.
"Atrocidades" que deben ser investigadas ante la Corte Penal Internacional de La Haya como han pedido varios socios europeos, que han anticipado nuevas sanciones contra Moscú. El presidente de Ucrania, Volodimír Zelenski, ha calificado el ataque de "genocidio" mientras que Rusia ha negado los asesinatos masivos en Bucha.
Familias enteras asesinadas
El alcalde de Bucha, Anatoli Fedoruk, describió una imagen dantesca cuando las tropas ucranianas entraron en la ciudad con calles sembradas de cadáveres y familias enteras asesinadas, "niños, mujeres, abuelas, hombres”.
"Uno de los hombres tenía las manos atadas y los cuerpos estaban esparcidos a lo largo de varios cientos de metros. Todas estas personas fueron fusiladas, ellos (los rusos) las mataron de un tiro en la nuca", denunciaba sobre la desoladora situación. "Lo que más me impactó fue un niño de quizás 14 años".
La organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) también ha alertado de que el Ejército ruso está cometiendo posibles crímenes de guerra en las áreas bajo su control, entre ellos, las ejecuciones.
Los casos documentados se refieren a entrevistas con testigos que se produjeron el 4 de marzo en Bucha, al noroeste de la capital, y el 27 de febrero en Staryi Bykiv, en la región de Chernígov (norte).
En Bucha, una vecina de una localidad próxima que habló con testigos presenciales contó a HRW que mientras la gente se refugiaba en los sótanos debido al fuego de mortero, los soldados fueron casa por casa y se llevaron a hombres supuestamente para interrogarles.
Otra mujer recordó que las fuerzas rusas juntaron a vecinos en la plaza e inspeccionaron los documentos de identidad y teléfonos móviles de los presentes, además de preguntar quién pertenecía a las milicias de defensa.
La UE prepara sanciones y documentará los “crímenes de guerra”
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha mostrado su conmoción por las “atrocidades” cometidas en Bucha y ha informado de que la UE “ayudará a Ucrania a documentar los crímenes de guerra”. Borrell ha avanzado en Twitter que los Veintisiete preparan más sanciones contra Rusia "con carácter de urgencia" y que los casos serán perseguidos por la Corte Penal Internacional de La Haya.
Una iniciativa apoyada por Reino Unido, Alemania, Francia, Italia o España. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha lanzado un mensaje de apoyo al pueblo ucraniano. "Horror, dolor e indignación ante las terribles imágenes que nos llegan desde la localidad ucraniana de Bucha. Los crímenes de guerra que se están cometiendo no pueden quedar impunes", ha afirmado.
La secretaria de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, Liz Truss, también ha denunciado que los asesinatos no deben quedar sin condena, mientras que desde Berlín se ha pedido una asfixia económica más fuerte contra el Gobierno de Vladimir Putin.
El presidente francés, Emmanuel Macron, considerado uno de los principales interlocutores de Putin, calificó de "inaguantables" las escenas que muestran los cadáveres de docenas de civiles y ha mostrado su "compasión por las víctimas y solidaridad con Ucrania".
"La existencia de crímenes de guerra debe ser investigada lo antes posible. Estas atrocidades no pueden quedar impunes", añadió el ministro de Exteriores italiano, Luigi di Maio Di Maio, que aseguró que su país se encuentra "al lado del pueblo ucraniano" y que "hay que detener la guerra rusa".
El secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, ha calificado de "puñetazo en el estómago" las imágenes de los ciudadanos asesinados en las calles de la ciudad ucraniana.