El Banco de España recorta casi un punto su previsión de crecimiento este año hasta el 4,5 % por la guerra en Ucrania
- Augura que la inflación seguirá en "cotas muy elevadas" hasta el tercer trimestre del año y que cerrará en el 7,5 % de media
- Ante este contexto, el supervisor retrasa la recuperación de los niveles de PIB previos a la pandemia al tercer trimestre de 2023
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La invasión rusa de Ucrania ha supuesto una perturbación económica “muy severa”, que ha incidido “sustancialmente” sobre las perspectivas de crecimiento. Así lo asegura el Banco de España este martes en su último informe trimestral, donde revisa a la baja las previsiones publicadas en diciembre tanto para 2022 como 2023. Según sus estimaciones, la economía española crecerá este año un 4,5 %, un 0,9 % menos que en su anterior proyección, mientras que el próximo año el repunte se quedará en el 2,9 %, un punto menos. Todo ello, aleja el momento de la recuperación de los niveles prepandemia hasta el tercer trimestre de 2023.
“En la primera mitad del trimestre prosiguió la recuperación de la actividad, a un ritmo que se vio moderado por el repunte de la inflación y por el mantenimiento de ciertas restricciones frente a la pandemia. Pero la invasión de Ucrania alteró estas dinámicas, al dar lugar a un aumento muy significativo de la incertidumbre y a un encarecimiento adicional notable de las materias primas”, sostiene el supervisor, que apunta a una notable ralentización de la economía española en el primer trimestre del año, con un incremento del Producto Interior Bruto (PIB) del 0,9 %, frente al 2,2 % del trimestre previo.
Y lo peor está por llegar, advierten los técnicos del Banco de España, quienes esperan que “el impacto macroeconómico más intenso de la guerra” se observe en el segundo trimestre del año y que, en ausencia de una escalada en el conflicto, “el dinamismo de la actividad aumente gradualmente en el segundo semestre”. Con todo, el organismo estima que el PIB podría crecer este año, en términos de la tasa media anual, en el entorno del 4,5 % en 2022, impulsado a su vez por “el elevado ritmo de crecimiento del PIB en la segunda mitad de 2021”. Recorta así el incremento previsto en su anterior previsión de diciembre, cuando proyectó que la economía española registraría un repunte del 5,4 %.
En los dos años posteriores, el PIB avanzaría un 2,9 % y un 2,5 %, respectivamente. En 2023, el Banco de España prevé un recorte de un punto respecto a las estimaciones anteriores -en diciembre estimó que la economía crecería un 3,9 %-, si bien en 2024 la revisión sería al alza, en concreto, de siete décimas, frente al 1,8 % proyectado. Todo ello implicaría que la recuperación del nivel de producto previo a la pandemia se retrasaría hasta el tercer trimestre de 2023. “Al final de 2024, el PIB casi alcanzaría el nivel proyectado para entonces en diciembre pasado, del cual distaría apenas 0,3 puntos porcentuales, bajo el supuesto de que la actual crisis no deje daños persistentes en el tejido productivo”, recalca el texto.
La inflación seguirá en cotas “muy elevadas” hasta el tercer trimestre
Una de las principales causas de esta “perturbación”, como sostiene el supervisor, está en el repunte de la inflación. En marzo, según el dato adelantado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Índice de Precios al Consumo (IPC) se disparó hasta el 9,8 %, su mayor tasa en 37 años. Esto, en parte, "estaría reflejando directamente el impacto de la guerra, por la vía del encarecimiento de la energía, pero también sería el resultado desfasado de la dinámica de aceleración de precios de los meses precedentes y de otros factores que guardan una relación indirecta con el conflicto bélico, como el desabastecimiento de algunos productos originado por la huelga del transporte de mercancías por carretera", añade.
Ante este contexto, y teniendo en cuenta la elevada incertidumbre por la propia evolución del conflicto bélico y sus posibles efectos "en segunda vuelta", el Banco de España prevé que la inflación siga en cotas “muy elevadas” hasta el tercer trimestre del año, ya que los mercados de futuros de la energía prevén una cierta relajación de los precios a partir de julio de este año. Así, la tasa de inflación se situaría en el 7,5 %, por término medio, en 2022.
El Banco de España alude en su informe al plan de respuesta a la guerra en Ucrania que el Gobierno aprobó la pasada semana, que incluye entre otras medidas, una disminución del coste de diversas fuentes energéticas y la fijación de límites a la revalorización de los alquileres de vivienda. De acuerdo con las estimaciones realizadas por el organismo, este conjunto de medidas restaría entre 0,5 puntos y 0,8 puntos a la tasa de inflación media de 2022. Además, la ejecución de los proyectos financiados a través de los fondos europeos, unas condiciones de financiación todavía favorables y la mejora gradual de la situación epidemiológica también contrarrestarán los efectos adversos de la inflación.
En este sentido, el supervisor ha advertido en las últimas semanas de que la "tendencia al alza" en el porcentaje de convenios firmados en los últimos meses con cláusulas de salvaguarda salarial "constituye un riesgo creciente" de que se produzcan "efectos de segunda vuelta en la inflación" que dañen al empleo y la actividad económica. Teniendo en cuenta este factor y suponiendo "una escasa realimentación entre las presiones inflacionistas de precios y de salarios”, la tasa de inflación descendería hasta el 2 % en 2023 y hasta el 1,6 % en 2024.
La tasa de paro seguirá descendiendo hasta 2024
En lo que respecta al empleo, el Banco de España destaca que "la trayectoria ascendente de las horas trabajadas y del número de ocupados", que ya roza los 20 millones, según los datos conocidos este lunes, se prolongará hasta 2024, si bien en los próximos dos años "su avance será menos intenso que el proyectado en diciembre". En consonancia con la recuperación del empleo, la tasa de paro seguirá descendiendo desde el 13,5 % proyectado en 2022 hasta situarse en el 12,8 % en 2024.
Por su parte, el déficit público en proporción del PIB es revisado al alza en los próximos años como consecuencia "del empeoramiento de las perspectivas de actividad económica, de las medidas adoptadas en el corto plazo para mitigar el impacto de la guerra, y de la actualización de determinadas partidas de gasto con una senda de inflación más elevada". En consecuencia, en ausencia de medidas de corrección, el déficit de las Administraciones Públicas seguirá siendo muy elevado en 2024, del 4,7 % del PIB, más de un punto por encima de lo que se proyectaba en diciembre pasado.
Como resultado, la ratio de endeudamiento público presentaría "un modesto descenso", explica el supervisor, de forma que en 2024 se situaría en el 113,5 % del PIB, 6,5 puntos por debajo de la cota máxima alcanzada en 2020 y 18 puntos por encima del nivel de finales de 2019.
El Banco de España recuerda que el Gobierno aprobó a finales de 2021 una reforma del sistema de pensiones públicas que incorpora, entre otras medidas, la revalorización de sus importes con el IPC, la derogación del factor de sostenibilidad y un nuevo mecanismo de equidad intergeneracional. Según los expertos consultados por RTVE.es, dicha revalorización supondría un coste para las arcas del Estado de 11.500 millones de euros, en el caso de que la inflación finalmente finalice en el 7 %.
"En conjunto, estas medidas supondrán un incremento del gasto público, cuya cobertura requerirá nuevas actuaciones por el lado de los ingresos, de los gastos o de ambos, al objeto de garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas en el medio y largo plazo", concluye.