Qué se sabe de las comisiones millonarias en la venta de mascarillas al Ayuntamiento de Madrid
- Dos empresarios ganaron seis millones de dólares por la venta de mascarillas en lo peor de la pandemia, según Anticorrupción
- Almeida insiste en que "el estafado es el Ayuntamiento" y niega ninguna intermediación
El juez ha admitido a trámite la querella de la Fiscalía Anticorrupción contra los empresarios Luis Medina y Alberto Luceño. Se los acusa de embolsarse seis millones de dólares en comisiones de la venta de mascarillas y material sanitario al Ayuntamiento de Madrid, durante el inicio de la pandemia, a mediados de marzo de 2020.
En la querella, Anticorrupción abunda en los detalles sobre el escándalo, por el que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha salido a dar explicaciones y a negar cualquier intermediación. Repasamos las principales claves del caso: quiénes son los principales implicados, qué beneficios obtuvieron o qué papel ha tenido el consistorio de la capital.
¿Quiénes son los acusados?
La Fiscalía se querella contra dos personas: Luis Medina Abascal y Alberto Luceño Cerón. Medina es el hijo del duque de Feria y de Naty Abascal, y fue la persona que contactó con el Ayuntamiento de Madrid para ofrecer su intermediación en la compra de mascarillas. Lo hizo "aprovechando su condición de personaje conocido en la vida pública y su amistad con un familiar del alcalde de Madrid", concretamente el primo de Almeida, según el escrito.
Tras el primer contacto entre Medina y la coordinadora general de Presupuestos y Recursos Humanos -también consejera de la Empresa de Servicios Funerarios y Cementerios-, fue Luceño el que continuó con las negociaciones con la responsable del consistorio, Elena Collado. Se presentó "como experto en importación de productos procedentes del mercado asiático, con fábricas en China a su disposición, y como agente exclusivo de la empresa malaya" a través de la cual se iba a realizar la importación.
Además, "dijo actuar movido por el deseo de colaborar en la lucha contra la pandemia". En realidad, continúa el texto de la querella, "ni tenía experiencia significativa en negocios de importación ni disponía de fábricas en China, del mismo modo que tampoco era agente exclusivo de ninguna empresa malaya ni actuaba movido por ninguna intención altruista".
Están acusados de estafa, falsedad en documento mercantil y blanqueo de capitales.
¿Qué vendieron al Ayuntamiento de Madrid?
El Ayuntamiento y la compañía malaya firmaron tres contratos para adquirir los siguientes materiales: un millón de mascarillas KN95, por los que pagaron 6,6 millones de dólares; 2,5 millones de guantes de nitrilo, por valor de cinco millones de dólares y 250.000 test rápidos por un precio de 4.250.000 dólares.
El precio real de las mascarillas era de 2,7 millones, por lo que los acusados se llevaron un beneficio neto de cuatro millones, es decir, "el 148 % del precio real del producto", reza el escrito.
En el caso de los guantes, Luceño había asegurado que se trataba de guantes de buena calidad que cubrían la mayor parte del brazo. Sin embargo, cuando llegaron eran de "ínfima calidad y solo llegaban hasta la muñeca".
Esto despertó el enfado de la consejera madrileña, que le pidió a Luceño que solucionase el problema y le envió una foto de un supermercado en la que se veía que unos guantes parecidos a los que el Ayuntamiento había comprado por dos dólares el par, se vendían a ocho céntimos. Luceño, "para intentar contentar al Ayuntamiento visto el fracaso de la operación", devolvió poco después cuatro millones que correspondían a las comisiones que se pretendía repartir con Medina.
En el caso de los test, estos se vendieron con un sobreprecio del 244 %. De los 4.250.000 de euros que pagó el consistorio, tres millones fueron a comisiones. Además, de las 250.000 pruebas, casi una cuarta parte (60.000) eran inservibles por su reducido nivel de sensibilidad (66,7%), y otra parte importante (115.000) eran, cuando menos, también de dudosa eficacia por su bajo nivel de sensibilidad (80%).
El 60 % del precio de las mascarillas, el 81 % en el caso de los guantes y casi el 71 % en el caso de los test "correspondía a comisiones que los querellados iban a percibir", señala la Fiscalía.
Según Medina, las ganancias se dividía en tercios: "Un tercio para mí, para él y para la empresa de Malasia". Sin embargo, su socio se llevó en total cinco millones de dólares frente al millón de Medina. Luceño argumenta que las comisiones no las estipulaba él, sino la empresa vendedora.
¿Cómo contactaron con el Ayuntamiento de Madrid?
Uno de los aspectos en los que más hincapié ha hecho el alcalde de Madrid durante la rueda de prensa este jueves ha sido en el contacto que estableció el Ayuntamiento con los empresarios. Según Almeida, Luis Medina envió dos correos al buzón de Coordinación de la Alcaldía, uno el 18 y otro el 19 de marzo. Fue en estos correos, ha continuado, donde Medina "proporciona su número de teléfono móvil". Los correos se redireccionaron con el protocolo establecido entonces y llegaron a la persona encargada de estudiar la “viabilidad” de las contrataciones, que fue quien contactó posteriormente por teléfono con el empresario.
Según el Ayuntamiento, fue el primo de Almeida a través de una conocida común con Medina quien le informó del correo al que tenía que enviar su información. El papel de este familiar se queda ahí, ha insistido el alcalde, que ha negado "cualquier tipo de intermediación".
Medina, por su parte, explicó ante el fiscal que quien le pasó el contacto del familiar de Almeida fue la directora de su antigua universidad. "¿Habló usted con el alcalde?", le inquirió entonces la Fiscalía, a lo que Medina contestó que no recuerdaba si le llamó o escribió, pero que se limitó a darle las gracias. "Ya está. No he vuelto a hablar. No tengo ninguna relación con él", añadió.
¿Qué hicieron Medina y Luceño con el dinero?
Los dos acusados por la Fiscalía Anticorrupción se llevaron seis millones de dólares en comisiones de los 11,9 millones pagados por el Ayuntamiento. La querella detalla el uso que le dieron a ese dinero Medina, que obtuvo un millón, y Luceño, que ganó 5,1 millones de dólares.
Con el dinero recibido desde Malasia, Alberto Luceño pagó 60.000 euros por seis noches en un hotel de lujo en Marbella, entre el 10 y el 16 de agosto en 2020. También se compró tres relojes Rolex por valor de 42.450 euros, y siete vehículos: un Aston Martin, un Ferrari, dos Mercedes, un Range Rover, un KTM y un BMW por valor de más de un millón de euros.
A nombre de una sociedad a la que imputó el cobro de las comisiones, el acusado pagó una vivienda en Pozuelo con tres plazas de garaje por valor de 1,1 millones de euros. También compró otros cinco coches: un Aston Martin, un Porsche, un Lamborghini, un McLaren y un Mercedes, por un millón de euros en total. Como parte del precio, Luceño entregó al vendedor algunos de los coches que le había comprado anteriormente.
En cuanto a Medina, se compró un yate llamado "Feria", registrado en Gibraltar y por el que pagó 325.000 euros. También compró dos bonos bancarios por 200.000 euros cada uno.
El juez Adolfo Carretero no ha podido por ahora proceder al embargo de las cuentas bancarias de Luis Medina en el marco de la investigación ya que únicamente tiene 247,26 euros y "ya no dispone de los bonos aludidos por el Ministerio Fiscal".
¿Qué papel ha tenido el Ayuntamiento de Madrid?
"El estafado es el Ayuntamiento de Madrid", ha insistido el alcalde de la capital este jueves en una rueda de prensa. Su versión es que, en plena emergencia al inicio de la pandemia, y en una lucha por parte de todas las administraciones por hacerse con material sanitario que ha calificado de "jungla", el consistorio no tuvo tiempo para comprobar el precio de las mascarillas ni era consciente de adónde iría a parar el dinero.
"A lo mejor nos equivocábamos, pero lo único que nos guiaba era proteger a los servidores públicos municipales que todos los días salían a la calle", algo "perfectamente asumible", según Almeida. El ayuntamiento se va a personar como parte afectada en la causa y considera "indignante" el uso de los fondos pagados a Medina y Luceño.
El alcalde ha insistido en que Medina no tenía "ningún tipo de relación de amistad" con su primo, "cuando no sabe si era primo o hermano del familiar del que se está hablando", ha afirmado, en referencia a unas declaraciones del acusado en una entrevista con El Confidencial en el que el empresario se refiere a este familiar como el hermano de Almeida.
El Ayuntamiento se ha personado en el caso como perjudicado y asegura haber compartido con Anticorrupción toda la información requerida. Además, Elena Collado comparecerá como testigo.
La vicealcaldesa, Begoña Villacís, ha anunciado que Ciudadanos pedirá una segunda auditoría para investigar estos hechos. "No se pueden volver a producir de nuevo estos errores y queremos saber si este es el único contrato de emergencia o hay otros que una vez revisados puedan dar lugar a más sorpresas", ha afirmado.
¿Quién ha denunciado el caso?
Según ha avanzado la Cadena SER y ha confirmado después Almeida, fueron los bancos y no el ayuntamiento quienes denunciaron en un primer momento los hechos. Alertados por los grandes ingresos en las cuentas de los dos empresarios, avisaron al servicio de prevención de capitales, el Sepblac, y este a su vez advirtió a la Fiscalía Anticorrupción.
Preguntado por ello, Almeida se ha justificado explicando que el consistorio hizo un único pago a la empresa Leno sin saber el papel de los comisionistas. "Difícilmente podemos dar la alarma cuando nosotros desconocemos la relación que podía generarse entre estas dos personas y la empresa", ha afirmado.