George Sand, la escritora que "eligió la libertad y la felicidad"
- Las francesas Sevérine Vidal y Kim Consigny recrean su vida en el cómic George Sand. Hija del siglo
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Considerada una de las escritoras más importantes de la historia, George Sand (1804-1876) también fue una pionera en la lucha por los derechos de las mujeres. Sin embargo, como tantas otras féminas ilustres, en la actualidad corre el peligro de ser olvidada. Al menos eso es lo que piensan la escritora y guionista Sevérine Vidal (La inmersión, La casa de la playa) y la dibujante Kim Consigny (1991), que han querido reivindicar su figura con la novela gráfica George Sand. Hija del siglo (Garbuix Books).
“¡Está practicamente olvidada! –asegura Séverine-. Sus libros ya no se estudian en las escuelas y la imagen que tenemos de ella es la de una abuela que escribía cuentos y libros para sus nietas. ¡Ella es mucho más que eso! Redescubrí a George Sand y su inspiradora vida hace unos cuantos años. Fue una mujer adelantada a su época, que luchó por sus derechos, por su independencia y por los derechos de las mujeres en el siglo XIX. En esa época las mujeres tenían los mismos derechos que los niños, los delincuentes y los deficientes mentales”
La dibujante Kim Consigny también destaca su importancia: “Creo que en muchos aspectos fue una pionera. Decidió vivir una vida muy libre, algo muy raro para esa época, y muy pronto se hizo famosa. Escoger separarse de su marido (¡y quedarse con la casa!) era muy difícil, ya que entonces no existía el divorcio. Pero luchó para mantener su libertad”.
“Además –continúa la ilustradora- George Sand quería que a las niñas recibieran la misma educación que los niños, creía que los campesinos eran tan capaces como los ricos y tenía ideas socialistas. Como autora, luchó por los derechos de las mujeres desde el principio, no con manifiestos, sino con las historias que escribía. Escribió novelas sobre mujeres fuertes, desde el punto de vista de una mujer, lo que era muy raro. Colaboró activamente en periódicos, etc. Fue una figura muy reconocida y escuchada”.
La mujer que vestía como un hombre y luchó por sus derechos
George Sand, cuyo verdadero nombre era Amantine Aurore Lucile Dupin de Dudevant (París, 1 de julio de 1804-Nohant, 8 de junio de 1876) también se hizo muy famosa en su época por vestir como un hombre, fumar en público y mantener relaciones sexuales con total libertad.
“¡Sobre todo era libre! –asegura Séverine-. No le importaba lo que la gente pensase de ella ni de sus elecciones. También era divertida. Y resiliente. Lo mejor que podemos decir sobre ella es que eligió la vida. Eligió la felicidad”.
Y también eligió luchar por las causas en las que creía. Cuando comenzó la revolución de 1848, George Sand defendió de la República, lo que a punto estuvo de llevarla a la cárcel. “En realidad no soy historiadora, pero puedo afirmar que ella decidió tomar partido a través de lo que mejor hacía: escribir –nos cuenta Kim-. Escribió mucho en la prensa durante ese periodo, de una forma más o menos política. Al final un periódico feminista dijo que tenía que ser candidata a la asamblea nacional, pero ella creía que las mujeres entonces no podían participar de forma plena en la vida política”.
“Pensaba –añade Kim- que, como las mujeres entonces no recibían una buena educación, darles poder político (derecho a votar) sería dar más poder a sus maridos, hermanos o guardianes (ya que a las mujeres no se las consideraba capaces como adultos). No sé si podría haber acabado en la cárcel, pero tomo riesgos serios. Al final volvió a Nohant para estar lejos de París (¡y segura!), esperando a que todo se calmase”.
El comic se inspira en las cartas de George Sand
Destacar la gran documentación que manejan ambas autoras. “He leído muchos de sus libros y autobiografías –asegura Séverine-. Una recopilación de sus cartas, algunas biografías escritas por historiadores (Barry, Bloch, Dano, Perrot…). E incluso fui a Nohant con Kim Consigny en 2019 para “sentir” los espacios donde vivió. Fue muy emocinante”.
Pero una de las principales fuentes de documentación de Séverine fueron las muchas cartas que George Sand escribió a lo largo de su vida. “Tuve que convertir ese contenido epistolar en diálogos y escenas, porque hubiese sido aburrido tener simplemente una sucesión de cartas en el libro” –asegura-.
Más difícil lo tuvo Kim Consigny para recrear la época en la que vivió la autora: “Fue un trabajo muy largo y laborioso recrear ese periodo, especialmente porque nació al principio del siglo y falleció casi al final del mismo. Y el siglo XIX es un período de tiempo en el que hubo muchos cambios. La ropa cambió todo el tiempo, la tecnología evolucionó… y tenía que mostrar eso a lo largo del libro. Vi unas cuantas películas, libros sobre vestidos de la época y busqué en internet ejemplos de ropa, muebles… Fue un trabajo muy laborioso e intenté hacerlo lo mejor posible”.
Un matrimonio que acabó con una bofetada y una larga relación con Chopin
Para entender la evolución de George Sand son fundamentales sus relaciones, empezando con su matrimonio con Casimir Dudevent, con quién se casó con 18 años y con el que tuvo dos hijos. “Fue su único matrimonio y una bofetada lo cambió todo. En sus cartas, podemos ver como nunca lo olvidó, nunca perdonó a este hombre. Ya no volvió a aceptarlo como marido”.
De entre esas muchas relaciones sentimentales, la más famosa es, sin duda, la que mantuvo con el compositor y pianista polaco Frédéric Chopin. “A veces se la describe como su musa –asegura Séverine-. Pero fue mucho más que eso: intentó liberarlo de sus demonios, fue una verdadera amiga, una madre, una enfermera… Se lo dio todo. Él vivió muchos años con ella en Nohant, pero era una especie de relación unilateral: ella era más “física” que él. Durante su relación, entre 1838 y 1847, ella escribió mucho, incluyendo algunas de sus novelas más famosas (La charca del diablo, François le Champi)”.
Los grandes logros de George Sand
En cuanto a los sueños que logró, Sevérine Vidal destaca: “En un siglo en el que se consideraba a la mujer propiedad del hombre, logró convertirse en escritora. ¡Una de los más famosos escritores de Europa en vida! En realidad tuvo la misma consideración que Balzac o Víctor Hugo. También obtuvo la separación de su marido, la custodia de sus hijos, manejó su propiedad en Nohant… Y consiguió muchas cosas en lo relativo a las causas políticas del siglo XIX”.
Pero su vida no fue precisamente fácil: “Creó que sufrió mucho durante su infancia –añade Séverine-, marcada por repetidas pérdidas y por la difícil relación entre su madre y su abuela”
“La muerte la rodeó desde el principio de su vida –añade Kim Consigny-. Su padre y hermano murieron con pocos días de diferencia cuando ella era muy pequeña. Cada vez que pierde a alguien, puedes ver en sus cartas lo apenada que llega a estar. Siente esas pérdidas de una forma terrible. Pero por eso es tan destacable cómo siempre logra salir adelante, a menudo a través de la escritura. Creo que fue alguien que quiso ser feliz, y siempre encontraba la felicidad en las cosas pequeñas. También amaba mucho (a sus amantes, amigos, familia, casa, trabajo…), y tal vez sea esto la fuente de su fuerza”.
“George Sand era resiliente y escogió tanto la felicidad como la libertad” –concluye Séverine Vidal-
Un dibujo “muy libre” para una mujer que amaba la libertad
Sobre su estilo, Kim Consigny asegura: “Es un dibujo bastante libre, no muy definido, un tanto evanescente. Tiendo a poner el énfasis en las expresiones de los personajes. Supe desde el principio que la novela gráfica iba a ser en blanco y negro, por lo que intenté que los dibujos fuesen fácilmente leíbles, usando más espacios en negro que si la obra hubiese sido concebida para ser en color. Era todo un reto, porque 300 páginas son muchas páginas. ¡Fue complicado pero divertido!”
En cuanto a lo que ha aprendido realizando este trabajo, Kim nos confiesa: “¡Lo he aprendido casi todo! Sabía muy poco sobre George Sand. No leí nada suyo en el colegio y empecé a hacerlo cuando Séverine y yo decidimos trabajar juntas en esta novela gráfica. De hecho, cuando acabé el libro la eché mucho de menos. Espero que los lectores se queden con la idea de una mujer libre que decidió vivir una vida plena y libre, con toda su complejidad”.