¿Quiénes son Luis Medina y Alberto Luceño, los acusados por las comisiones millonarias en la venta de mascarillas?
- Mientras que Medina, hijo de Naty Abascal, es un conocido miembro de la jet set, Luceño mantiene un perfil bajo
- Están acusados de estafa por la venta de material sanitario al Ayuntamiento de Madrid en lo peor de la pandemia
Desde que estalló el escándalo de las comisiones millonarias por la venta de mascarillas al Ayuntamiento de Madrid, dos nombres han salido a la palestra: Luis Medina Abascal y Alberto Luceño. Si el primero, hijo de Naty Abascal y el anterior duque de Feria, es un rostro conocido gracias a sus constantes apariciones en la prensa rosa, el segundo es un desconocido para el gran público.
Ambos están citados a declarar, acusados de estafa, falsedad documental y blanqueo de capitales por la Fiscalía Anticorrupción. En el texto de la querella, se señala que los dos empresarios obraron "de común acuerdo y con ánimo de obtener un exagerado e injustificado beneficio económico" para vender mascarillas, guantes y test con un sobreprecio al consistorio madrileño.
Se embolsaron seis millones de dólares del total de 12 millones que pagó el Ayuntamiento y gastaron el dinero en comprar casas, una docena de coches deportivos, relojes de oro o un yate, según detalla Anticorrupción, bienes que ahora han sido embargados.
Luis Medina: el enlace de la alta sociedad
Luis Medina Abascal es marqués de Villalba, título cedido por su hermano mayor, el duque de Feria, Rafael Abascal. Fue la persona que contactó con el Ayuntamiento de Madrid para ofrecer su intermediación en la compra de mascarillas. Según la Fiscalía, lo hizo "aprovechando su condición de personaje conocido en la vida pública y su amistad con un familiar del alcalde de Madrid", concretamente el primo de Almeida.
Medina fue imagen de marcas como Dolce & Gabanna y era un habitual en los desfiles, photocalls y los eventos de la alta sociedad, aunque en los últimos años se fue distanciando de la vida pública. El que era considerado soltero de oro de la jet set eliminó sus perfiles en redes sociales, donde era popular especialmente en Instagram, y se volcó en varios proyectos empresariales, en general con poco éxito.
En 2007 se convirtió en CEO de Show Me That, un gabinete de comunicación de firmas de lujo como Oscar de la Renta, Roberto Diz o Aquazzura, que también prestaba ropa a famosos. Según El Confidencial, en 2017 una empresa de transporte le demandó por impagos que ascendían a 30.000 euros. El hijo de Naty Abascal terminó por distanciarse de este proyecto.
Su nombre aparece vinculado a otras empresas con escasa actividad conocida, como Azulalia Essential S.L, dedicada a la "promoción y venta de acciones". Es el administrador único de Gekko Partners S.L. , que trabaja en el asesoramiento y consultoría y tiene la misma sede social que Show Me That. Ha sido también representante o administrador único en otras empresas, como Nabain S.L., Family Office o la fallida empresa de joyería Ceylan 1943.
En mayo de 2020, poco después de la trama de venta de mascarillas por la que se le ha acusado, fundó otra empresa, Sextante Trade Desk, con sede social en la casa de su madre y dedicada al "comercio de productos diversos".
Medina ha admitido haber cobrado un millón de euros por su papel de intermediario, aunque ha negado que fuera ilegal. "Entiendo que a mucha gente quizá no le parezca bien. Pero es el 8 % del contrato. Es una comisión normal de intermediación, que se cobra muchas veces. Por supuesto, no es ilegal", ha señalado en una entrevista en El Confidencial.
Alberto Luceño: el misterioso empresario con contactos en China
Si el primer contacto lo realizó Medina, fue su amigo Alberto Luceño quien negoció toda la operación con el Ayuntamiento. Se presentó como "experto en importación de productos procedentes del mercado asiático, con fábricas en China a su disposición, y como agente exclusivo de la empresa malaya" a través de la cual se iba a ejecutar la importación.
En realidad, continúa el texto de la querella, "ni tenía experiencia significativa en negocios de importación ni disponía de fábricas en China, del mismo modo que tampoco era agente exclusivo de ninguna empresa malaya", según la querella. Su vida laboral es otra distinta.
Licenciado en Ciencias de la Información y en Psicología, según su perfil de LinkedIn, se ha dedicado sobre todo al mundo del comercio de moda. Entre 2012 y 2013 fue director general de la Escuela Europea de Dirección y Empresa EUDE, empresa que aparece en la investigación de la trama 'Púnica', según ha adelantado Infolibre. En un vídeo de aquel momento, difundido en Twitter -y borrado de Youtube-, afirma que los valores de la escuela son "la honestidad, la generosidad, la humildad y la integridad".
En un documento publicitario de un máster en Coaching y Gestión de Talento, asegura, sin aportar ninguna prueba, que "EUDE se ha convertido en una de las Escuelas de Negocio referenciales, tanto a nivel como internacional, avalada por los ránkings más prestigiosos", que la sitúan "entre las mejores escuelas de negocios a nivel internacional". En aquel año, Luceño fue nombrado vicepresidente de la Asociación Española de Escuelas de Negocio. También ha formado parte de la junta directiva de la patronal del comercio textil madrileña ACOTEX.
Luceño es dueño de otra consultoría llamada Gekko, con el mismo nombre que la empresa de la que era administrador Medina. Ambas fueron inscritas en el Registro Mercantil en fechas similares: la de Medina en 2009 y la de Luceño en 2010. Comparten nombre con el protagonista de la película Wall Street, el agresivo y ambicioso inversor Gordon Gekko.
Otros de sus cargos son los de consejero y presidente de la consultoría Iprojects Diseño y Merchandising S.L., activa desde 2015 y con sede en Madrid, aunque en LinkedIn señala que trabaja en Guangzhou, China. El empresario se valió de la empresa malaya Leno como intermediaria para la compraventa de material sanitario en China, y el dinero pagado por el Ayuntamiento de Madrod fue a parar a una cuenta del Malayan Banking Berhard (Maybank).
Luceño siempre dijo a Medina que sus comisiones serían idénticas. Sin embargo, le ocultó que en cada operación él se llevaba una comisión adicional. Por ejemplo, en la venta de mascarillas él se llevó dos millones de los que Medina no tenía conocimiento, mientras que en el caso de los test ganó 1,1 millones de dólares además de los 915.000 que se habían repartido cada uno, según Anticorrupción.
Ese dinero le permitió comprarse doce coches, entre ellos un Aston Martin, un Lamborghini y un Ferrari, tres Rolex y una casa en Pozuelo de Alarcón por un millón de euros, además de pagar una semana en un hotel de Marbella por 60.000 euros. Ahora el juez le ha embargado todos estos lujosos bienes.