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Cine

El filósofo Alexandre Jollien lleva su discapacidad al cine en 'Mentes maravillosas'

  • Junto a Bernard Campan codirige, coescribe y coprotagoniza esta película sobre la búsqueda de la libertad
  • Tras su exitoso pase por el Festival de Málaga, Mentes maravillosas se estrena este viernes, 13 de mayo

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Alexandre Jollien y Bernard Campan en una escena de la película
Alexandre Jollien y Bernard Campan en una escena de la película

Alexandre Jollien (Suiza,1975) nació con parálisis cerebral, pero eso no le ha impedido convertirse en un reputado escritor y filósofo, que ha vendido millones de libros y ofrece numerosas conferencias. Y este viernes 13 de mayo se estrena en España su primera película, Mentes maravillosas, que ha codirigido, coprotagonizado y coescrito junto al actor y director Bernard Campan (Tres hermanos... muy primos). Una cinta que se inspira en su propia vida y que se proyectó en la 25ª edición del Festival de Málaga, logrando la biznaga de plata Premio del público a la mejor película de la sección Premieres Internacionales. Se estrena en cines esete viernes, 13 de mayo.

Mentes maravillosas narra la historia de amistad entre Louis (Bernard), un soltero empedernido que dirige una funeraria, e Igor (Jollien) un filósofo aficionado que sufre una parálisis cerebral. Ambos tendrán que trasladar el cadáver de una anciana hasta su lugar de reposo y durante el viaje irán enfrentándose a los prejuicios de los demás en una emocionante búsqueda de la libertad.

Si la sinopsis os recuerda a la exitosa Intocable (Olivier Nakache y Eric Toledano, 2011), es porque esa mítica película les ha inspirado: “La idea para Mentes maravillosas se le ocurrió a Alexandre cuando vio Intocable –confiesa Bernard-. Fue cuando pensó que él también podía interpretar un papel en el cine. Intocable impactó a la gente de una forma muy profunda y nosotros esperamos conseguir una reacción similar en los espectadores”.

El personaje protagonista tiene mucho que ver con el propio Alexandre, como nos confiesa el filósofo: “Compartimos la minusvalía y el amor por la filosofía, pero Igor está desconectado de la sociedad, no tiene familia ni ningún tipo de interacciones sociales. Afortunadamente no es mi caso ¡al menos todavía!” (ríe).

¿Cómo nos enfrentamos a la muerte y a la discapacidad?

Ese viaje de los dos protagonistas, llevando al cadáver de una anciana hasta su lugar de reposo, es una excusa para hablar de la amistad: “El tema de la película es la exploración de la amistad y el viaje espiritual de ambos protagonistas -asegura Alexandre-. Y el personaje de Louis está inspirado en un amigo mío, que es funerario. Es un tipo tan alegre y luminoso que gracias a él me he reconciliado con la muerte. Y por eso he querido inspirarme en él para el protagonista”.

“La película es una comedia dramática, que era lo que nos planteamos desde el principio –confiesa Bernard-. Queríamos mezclar esas dos tonalidades”.

En la película vemos distintas reacciones de la gente ante la discapacidad, algo fundamental para Alexandre: “Todavía hay gente que reacciona con condescendencia o desdén ante la discapacidad. Es una cosa que me molesta mucho y creo que el cine puede ayudar a cambiar un poco las cosas. Porque las cosas que mostramos en la película son mucho más suaves de las que sufrimos los discapacitados en la realidad”.

En cuanto a cómo ha reflejado la discapacidad en la historia, Alexandre asegura: “Partimos de la mirada inicial de los demás hacía el protagonista y trabajamos para que lo acepten tal y como es”.

Bernard nos comenta cómo se conocieron y decidieron hacer la película juntos: “Descubrí a Alexandre a través de sus ensayos filosóficos y luego lo vi en un programa de televisión. Y decidí llamarlo para hablar con él sobre nuestros caminos espirituales respectivos. Y surgió una amistad espontánea. El productor nos sugirió hacer una película juntos y hemos tardado diez años en acabarla”.

Alexandre Jollien y Bernard Campan en una escena de la película

“Para mí la filosofía es un arte de vivir”

Al igual que su personaje en la película, Alexandre pasó gran parte de su infancia y juventud (17 años), en un centro especializado para minusválidos psíquicos. “Yo no era muy bueno en el colegio –nos confiesa-, vivía en un centro especializado y mi camino parecía trazado. Pero un día un cura me dijo: “Eres un filósofo”. Y fue cuando empecé a leer a Platón, Aristóteles… y eso marcó mi vida”.

“Entendí –continúa Alexandre-, que lo que nos definía era nuestro interior. Para mí la filosofía es un arte de vivir. Nos permite controlar nuestras pasiones, darnos a los demás… y eso ha pasado a mi personaje de la película”.

“Creo que esa combinación de cine y filosofía nos permite llegar al corazón y abrir las mentes -añade-. E intentamos hacerlo sin soltar teorías, sino reflejando testimonios nacidos de nuestro interior”.

En cuanto a esos 17 años que pasó en el internado, Alexandre confiesa que: “Fue muy duro, porque estábamos separados del mundo, fuera de la realidad, lejos del resto de la gente… y con la impresión de estar siempre estigmatizados por la sociedad. Afortunadamente mis padres han confiado mucho en mí y me han apoyado en mi elección de la filosofía”.

Alexandre Jollien y Bernard Campan en una escena de la película

“Aprendemos uno del otro”

Preguntamos a Bernard qué ha aprendido trabajando junto a un gran filósofo como Alexandre: “Gracias a nuestra amistad aprendemos uno del otro. Y este rodaje ha sido un capítulo muy especial en esa amistad, porque nos llevó al extremo y a veces tuvimos dificultad en entendernos, lo que me removió bastante. Pero esas dificultades han confirmado la fortaleza de nuestra amistad, ya que ha salido intacta del rodaje y me atrevería a decir que más fuerte”.

Una de las escenas más comentadas de la película es el encuentro sexual que Igor mantiene con una mujer. “Queremos romper esos estereotipos de la sociedad que idealizan demasiado el cuerpo. No solo en el caso de los discapacitados. Y normalizar en la pantalla las relaciones sexuales independientemente del físico. Porque los estereotipos siguen pesando bastante en el cine. Y es una escena fundamental para que el personaje se acepte más a sí mismo”.

También era para mostrar que espiritualidad y sexualidad no son contradictorios –añade-. De hecho, yo tengo tres hijos (ríe)

Alexandre Jollien y Bernard Campan en una escena de la película

“Mi vocación es la filosofía”

En cuanto a la reflexión que les gustaría que el espectador hiciera tras ver la película, Alexandre asegura que: “No teníamos un catálogo preestablecido de ideas a repasar. Más bien queríamos ofrecer un testimonio de dos vidas en concreto. Y los demás temas han surgido a través de esa relación”.

“Hoy en día parece que todo es o blanco o negro –continúa Alexandre-. Unos dirán que la vida es maravillosa y otros que es algo horrible o trágico, pero a pesar de todo, siempre tenemos que intentar encontrar la felicidad de vivir”.

Preguntamos a Alexandre si después de esta experiencia le gustaría seguir haciendo películas, ya sea como actor, director o escritor: “Ha sido una suerte poder vivir esta aventura con un proyecto tan personal –asegura-. Y he estado muy arropado por el equipo de la película, que me ha ayudado muchísimo, pero mi vocación es la filosofía. Aunque nunca se sabe cuál puede ser la próxima etapa”.

Cartel de 'Mentes maravillosas'