Los carteles de la guerra en Ucrania: así animan a la población y desmoralizan al enemigo
- Desde que estalló el conflicto los carteles publicitarios animan al ejército y a la población y desmoralizan al enemigo
- Ayuntamientos, artistas del país y voluntarios se han unido para crear un nuevo lenguaje de la guerra
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Uno nunca sabe en qué momento cambia la percepción de la vida cotidiana en un país que entra en guerra. Resulta difícil comprender cómo personas que hasta ayer por la noche daban clases en un gimnasio, trabajaban en empresas, fábricas, comercios, universidades, en el campo o tenían sus propios negocios compaginan ahora su vida en el refugio con actividades relacionadas con el conflicto. En Ucrania hoy todo el mundo arrima el hombro de alguna manera para apoyar a su país: recolectando alimentos y ropa, uniéndose al frente o rellenando por ejemplo sacos de arena que hagan de parapeto en los ‘check points’ o tapen las cristaleras y las vidrieras de los edificios históricos.
Desde que comenzó la invasión rusa los paneles publicitarios con mensajes referentes a la nueva situación empezaron a proliferar en todo el territorio. Están por todas partes: en edificios, vías públicas y carreteras nacionales. Donde antes se anunciaban productos comerciales, bancarios o de telefonía ahora se leen citas y frases dirigidas a la población civil y militar pero también al enemigo, siempre sobre el fondo azul y amarillo de la bandera ucraniana. Además, hay carteles mucho más elaborados, diseños gráficos acompañados o no por un texto en ucraniano o en ruso.
Los carteles intentan subir la moral de los ucranianos
¿Cómo se explica que en tan poco tiempo la avenida principal de Leópolis esté forrada de estos carteles, al igual que lo están las carreteras que conectan la ciudad con el centro y el este del país o con la misma frontera con Polonia? Simplemente porque las autoridades locales, los artistas del país, vecinos y voluntarios lo han hecho posible.
Todos los mensajes escritos en ellos apelan a la identidad y a la unidad nacional, tratan de sembrar la certeza de que Ucrania con mucho esfuerzo ganará esta guerra. Hay en ellas referentes literarios como el poeta nacionalista Tarás Schevchenko, o simplemente frases que han nacido para ser impresas en esos paneles. Las consignas en ucraniano tienen un único objetivo: levantar la moral a la población nacional, a todos los que están en el frente o defendiendo su localidad, al ejército.
Este cartel recuerda que el catolicismo entró en Moscú por Ucrania. "Ucrania bautizó a Moscú. Y por Moscú doblaron las campanas en Ucrania." Es decir, que los funerales por Moscú se celebrarán en Ucrania.
"Rusos, iros a la..."
Las dedicatorias en ruso van dirigidas al invasor. Como en ese cartel en el que una mujer vestida de azul, representando a Ucrania, le mete una pistola en la boca a Putin, y dice: "Yo no soy tu guapa". Es la respuesta a una expresión que dicen mucho los rusos y que Putin ha utilizado para referirse a Ucrania: "Te guste o no, mi guapa, aguántate".
No suele haber literatura en los carteles dirigidos a los rusos. Sólo se le avisa de manera más o menos amable de aquí no son bien recibidos y que deben marcharse, que le guste o no, antes o después terminarán por hacerlo. Porque si algo se ha forjado en este conflicto es una identidad nacional que ya existía, pero que ahora florece por todo el país fortalecida, orgullosa y muy motivada.
Como esa mujer, con una corona de flores, un fusil de asalto y una escopeta tradicional ucraniana, que cubre, imponente, fachadas enteras de edificios en Leópolis. Una mujer cansada, fuerte, que representa a un país victorioso después de mucho pelear y haber dejado muchas cosas en el camino. Ese cartel está por todas partes. Y esa mujer es Ucrania.