El fin del bipartidismo y el triunfo de la polarización: así ha cambiado el mapa político en Francia
- Los partidos que han vertebrado la V República han sufrido un descalabro
- La preocupación por la economía ha sido clave en el resultado
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El resultado de la primera vuelta de las elecciones en Francia, en la que el actual presidente, Emmanuel Macron, ha quedado primero y se enfrentará en segunda vuelta con la ultraderechista Marine Le Pen, apunta a un mapa político más polarizado.
Los grandes partidos que representan la tradición de la V República, Los Republicanos (conservadores neogaullistas) y el Partido Socialista, han obtenido resultados irrelevantes. La extrema derecha muestra su pujanza y la izquierda radical gana protagonismo con un partido que cuestiona buena parte de la política económica. La tercera fuerza ha sido la abstención, con un 25,16 %.
Para la segunda vuelta, Macron cuenta con la ventaja de que muchos votantes a izquierda y derecha le apoyarán para frenar a Le Pen, pero los resultados muestran que la política en Francia hace tiempo que ha cambiado.
Más polarización y crisis de los partidos tradicionales
Hay que tener en cuenta que esta es una elección presidencial y no legislativa, por lo que no es un reflejo exacto del mapa político, y tiene mucho que ver la personalidad del presidente. Aun así, para Federico Vacas, director de Opinión y Política de Ipsos-Francia, los resultados confirman una "radicalización del electorado hacia la extrema derecha claramente, pero también para la izquierda radical".
El propio éxito de Macron en construir una alternativa centrista (su "movimiento" ¡En marcha!) explica en parte esta polarización, según Vacas. "Antes no existía un partido centrista tan fuerte, ha provocado que el centro-izquierda y el centro-derecha se debiliten tremendamente". "Para oponerse a un presidente centrista, el método más eficaz ha sido tener posiciones más radicales", abunda.
Dolores Rubio, doctora en Ciencias de la Información de la Universidad Complutense y experta en integración europea y relaciones internacionales, destaca el "descalabro de los dos partidos que han vertebrado las elecciones presidenciales y la propia Francia" desde hace más de 60 años. "En Francia se interpreta como la ruptura del sistema político tradicional, pero no solo en Francia, sino que tiene un reflejo en las democracias liberales occidentales", explica a RTVE.es.
“En Francia se interpreta como la ruptura del sistema político tradicional, que tiene un reflejo en las democracias liberales occidentales“
"Los tres candidatos que han quedado mejor posicionados reúnen el voto útil - continúa Rubio - Si gana Macron será porque hay un cordón sanitario, y la oposición será bicéfala, con una extrema derecha dividida y los populistas de izquierda representados por Mélenchon. Es un síntoma de que el sistema se está desgastando". No obstante, añade, "el desgaste no se produce de la noche a la mañana, y el final tampoco, pero se está en la antesala".
Moussa Bourekba, investigador del CIDOB, destaca que la importancia del voto útil en esta primera vuelta es una novedad. "Esto es una sorpresa. Tradicionalmente, los franceses votaban por preferencias en la primera vuelta y dejaban el voto útil para la segunda", ha explicado a RTVE.es
Para Bourekba, el resultado "valida la reconfiguración del campo político iniciada por Macron en 2017, en el que se han derrumbado de forma gradual los dos partidos que articulaban el campo político francés. Se confirma el estado de muerte cerebral del PSF y Los Republicanos se han quedado atrapados entre los extremos de Le Pen y Eric Zemmour y un Macron que no ha dejado de robarles ideas".
El investigador del CIDOB cree que la propia figura del actual presidente explica la polarización. "Tenemos una persona en el centro político que genera mucho rechazo a izquierda y derecha". A la vez que Macron ha conseguido mantener apoyos (es el primer presidente en dos décadas que llega en primera posición a la segunda vuelta, destaca Bourekba), los votos en contra se han concentrado en los candidatos con más posibilidades.
"Por un lado, hay un voto de extrema derecha, aunque no antisistema. Y por el otro ha habido una lucha por ver quién puede tomar el liderazgo de la izquierda en Francia, y ahí no estarían todos de acuerdo con catalogar a esta sensibilidad de Mélenchon como de extrema izquierda". El investigador del CIDOB cree que habrá que esperar a las elecciones legislativas de junio para ver si esta tendencia polarizadora se confirma.
Mariam Martínez-Bascuñán, politóloga, ha explicado en La Hora de La 1 de TVE que "la conclusión fundamental es que seguimos teniendo tres modelos políticos: el de Macron, liberal, de centro, europeísta; el de Mélenchon, un populismo de izquierdas; y Le Pen, el de la ultraderecha".
La economía, una de las claves de los comicios
La situación económica, y concretamente la caída del poder adquisitivo, ha sido una de las claves de los comicios. "Los dos que lo han puesto sobre la mesa son Le Pen y Mélenchon - explica Bourekba - Este último, por su sensibilidad política, no es la primera vez que hace campaña con esto y critica al 'presidente de los ricos'. Le Pen tenía a un Zemmour obsesionado con los temas habituales de la Agrupación Nacional (seguridad, Islam, inmigración) y ha aprendido la lección de 2017, ha apostado por ir más allá de su electorado tradicional, y lo ha conseguido".
También Martínez-Bascuñán cree que Le Pen ha logrado captar en el último momento una preocupación social por la pérdida de poder adquisitivo. "Se ha visto la volatilidad del ambiente político. En primer momento la campaña giraba en torno a la guerra, con un cierre de filas en torno al presidente, y luego ha virado a las consecuencias económicas de la guerra, y Le Pen ha capitalizado esa agenda", ha declarado.
“Le Pen ha logrado captar en el último momento una preocupación social por la pérdida de poder adquisitivo“
Dolores Rubio sitúa la economía en la base del "desencanto" del electorado con la organización política, que no ha logrado hallar soluciones. "El estado de bienestar en Francia ha caído, los franceses consideran que están en una crisis y muchos creen que no ha habido una respuesta, y eso se acaba viendo", argumenta.
Nuevas estrategias para la segunda vuelta
La partida final se jugará dentro de dos semanas, en la segunda vuelta, para la que los dos rivales ya afinan sus estrategias. Le Pen pretende transformarla en un referéndum contra Macron mientras el actual presidente confía en un "frente republicano" para frenar a la extrema derecha, un 'cordón sanitario' que sigue funcionando en países como Francia y Alemania, al contrario que en España. Tanto Mélenchon como los partidos a su izquierda y también la conservadora Válerie Pécresse han pedido a sus seguidores votar contra Le Pen.
Federico Vacas, de Ipsos, prevé que la abstención en la segunda vuelta también sea mayor que en 2017. "Una parte de la izquierda radical no está dispuesta a acompañar a Macron después de cinco años de gobierno. Los sectores más descontentos van a tener más dificultad para apoyarle frente a Le Pen", considera.
"Por otro lado - añade - Le Pen asusta menos a la sociedad francesa que hace cinco años. Porque ha moderado relativamente su discurso, ha puesto más énfasis en el poder adquisitivo, menos en la identidad, y por la aparición de Zemmour un candidato más a la extrema derecha que le ha permitido aparecer como una candidata más moderada".
"Los franceses se quejan de que Macron es muy elitista, poco cercano a la gente y que es el primer presidente de la República que, aunque no directamente, ha insultado al electorado, con sus comentarios sobre los 'chalecos amarillos' y los no vacunados" recuerda por su parte Dolores Rubio.
La doctora de la UCM, sin embargo, cree que el 'cordón sanitario' contra Le Pen funcionará, como ya ocurrió en 2002, con una concentración del voto útil que finalmente permitirá a Macron seguir en el Elíseo cinco años más.
Pero aunque así sea, para Mariam Martínez-Bascuñán "sigue habiendo un problema en Francia y es que la ultraderecha se queda como líder de la oposición". "Macron se ha cargado los partidos tradicionales de la V República pero también los partidos en sí. Él lidera un movimiento, que es muy personalista. Cuando Macron desaparezca, ¿ese movimiento va a continuar? ¿Cuál va a ser la alternativa a Macron? ¿Va a ser Mélenchon o la ultraderecha de Le Pen? A largo plazo, Francia debería reflexionar sobre todos estos temas".