'La Sabika', un cómic infantil ambientado en la Alhambra de Granada
- El argentino Gerardo Cosenza nos cuenta las aventuras de un joven príncipe en los palacios nazaríes del Siglo XIV
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La Alhambra de Granada, uno de los monumentos más bellos del mundo, se ha convertido en el mágico escenario de un cómic infantil, La Sabika (Editorial Saure), del argentino Gerardo Cosenza, que, maravillado por la belleza del lugar, lo ha elegido para situar las travesuras de un joven príncipe de la gran estirpe que reinó en Granada durante Siglos. Un cómic en el que esos bellos Palacios Nazaríes, donde juega el pequeño Yusuf, son lon grandes protagonistas.
Y para empezar, le preguntamos por qué ha elegido la Alhambra como escenario del cómic: "Yo creo que tanto el monte la Sabika como la Alhambra en sí, tienen un aura mágica. Ver la puesta del sol desde el mirador de San Nicolás en el Albaicín, reflejado en las paredes de la Alhambra apoyada en la Sabika, es un espectáculo único. Pensé que ese era un marco extraordinario para contar cosas, Granada y Andalucía entera tiene lugares mágicos que vale la pena mostrar, yo intento usar mi arte, para hacerlo".
Desde Arroyo Leyes, en pleno litoral santafesino (Argentina), Gerardo nos comenta cómo nació la historia: "En 2008 viaje a Argentina por unos meses, en aquel entonces vivía en Baza Granada, y como tenía que quedarme por un tiempo me lleve lectura, comencé a leer el Manuscrito Carmesí de Antonio Gala, el libro que describe la vida y el reinado de Boadil, último rey de Granada. Allí Gala al principio del libro cuenta la historia de Boadil y su hermano Yusuf donde los describe jugando en los jardines de la Alhambra, esa imagen me quedo grabada, un niño jugando en medio de los palacios Nazaríes, “aquí hay chicha” me dije, y comencé a darle vuelta a la idea".
"Cuando regresé a España -continúa- me puse a dibujar y la primera historieta de La Sabika salió publicada en Diciembre de 2008 en la peor (una revista de comic de distribución gratuita que salió entre 2007 y 2010 en Granada, que por aquel entonces editábamos en forma independiente). Aquella Sabika, no era sino una versión antigua muy diferente de la que hoy se ve el libro".
Los protagonistas: Yusuf y Goós
El niño protagonista es el joven príncipe Yusuf, que está inspoirado en un personaje histórico real: "En un principio Yusuf iba a ser un niño común -asegura Gerardo-, pero las ventajas de que sea de estirpe real eran muchas. Así que lo hice príncipe y, aunque no se habla con exactitud de las fechas, podría ser Yusuf II, que llegaría gobernar en 1391 y será conocido como 'el rey efímero'. Pero eso sucederá mucho tiempo después, busco contener la historia entre los años dorados de la Alhambra".
El pequeño Yusuf es un niño muy travieso, como nos comenta Gerardo: "Es terrible, es un catrasca, un rompecosas. Como todo niño busca quemar energías de las formas más rocambolescas, tiene todas las virtudes kamikazes, y la Alhambra es un enorme salón de juegos. Por otro lado, es muy obediente a las palabras de su tutor, buen deportista y buen alumno".
Su tutor y compañero de aventuras es su ayo Goós. "Goós merecerá un capítulo aparte, en su momento -nos cuenta Gerardo-. El tutor de Yusuf es un Chonek, más conocidos por Antonio Pigafetta (el cronista de la vuelta al mundo de Magalalnes) como "patagones"; son aquellos aborígenes de la Patagonia que conoció Magallanes durante su viaje alrededor del mundo y describió como gigantes. Nosotros los conocemos como Tehuelches y habitaban la Patagonia, eran un pueblo nómada, cazador y recolector, muy pacifico. ¿Cómo llegó en el siglo XIV un aborigen sudamericano a Europa? Esa incógnita se revelará en los próximos libros".
"Goós significa Ballena en Chonek" -concluye Gerardo-.
La vida en los palacios nazaríes del siglo XIV
Preguntamos a Gerardo cómo cree que era la vida en esos palacios nazaríes en el siglo XIV: "Me imagino que eran muy confortable, muy cómoda y con unas vistas increíbles. Supongo que en diferentes sectores la vida era más protocolar y en otros lugares más distendida. Rodeados de una gran vegetación, mucho color y muchos aromas".
"Allí convivían unas 2.000 personas -añade-, así que sus calles lucirían con la misma cantidad de gente que tiene hoy en día, según los datos oficiales".
"La Sabika recibe muy buena luz solar todo el año -concluye Gerardo-. En invierno, cuando te alejas de los braseros y el frio penetra, el sol que entra en las galerías calienta el cuerpo; y en verano, cuando la canícula caé a plomo, el mejor lugar para estar son sus salones refrigerados a base de agua, mármol de Macael y techos altos".
Recreando los Palacios Nazaríes
Recrear la decoración andalusí de esos Palacios Nazaríes ha sido uno de los mayores retos del cómic, como reconoce Gerardo: "Si fue complicado dibujar los Palacios, hay que tener mucho cuidado e intentar hacer la cosas bien, en el sentido de poner todo más menos donde va. Es mucho trabajo pero vale la pena, no solo porque se merecen todo mi respeto sus constructores, sino por lo que uno aprende mucho dibujándolo".
En cuanto a lo más complicado de recrear, Gerardo nos confiesa: "Tanto el Partal como los baños fue lo que más tiempo me llevó. Intenté poner cada azulejo, cada adorno, donde tenía que ir, respetar al máximo todo. Y creo que eso se nota".
Esa precisión también ha requerido de una gran documentación: "En enero de 2002 entré por primera vez a la Alhambra y, desde entonces, la he visitado unas veinte veces y he documentado cada visita, pero como hay lugares que no son públicos para eso he tenido que meter la nariz en los libros. El gigantesco tomo de Historia del Arte en Andalucía dirigido por Dr. Enrique Pareja López es mi principal referente; pero también he echado mano de La Alhambra de Cerca de Edilux, Historia de Granada de Ricardo Villa- Real, Al–Ándalus de Concha Masía..."
"Otra de mis fuentes de documentación ha sido internet -añade-, el Patronato de la Alhambra tiene una web de recursos de investigación de la Alhambra donde pude encontrar desde archivos de planos hasta imágenes muy antiguas. También usé mucho el Google Maps para establecer el lugar exacto donde se encontraban los Palacios; ya que la actual Alhambra tiene modificaciones edilicias de la era cristiana".
Sus influencias
Destacar el estilo humorístico de Gerardo Cosenza, que es ideal para el público infantil: "Yo soy en esencia un humorista gráfico, comencé a trabajar de muy joven en los periódicos generando el chiste de la noticia día a día, y eso ha dejado huella. Además, mi generación aprendió a leer con Mafalda, eso ayuda y habla muy bien de Quino. Sus páginas dominicales eran una obra maestra y cada domingo, yo esperaba el diario para ver los dibujos de este Genio. Roberto Fontanarrosa y Caloi me formaron también como humorista gráfico y fueron nuestro faro de argentinidad".
"Además - continúa Gerardo-, soy un ávido lector de Manel Fontdevila, Idígoras Pachi, Pedro Vera, Lluisot, Juan Jiménez... Amo el comic francobelga: Peyó, André Franquin, Roba, Zep, Nob... me encanta el humor de Bill Waterson (Calvin y Hobbes), y el humor de Swamps de Gary Clark, puede que de toda esta ensalada salga mi humor".
Y todas esas no son sus únicas influencias: "Todas las de mi infancia, Asterix, Patoruzú, que es un indio Patagón dibujado por Dante Quinterno, pero dotado de extraordinaria fuerza, y todo porque de pequeño se cayó en marmita de guiso. Un cómic que se publicó en el año 1928 y que René Goscinny (guionista de Astérix), leyó de pequeño. También Gastón el gafe, Spirou y Fantasio, Bill y Bolita, El Marsupilami o Clemente (personaje de Carlos Loiseau, uno de los gigantes humoristas gráficos de argentina)".
"Hacer cómic infantil es complicado"
Como buen cómic infantil, la historia de la SAbika también enseña muchas cosas a los niños: "Quiero que el lector se entretenga, que pase un rato agradable y que luego regrese y lo lea otra vez y descubra cosas nuevas y así, en un bucle. Además hacemos hincapié en cosas básicas como la limpieza, el ejercicio físico, el respeto por los demás. En definitiva: enseñar jugando".
Y es que, como confiesa Gerardo, hacer cómic infantil es complicado: "No es fácil hacer cómic, en general, pero hacer cómics para niños requiere más esfuerzo, más creatividad. No solo tienen que gustarle al niño, sino que deben quedar enganchados los padres para que funcione. Hace 8 años edite aquí en Argentina un libro llamado Rugby con Luca. Luca también era un niño hijo único de padres separados. La madre, harta de lidiar con el niño-terremoto, decide meterlo a practicar deporte y después de pasearse por varios termina colocándolo en rugby y allí lo amansan, lo dejan Low Batery. Esto no es más que el reflejo de una realidad tomada con humor. En ese caso fue más fácil hacerlo, porque estaba ahí y había que dibujarlo; lo difícil fue venderlo, en Argentina se venden muy pocos libros en general".
Sus rincones favoritos de la Alhambra
Tras tantas visitas a la Alhambra, y haberla recreado en el cómic, preguntamos a Gerardo cúal es su lugar favorito: "El patio de los Leones es un lugar que invita a mirar hacia adentro, más reflexivo; y el Peinador de la Reina porque está colgado del barranco y tienes unas vistas panorámicas que invitan a mirar hacia afuera".
En cuanto a si abrá más aventuras del pequeño Yusuf, Gerardo asegura: "Espero que sí, eso lo deciden los lectores y el Editor. Tengo guiones para un par de libros y algo dibujado. Meterse en el siglo XIV requiere esfuerzo, pero si a le gente le gusta, con gusto haré ese esfuerzo".
Además, Gerardo Cosenza tiene otros muchos proyectos: "Si tengo varios, todos cajoneados y esperando mejores vientos. Gwynty también es un cómic para niños, es la historia de un Dragón Gales que regenta una especie de hotel para animales extintos. Ese hotel es visible y los humanos lo confunden con una piedra enorme que llaman Piedra parada".
"Chana Timbú es la historia de una tribu del litoral argentino que tiene contacto con los primeros adelantados españoles. Y de su estrecha convivencia, que, en algunos casos, no coincide con la de los libros escolares, al menos está es más graciosa".
"Por último también tengo pendiente una recopilación de mis dibujos de humor gráfico de los últimos años y Bederazti, una novela gráfica (no infantil) ambientada en la Patagonia en el siglo 25, a las puertas del apocalipsis humano".