Abdeslam, único superviviente del comando que atentó en París, pide perdón a las víctimas entre lágrimas
- "Sé que el odio permanece. Por favor, detestadme con moderación", ha pedido durante el último día de interrogatorio
- El acusado reveló que el cerebro de la masacre le entregó un cinturón de explosivos que no detonó "por humanidad"
Salah Abdeslam, el único superviviente de los comandos que provocaron 130 muertos en París y Saint Denis el 13 de noviembre de 2015 y principal acusado en el juicio por esa masacre, ha pedido perdón este viernes entre lágrimas a los familiares de las víctimas, al tiempo que ha reiterado que no ha matado a nadie.
"Quiero ofrecer mis condolencias y mis disculpas a todas las víctimas", ha dicho el acusado, de 32 años, en el último día de interrogatorio. "Sé que el odio permanece. Por favor, detestadme con moderación", ha pedido a las víctimas Abdeslam, quien ha comenzado a llorar cuando su abogada le ha preguntado por su madre.
"Les presento mis condolencias y mis disculpas (...) Sé que tenemos diferencias, sé que un odio persiste entre ustedes y yo. Sé que no estaremos de acuerdo, pero les pido que me perdonen", ha dicho, entre llantos, desde el banquillo de los acusados.
Abdeslam, que hace dos días reveló que le habían encargado detonar su cinturón de explosivos en un bar del distrito 18 de París, pero que desistió de hacerlo "por humanidad", ha asegurado que su actitud pudo salvar "alguna vida".
"No maté a nadie directamente. Puede que indirectamente matara", ha reconocido ante un abogado de la acusación, quien le ha reprochado haber llevado a tres suicidas, que calificó de "bombas humanas", al Estadio de Francia.
"No quiero pagar por todo el mundo"
El presunto terrorista ha pedido ser juzgado por sus actos: "No quiero pagar por todo el mundo, por los que mataron en el Estadio de Francia, en el Bataclán o en las terrazas".
Abdeslam ha insistido en que fue incluido en los comandos del 13 de noviembre en el último momento y que siempre expresó sus dudas, pero que aceptó presionado por su hermano Brahim y por Abdelhamid Abaaoud, el cerebro de los atentados, por quienes, dijo, se sintió "utilizado".
"Si mi hermano me hubiera dicho que iba a alquilar coches y llevar a gente que iba a cometer atentados no lo habría hecho", ha señalado en referencia a los primeros encargos que recibió meses antes de la masacre.
Abdeslam ha calificado de "injustas" las muertes de civiles inocentes, pero las ha comparado a las que las fuerzas francesas hicieron en Siria durante los ataques de la coalición contra el Estado Islámico (EI).
Pese a ello, en contra de lo que dijo al inicio del juicio, cuando se consideró un soldado del EI, este viernes ha asegurado no ser "un combatiente aguerrido", a diferencia de los otros miembros del comando, que habían pasado antes por Siria. "No estoy destinado a matar. No es humano. Pero cuando se bombardea a inocentes es inhumano de ambos lados", ha dicho.
Último día de interrogatorio
Será la última vez que la voz de Abdeslam se escuche en el proceso, que tiene previsto durar hasta primeros de junio, aunque podrá hacer un alegato final antes de que quede visto para sentencia.
A lo largo de sus interrogatorios, en los que ha combinado confesiones con silencios, el principal acusado ha tratado de presentarse como un elemento secundario de los atentados que desconocía la envergadura de los mismos.
Además, ha tratado de destacar su renuncia a hacerse volar y ha narrado que desactivó el cinturón de explosivos antes de abandonarlo para evitar daños.
Una versión que han tratado de contrarrestar la Fiscalía y las acusaciones particulares, que han encontrado incoherencias en sus palabras, al tiempo que han dejado entrever que pedirán contra él una dura pena de cárcel.