Macron busca reavivar el frente republicano con un mensaje ecologista en Marsella
- El candidato a la reelección asegura que Francia será la "primera gran nación" en dejar atrás los combustibles fósiles
- Miles de personas se manifiestan en el país en contra de Marine Le Pen y la extrema derecha
El presidente de Francia y candidato a la reelección, Emmanuel Macron, ha celebrado este sábado en Marsella su primer mitin de la segunda vuelta de las elecciones francesas, en las que se medirá a la candidata ultraderechista, Marine Le Pen, con una corta ventaja en las encuestas, que le siguen dando como favorito.
Lo ha hecho en la ciudad mediterránea de Marsella, que en la primera vuelta votó masivamente por el candidato de la izquierda Jean-Luc Mélenchon -tercero en discordia-, con un mensaje ecologista y dirigido a los jóvenes, en busca de resucitar el desgastado 'frente republicano' para vencer a su rival.
Macron, que ha prometido hacer de Francia la "primera gran nación" en dejar de utilizar gas, petróleo y carbón como fuentes de energía, se ha mostrado dispuesto a "enriquecer" su programa con las propuestas de los partidos de la izquierda, llamado de este modo a los diez millones de votantes que en la primera vuelta se decantaron por las opciones más progresistas y donde una parte importante se plantea abstenerse o votar en blanco.
También ha propuesto nombrar a un primer ministro directamente a cargo de la planificación ecológica. Éste se apoyará a su vez en dos ministros que se repartirán la planificación ecológica en los territorios y la energética para apostar por las renovables e impulsar la energía nuclear, con la que aspira asegurar la independencia energética.
"Entre carbón y gas por un lado y nuclear por otro, elijo nuclear", ha dicho el candidato de La República En Marcha, que planea la construcción de seis nuevos reactores nucleares y el estudio de la puesta en marcha de otros ocho, multiplicar por diez la capacidad de energía solar y construir 50 parques eólicos en el mar para mediados de siglo.
Riesgo de abstención
El peso de la abstención, que el pasado 10 de abril representó un 26% (12,8 millones de personas), podría acentuarse en la segunda vuelta amenazando el regreso al Elíseo de Macron. Una parte de ese electorado ha manifestado la indiferencia o el agotamiento de recurrir al llamado 'frente republicano', es decir, la unión de partidos contra los candidatos de extrema derecha para evitar su entrada en el poder, y se muestran hastiados de tener que elegir "el menor de los males".
Macron ha asegurado que la cita en las urnas de la próxima semana es "una elección de civilizaciones", según ha defendido ante los asistentes. "El 24 de abril, no cedáis al miedo, o al '¿para qué sirve?', no cedáis al gran relativismo. Si no queréis renunciar al humanismo, a esta civilización del siglo XXI, a construir una gran nación ecológica, ¡uníos a mí!", ha afirmado.
"El 24 de abril es un referéndum por o contra la Unión Europea, por o contra la ecología, por o en contra de nuestra juventud, por o contra nuestra República", ha defendido Macron, que promete un quinquenio con nuevas bases y no solamente "otros cinco años", como le gritaban los asistentes al mitin, en parte procedentes de París, desde donde viajaron en autobuses.
Los sondeos de este sábado muestran que la distancia entre Macron y Le Pen sigue acentuándose y dan entre un 55,5% y 56,4% al actual dirigente, frente al 51% con el que partía el pasado domingo. Además, una encuesta de opinión de Ipsos indica que el 33% de los votantes de Mélenchon tenían previsto apoyar a Macron en la segunda vuelta, por un 15% que apostarían por Le Pen y un 51% de indecisos.
Manifestación contra la extrema derecha
De forma paralela, miles de personas se han manifestado este sábado en las calles de numerosas ciudades de Francia contra Marine Le Pen y la extrema derecha. Las protestas se concentraron en la capital, pero también en ciudades como Rennes, Lyon, Nantes y Besançon, entre otras, convocadas por sindicatos y organizaciones como SOS Racismo, bajo el lema de "Contra la extrema derecha y por la justicia y la igualdad", así como "Ni un voto para Le Pen".
"Más vale un voto que apesta a un voto que mata", se leía en una de las pancartas de la concentración de París. Numerosos manifestantes adelantaban que votarán a Macron, aunque sean contrarios a sus ideas, para evitar que Le Pen sea elegida.
Pero otras pancartas mostraban al mismo tiempo el rechazo de muchos electores a recurrir al llamado 'frente republicano'."Ni Macron ni Le Pen" era uno de esos eslóganes, en una jornada en la que también hubo en París una protesta anti-Macron, organizada por el ex número dos de Marine Le Pen, Florian Philippot, que aseguraba en redes sociales que se esperaban "un millón de personas". Finalmente, fueron solo unos.
Mientras, Le Pen visitaba este sábado el departamento central de Eure y Loir, donde se clasificó en primera posición con el 28,16 %, frente al 27,21 % de Macron y el 18,42 % de Jean-Luc Mélenchon.
Le Pen denunció allí la celebración de manifestaciones "antidemocráticas", muestras de que "el sistema está preocupado por ver al pueblo recuperar el poder".
Al contrario de Macron, que se desplaza intentando recuperar los terrenos en los que ha perdido apoyos, la líder de la ultraderecha se limita a visitar aquellos en los que ha quedado a la cabeza, mientras ultima los detalles del debate televisivo del miércoles, para el que se prepara desde 2017. Entonces, su programa político y ella quedaron en evidencia ante la solidez de Macron. Pero en ese momento, el joven candidato aún era capaz de generar esperanza.