Juzgado por el segundo asesinato que presuntamente comete en la misma habitación de una pensión de Tenerife
- Cumple 17 años por la muerte de un militar y le piden 25 por la de una mujer con la que mantenía relaciones
- El cuerpo de su segunda víctima fue encontrado 7 años después de su muerte
José Antonio Luis Aguiar, que cumple 17 años de prisión por un asesinato cometido en la habitación 306 de la Pensión Padrón de la capital tinerfeña, ha reconocido en un nuevo juicio, después de que su abogado pidiese su absolución, que también es culpable de la muerte de Adoración, asesinada en el mismo cuarto de la misma pensión.
La primera de esas dos muertes fue la de Adoración, en junio de 2009, pero su cadáver se encontró en un barranco en 2016, cuando al acusado cumplía condena por el asesinato de un exmilitar, cuyo cuerpo sin vida se encontró en 2010, ocho meses después de su muerte, entre dos colchones de la habitación 306.
En el caso de Adoración tras estrangularla limpió las manchas de sangre de la habitación, aunque no se dio cuenta de unas gotas que quedaron encima del cabecero, le sacó una foto con el móvil al cuerpo y tras envolverlo en sábanas y una manta, lo metió en dos macutos que le dieron al salir de prisión y lo ocultó en una cueva del Barranco de Santos, que está a unos 300 metros de la pensión.
Las lluvias descubren el cadáver siete años después
El cadáver se encontró 7 años después, cuando las lluvias movieron las tierras y quedó a la vista de unos paseantes. Lo que llevó a su reconocimiento fueron las gotas de sangre que se encontraron en el cabecero de la habitación.
El fiscal ha destacado que Adoración y José Antonio mantenían una relación sentimental y que ella le ayudaba económicamente, y ha subrayado que su muerte se produjo tras una discusión presuntamente porque ella quería acabar esa relación. Ha incidido en que se trata de un asesinato, no de un homicidio, porque se actuó con alevosía y con ensañamiento.
La defensa ha pedido al jurado que no se deje llevar por conjeturas, y tras hacer hincapié en que relaciones sentimentales no son sinónimo de sexuales, ha cuestionado que la fotografía que hay en un teléfono móvil la hiciera su defendido, y ha reclamado que no se tengan en cuenta sus antecedentes por agresiones.