Mariúpol rechaza rendirse mientras Rusia amplía sus ataques en el Donbás
- Las autoridades esperaban evacuar este miércoles a 6.000 personas, pero la cifra ha sido muy inferior
- Los soldados ucranianos que resisten en la planta de Azovstal han pedido ayuda internacional
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Los soldados ucranianos que resisten en la acería de Mariúpol han rechazado este miércoles rendirse tras un nuevo ultimátum de Rusia, mientras su ejército ha seguido atacando y ampliando su rango de bombardeos en el Donbás.
Según las autoridades locales, en la planta hay al menos mil civiles, la mayoría mujeres y niños.
En un vídeo difundido en redes sociales, uno de los defensores ha asegurado que están siendo bombardeados intensamente y que hay 500 heridos. "El enemigo es diez veces mayor que nosotros", ha asegurado Serguéi Wolyna, oficial de la brigada 36ª de la infantería de Marina, en un vídeo en el que pide una operación internacional de "extracción". Según este militar, a Mariúpol le quedan "días, si no horas" para caer en manos rusas.
A pesar de la situación, los combatientes no han abandonado las armas y han asegurado que "la ciudad no se rinde". "Seguirá siendo ucraniana siempre que resistan sus valientes defensores, hasta la última bala", han asegurado.
Aunque Ucrania había anunciado un principio de acuerdo para abrir un corredor humanitario desde Mariúpol, por el que se trata de sacar de esta ciudad del sur del país a unos 6.000 civiles, principalmente mujeres, niños y ancianos, no ha podido concretarse debido a que han llegado menos autobuses de evacuación de los esperados.
Según Rusia, "nadie" ha usado los corredores humanitarios habilitados. "Nos vemos obligados a afirmar que la operación humanitaria declarada por las autoridades de Kiev fue interrumpida cínicamente, nadie usó el corredor indicado", ha señalado en un comunicado el jefe del Centro de Control de Defensa Nacional, coronel general Mijaíl Mizíntsev.
En los últimos tres días no se había abierto ningún corredor humanitario, ni en esa ciudad ni en otras partes del este del país, por falta de garantías de seguridad.
El alcalde de Mariúpol, Vadym Boishenko, que ha abandonado la ciudad portuaria, considera que aún quedan unos 100.000 civiles y ha animado a los civiles que siguen en la ciudad a usar el corredor de evacuación pactado. "No tengan miedo, vayan a Zaporiyia, ahí estarán a salvo", ha afirmado a través de su Telegram.
Por su parte, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha advertido de que la situación en la ciudad es "la más grave posible".
Además, el negociador ucraniano, Mykhailo Podolyak, ha señalado que Kiev está listo para realizar una "ronda especial de negociaciones" en Mariúpol.
Rusia continúa concentrando tropas en el este
Mientras tanto, la presencia militar rusa en la frontera oriental de Ucrania ha continuado aumentando, a la vez que los combates en el Donbás se ha intensificado después del inicio de la ofensiva rusa para controlar esta zona.
Según el parte diario de la inteligencia británica, los ataques rusos intentan interrumpir el movimiento de refuerzos y armamento ucranianos hacia esa región.
La operación rusa se ha centrado principalmente en intensos bombardeos aéreos y de artillería a lo largo de la línea del frente, desde Izyum, en el noreste, hasta Mykolaiv, en el sur, más que en ofensivas terrestres, según el último informe del Instituto para el Estudio de la Guerra.
Oleksiy Arestovych, asesor del presidente Zelenski, ha asegurado que las tropas ucranianas han conseguido frenar los avances hacia la localidad de Sloviansk, en la región de Donetsk.