Macron y Le Pen agotan sus últimas cartas antes del cierre de campaña en Francia
- Ambos candidatos han celebrado sus últimos actos electorales antes de la segunda vuelta de las elecciones
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El presidente francés, Emmanuel Macron, y la candidata de Agrupación Nacional, Marine Le Pen, han puesto fin a sus respectivas campañas con los últimos actos electorales antes de su cita con las urnas de este domingo. Macron en una localidad del sur y Le Pen en un pueblo del norte, ambos han aprovechado la víspera de la jornada de reflexión para darse su baño de masas final y tratar de convencer a los indecisos.
Según los últimos sondeos, Macron ha ampliado ligeramente su ventaja con respecto a Le Pen. El presidente obtendría en torno al 57% de los votos frente al 43%, sin embargo, el margen sigue siendo estrecho y si en algo están de acuerdo los dos candidatos es en que nada está decidido. Macron lo expresaba con un "nada está ganado todavía", y una Le Pen "orgullosa" de su campaña ha recordado que "los sondeos no son las elecciones".
Macron critica un proyecto basado en "odio y división"
El actual presidente, que en las últimas semanas ha visitado sobre todo zonas en las que ganó el izquierdista Mélenchon, ha elegido para su broche de oro Figeac, una pequeña localidad de 10.000 habitantes al sur del país, en la que ganó por goleada en las elecciones de 2017.
En su visita ha aprovechado para mencionar algunas de sus medidas a favor del mundo rural y ha abogado por "la reconciliación entre ciudades, campos y barrios", acusando a su rival de llevar a cabo un proyecto basado en "el odio y la división". También ha dicho que el país no se va a unir "prometiéndolo todo y financiando nada" y ha advertido que "nada está arreglado", pidiendo a sus seguidores que "se movilicen hasta el último segundo".
Asimismo, durante su intervención se han oído gritos de rechazo de un grupo de manifestantes que ha desplegado una pancarta en uno de los balcones de la plaza. En ella se leía: "Cuando todo sea privado, seremos privados de todo". El presidente ha reaccionado diciendo: "Alegraos de vivir en una democracia donde podéis desafiar a un presidente y candidato, espero que pueda continuar, porque con otra candidata eso será diferente".
Como ya ha repetido en anteriores ocasiones, Macron ha comparado la votación del domingo con un "referéndum" sobre Europa y sobre un país "laico, unido, indivisible, con una economía fuerte y abierta al mundo". Aun así, ha admitido que el hecho de que su rival vaya a obtener un mejor resultado que hace cinco años supone cierto "fracaso" para él.
Además, en una entrevista en televisión ha afirmado que la elección que enfrentan los votantes franceses es similar al Brexit o a la que enfrentaron los estadounidenses cuando votaron por Trump. "Pocas horas antes del Brexit, millones de personas lo dieron por hecho y no consideraron necesario ir a votar. Lo mismo sucedió con la elección de Donald Trump. Al día siguiente se despertaron con disgusto", ha dicho.
Le Pen critica la arrogancia de Macron y su reforma de las pensiones
Marine Le Pen ha cerrado una campaña marcada por la moderación en el pequeño pueblo de Étaples, una zona desindustrializada al norte del país, donde en la primera vuelta cosechó una amplia mayoría.
Durante su visita ha aprovechado para criticar la reforma de las pensiones que propone su rival, a la que ha denominado "cadena perpetua". Ella sugiere mantener la edad de retiro en los 62 e incluso reducirla a los 60 en circunstancias concretas.
La candidata ultraderechista, que se presenta por tercera vez a unas elecciones presidenciales, ha llamado a la población a "levantarse" contra la "arrogancia sin límites" de Emmanuel Macron. "Emmanuel Macron es terriblemente arrogante, despectivo, pisotea los valores republicanos. Si es reelegido, será un verdadero caos", ha dicho. Además, se ha mostrado orgullosa de su campaña y ha asegurado que "salga como salga", ha hecho "la campaña que deseaba".
Según datos de Ipsos y Soprasteria la motivación de la mayoría de los electores (38%) para ir a votar en la segunda ronda es impedir la llegada al Elíseo de uno de los candidatos. Solo el 29% lo hará porque tiene confianza en su elegido y el 33% votará al candidato más próximo a sus ideas. El reto de estas últimas horas era movilizar a los abstencionistas, convencer a los indecisos y seducir al electorado del líder de La Francia Insumisa, la tercera fuerza política en la primera vuelta electoral.